La curiosidad que venció los siete minutos de terror: Mars Curiosity

La primera imagen del Mars Curiosity después de haberse fijado en el suelo marciano

La noche del 5 de agosto una parte de la humanidad observó cómo un pequeño robot superaba todos los obstáculos de la atmósfera marciana hasta llegar al cráter Gale. Seguramente para muchos fue una noche inolvidable, de esas que se recuerdan toda la vida, y de la cual siempre sabrás el momento exacto en el que te encontrabas y con quién, por lo que la comparación con  el 20 de julio de 1969 no es gratuita.

A las 11:12 pm (en Colombia) el Curiosity Rover mandó al mundo, por twitter, el mensaje: » Estoy adentro de la órbita de Deimos, completamente a mis expensas. Deséenme suerte». Rompía el corazón preguntarse por la suerte de este pequeño robot, el más complejo en su especie enviado hasta Marte, después de atravesar una distancia de 60 millones de kilómetros y ocho meses y medio de viaje, en una operación que se calificó de Daredevil por el espectro de ceguera de 7 minutos que representaban el momento de atravesar la atmósfera hasta tocar el suelo de Marte: período que mundialmente se llamó «7 minutos de terror».

Cacahuetes: una tradición de buena suerte de la NASA desde 1964

En seguida, el astrofísico Adam Steltzner -convertido al estatus de Rockstar y ganándose elogios por sus patillas- envío el mensaje: «Nos vemos al otro lado, en Marte». La gente aplaudía. Minutos de expectativas y cacahuetes. David Brin escribió tres emotivos mensajes en su cuenta de twitter, que traduciré como uno solo:

Conecten esto si Curiosity aterriza: Vayan griten ‘Estoy orgulloso como el carajo y no estamos estancados en la tierra para siempre’ – TU civilización hace cosas como esta». Sacudan a sus vecinos, amigos, tíos locos, niños. ‘¡Tu civilización hace cosas como esta! Enorgullécete de tu gente científica. Y si fracasa… enorgullécete también. Somos gente que intentó cosas como estas. Los hombres y mujeres que intentaron valen más que todos los cínicos juntos.

Se trataba de un instante emocionante, crucial para la civilización humana; sobre todo, para sensibilidades como las nuestras que venimos de la ciencia ficción, de soñar con momentos como este. Seguramente muchos compartiendo el sentimiento del historiador futurista Matt Novak (@paleofuture) cuando escribió: «No hay otra época en la que prefiriera vivir. A pesar de todas sus fallas, 2012 es un momento maravilloso para ser humano.» Aunque no se volvieron a mandar naves tripuladas al Espacio, y eso representa un estancamiento en el programa espacial, hemos visto avances en este campo científico en el terreno de la inclusión, por ejemplo, como lo notó la escritora Kristine Katryn Rusch:  «Qué bueno ver mujeres en la sala de control, tan distinto de 1969.»

A las 12:29 (hora Colombia) Curiosity anunciaba que había abierto los paracaídas. Suspenso. Estábamos a 4 minutos de tocar suelo marciano.

Momento en que Curiosity llega a Marte fotografiado por La Mars Reconnaissance Orbital

Dos minutos después, se produjo la separación de su carcaza exterior. Entraba a la fase del descenso. «Solo tú yo ahora», murmuraba el joven robot, encarándose al suelo marciano. Todos a la expectativa. Los retro-cohetes lanzados.

Un minuto después: «Estoy seguro en la superficie de Marte. CRÁTER GALE, estoy dentro tuyo.»

¡Estábamos en la superficie de Marte, coño!

Lágrimas de alegría del equipo. Una alegría contagiosa.

Apareció la primera imagen. La prueba indiscutible.  «Ustedes me pedían una imagen de mi viaje. Acá les va»  Realmente una miniatura, un thumbnail. La gente celebraba alrededor de una imagen de 256 x 256. Una emoción de triunfo olímpico. Alguna gente le llamó «Las series mundiales de la ingeniería» Un sentido de satisfacción de la especie, como: «Esto es lo que la humanidad puede hacer cuando se lo propone».

«Alguna vez fue un pequeño paso… ahora son seis grandes ruedas» Mars Curiosity

Este momento de excitante maravilla fue catalogado por algunos como una mini-singularidad, en la que la llamada convergencia digital se manifestó en todo su esplendor. La mayoría de espectadores de este evento lo vimos a través del Streaming de la página de Nasa y comentábamos por Twitter nuestra emoción, compartíamos este momento y podíamos retroalimentarlo tanto con los profesionales de Nasa, como con fanáticos de todo el mundo. Esta fue una noche en la que el Multimedia alcanzó su cúspide; en palabras de la ciberantropóloga Amber Case (en su cuenta de twitter: @ambercase): «¿Recuerdan cuando la palabra Multimedia era una gran cosa? El Curiosity de Nasa acaba de  ganar totalmente en Multimedia: Twitter, Ustream, Blogs, etc.».

Celebración de la llegada del curiosity en Times Square en NY

También fue una buena noche para Twitter (según William Gibson, su noche favorita en Twitter), que recibía directamente los mensajes del Curiosity, y demostró una gran capacidad de generar simpatía, así como tener un humor badass que se fue lanza en ristre contra los escépticos: «¿Sin fotos o que nunca pasó? bueno, miren, acá estoy mostrando una sombra en el suelo del cráter»

Curiosity ha martinado. Ahora empieza el verano de los sueños en el invierno marciano. La importancia de la misión de esta nave reside básicamente en que nos brindará la mayor información  que hasta el momento hayamos tenido sobre la vida y las formas de vida que habitan y existieron en el planeta rojo. Pero lo que realmente está en juego es que una mejor vida en colonias fuera de este mundo nos está esperando.

Esto confirma lo que afirmaba ese primer colono de Marte, Ray Bradbury: «Los viajes al Espacio nos harán inmortales» y como lo entendía William Burroughs: «Esta es la Era Especial y estamos acá para irnos».

Lo que viene en la exploración marciana:

Dentro de un futuro cercano, el Rover Curiosity nos enviará una serie de fotografías insólitas, absurdas y que le costarán todo el prestigio al organismo NASA, pues será motivo de burlas y condenas: Bradbury será divisado por el Curiosity y se tomará una foto con su cara de morsa satisfecha. Lo retratará el Curiosity mientras Ray hace una barbacoa en el verano marciano. Del horizonte aparecerá entonces un muchacho, de unos 32 años, sobre el lomo de una bestia que asemejará un pajarraco con trompa de oso hormiguero; este extraño animal, mientras camina sobre el suelo rojo, irá construyendo pirámides como las de Egipto. Entonces el mundo volverá a ver, con nuevos ojos, al viajero Stanley Weinbaum, quien ya nos había contado su propio periplo en la Odisea a Marte.

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