Archive | noviembre 2015

De la arquitectura biológica y sus derivaciones, por Luis Bolaños

Tenemos el gusto de presentar este cuento de uno de los maestros de la Ciencia Ficción Colombiana, Luis Antonio Bolaños de la Cruz, esperamos lo disfruten:

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De la arquitectura biológica y sus derivaciones

Luis Antonio Bolaños de la Cruz

 

Compito con ilustres antecedentes a los cuales he extraído una imagen por allí, otra por allá: Dick (Aquí yace el wub), Leinster (Exploration Team), trilogía sobre los primeros habitantes de América del Norte (Michael Gear y Kathleen O’Neal Gear), Bradbury (Los marcianos), Van Vogt (Proceso) y Sheckley (El visitante de la aurora), con lo cual el relato culmina como una mera variación mezclada de los ideas de la media docena de autores nombrados, pero creo que agrega un adarme de apoyo a ese principio ambientalista “todo implica todo y todo se relaciona con todo” apuntando a un conecte cósmico, donde todos somos los demás y viceversa, aunque en el planeta del relato ocurre de manera literal.

Circunstancia

Las estrellas estaban allí, arracimadas, reproduciendo tanto el diseño embrollado de las redes de conexiones neuronales como el cableado que las interconecta para desencadenar breves neuromotos de actividad, corriéndose al rojo mientras frenábamos como podíamos, lanzando ráfagas de órdenes a través de los tableros de mando y dirección subsistentes, arrojando por compuertas y claraboyas materiales, instrumentos, basura, cadáveres, tratando de salvarnos, en búsqueda desesperada tras la falla en pleno viaje FTL (Fast Than Light) de algún dato planetario que coincidiera siquiera de manera parcial con las características terráqueas a que se amoldan nuestros cuerpos, ya que no tendríamos oportunidad para terraformar, o para permanecer en órbita por décadas, los daños transitaban de severos a graves en tanto brotábamos de nuestra trayectoria al espacio real y a medida que se encendían como ristras coloradas las luces de peligro en las pantallas y se hermetizaban niveles enteros, aumentando el listado de bajas, la preocupación se instalaba y el temor se expandía al cancelarse el límite de gestión de riesgos que programamos previamente.

Nuestra organave se liberaba de porciones, miembros, aparatos, ampollas y secciones, cauterizaba y cercenaba para amparar lo salvable, aplicaba eutanasia, apoptosis o ablación, según la rapidez requerida, los colores dóciles y tranquilizadores de los pasillos, y los vivaces y restallantes de las salas se ensombrecían y palidecían, latigueaban furibundos, mientras las funciones se alteraban, un galimatías de gruñidos, suspiros y lamentos brotaban de las paredes acompañados por fluidos, espumas y gelatinas que viraban a vómitos inescrutables, cintas de proteínas quemadas o manchurrones antiestéticos en pocos segundos. Con los hidropónicos y ecosistemas vegetales comprometidos y los criaderos desaparecidos, una preocupación adicional se percibía: la alimentación iba a escasear.

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INTERVALO Laboratorio en residencia (Ecuador)

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Via lablabelucubracionesartisticas.

INTERVALO Laboratorio en residencia, es un programa conjunto de LABlab y Casa 18 [espacio de arte], localizado en Quito – Ecuador,  cuyo fin es apoyar la producción, creación, investigación  y difusión de las artes contemporáneas, así como  establecer diálogos entre los creadores y los agentes vinculados a las artes en la región.

El programa de residencias ofrece oportunidades, de explorar, reflexionar y producir  desde diversas maneras de interacción que se pueden dar durante el proceso creativo, promoviendo un intercambio de nuevas ideas y experiencias,  para que sea a través de las conexiones entre artistas, estudiantes, organizaciones y demás contextos de la ciudad desde donde se pueda abordar la práctica artística como campo de reflexión y de conocimiento.

INTERVALO Laboratorio en residencia este año cuenta con el aval de:

Facultad de Artes de la Universidad Central del Ecuador

Fundación SINCHI SACHA

Laboratorio Disonancia

Brujería Urbana

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Q.E.P.D. Arnoldo Palacios

Querido Arnoldo nunca supiste si ese libro que te entregamos fue tuyo o nuestro. Nosotros tampoco lo supimos. Solo que eras entre todos el más bello. La más hermosa estrella negra de nuestra literatura nacional.

En este instante, Palacios no sabía si ese libro que tenía entre sus manos había sido escrito por él.

En este instante, Palacios no sabe si el libro que tiene entre sus manos ha sido escrito por él.

 

A Arnoldo Palacios, autor de «Las estrellas son negras» y «La selva y la lluvia», lo conocimos en la penúltima edición de una feria del libro de Bogotá a la que fuimos (2011). Ya sabíamos que «Tríptico de verano y una mirla» no se diseminaría por sí mismo, como las plagas o los libros de autores apadrinados por editores pudientes; debíamos impulsarlo y vimos una oportunidad en aquella tarde-noche en donde homenajearon al divino Palacios.

Al final del evento y un poco antes de que comenzara una coreografía con los bailes del Chocó, nos acercamos al escritor y le dimos nuestro libro. Él nos pidió, entre las ráfagas de luces que acentuaron su ternura hundida en la oscuridad del homenaje, un lapicero para firmarnos el ejemplar pues quería obsequiárnoslo; le explicamos que era un libro que escribimos junto a Julián Marsella y que deseábamos que lo leyera. Nos pidió que anotáramos nuestros números de teléfono y direcciones, lo cual hicimos a sabiendas de que jamás nos llamaría. Durante todos estos años nos figuramos, cada tanto, a Arnoldo Palacios frente a su biblioteca, preguntándose por esa extraña época en la que escribió «Tríptico de verano y una mirla».

Él no alcanzó a pasar esta navidad; ni siquiera supo de los atentados que ocurrieron en París, la ciudad en la que vivió por más de medio sigo: fue muy bello para embadurnarse con la histérica vulgaridad de estos días. Y nunca leyó nuestra ofrenda porque prefería leer textos escritos por otros que los elaborados por él mismo.

1000 cosas que sólo personas muy ansiosas podrán entender (audio)

Robin Williams era un famoso ansioso que sentía mucha ansiedad (Dan Steinberg/Invision/AP Images)

Robin Williams era un famoso ansioso que sentía mucha ansiedad (Dan Steinberg/Invision/AP Images)

 ¿Te sientes identificado con alguna de las siguientes características de los famosos ansiosos?

Tal vez seas un ansioso no famoso.

Escuchar:

Poemita de Sophia Ossiaz

Intento número uno de hacerle un poema

Sophia Ossiaz

 

intento 1 1

Yo con usted puedo cerrar los ojos y no tener miedo,

y luego de no tener miedo, dibujarle cosas en todo el cuerpo;

como si mi mano fuera de esas astillas de árbol que pintan de negro cuando están quemadas.

intento 1 2

Llegamos a ser hoja de humo,
porque me acuerdo que dejamos nuestros hilos enredados
y fuimos a desintegrarnos en el ozono.

 

intento 1 3

Y ahí seguimos,
al borde de desteñir nuestros colores en tacto, sintiendo cada invisibilidad
¿Sabe cuando uno juega con el agua que trata de rozarla sólo con la palma?,
cuando quiere que pasen olas pequeñas y toquen las huellas digitales.

intento1 4

¿Sabe?

¿Todavía se acuerda de nuestros cuerpos que siguen abrazados allá abajo?

Están tratando de retenernos,

Por eso los vemos como hormigas en reversa, recuperando lo que se nos cayó en el desorden…

y dejan que todo vuelva a ocurrir:

ocurrir con un ritmo,

un ritmo de mariposas,

mariposas con alas,

con alas naranjas,

naranjas con pecas negras,

pecas negras que se convierten en agujeros negros:

y ahí no sé si se acaba.