Archive | octubre 2018

Los robots no solo nos humillarán en el campo de batalla también en la pista de baile

 

 

 

No me considero una persona de citas, pero hay sentencias completas que se me vienen automáticamente a la cabeza como un cachiporrazo ante ciertos estímulos; y al ver hoy a este robot moviendo ese culo no orgánico recordé las palabras de Nikola Tesla:

Vivirás para ver en el futuro  horrores hechos por el hombre más allá de tu comprensión.

Y es que los Boston Dynamics, fabricantes de los robots fascistoides perros  de guerra, no contentos con desarrollar estas bestias artificiales de pura fuerza ahora se regodean en su destreza técnica poniéndolos a bailar sabroso la música del acusado wannabe de negro latino Bruno Mars.

Al nuevo bestiario de drones parlanchines, robozuelas sidosas e inteligencias artificiales que tratan de meterle mano al bolsillo, se agrega una nueva entidad insoportable: el robot funky.

Y aunque no soy persona de citas, esta es otra razón para que se me venga automáticamente a la cabeza como un cachiporrazo la frase del profesor Farnsworth:

 

No quiero vivir más en este planeta.

 

 

El clon de Borges: una novela de Campo Ricardo Burgos

La máquina de hacer Georgies

El millonario Miguel Ospino, fanboy de Borges, decide clonarlo. Su labor de crianza de ese nuevo genio, es tan minuciosa que lo deja sumergirse en el idioma porteño que luego enriquecerá la lengua literaria de ese duplicado del afamado escritor argenito para así construir nuevos escritos desde el aislamiento de una hacienda de Villa de Leyva (Colombia).

El Georgie clonado ocupará sus días en la lectura y la escritura de modo tal que saldrán nuevas novelas y ensayos e, incluso, versiones y variantes de los escritos que el Borges original hizo. Este aislamiento de una criatura tan inviable como el clon, semeja a la novela con el tinglado de la isla del doctor Moureau.

La historia comienza cuando a Saker, un académico que estudia con un entusiasmo que limita con la obsecuencia  la literatura del autor de Historia universal de la infamia, lo contacta un empleado del millonario para llevarlo a ese lugar que habita ese monstruo de las letras que continúa con lo hecho por el Jorge Luis que nació a fines del siglo XIX.

La clonación de Borges instituye la figura de un Pierre Menard que trasciende el ámbito de lo establecido como literario: el duplicado de Georgie no es invidente ni se involucra con una mujer de izquierdas que hace constar la impotencia, el complejo edípico y el terror del más celebrado autor del siglo XX que no ganó el nobel.

El clon de Georgie no implica que sea él mismo. La sugerencia de que esta criatura escriba en lugar de dedicarse al tejo o sembrar olivas en los campos de Villa de Leyva, implica una perspectiva no determinista de los genes; es necesario un ambiente que, cruzado con las potencialidades biológicas, permita la aparición de un monstruo de las letras y, por lo tanto, se construye un mundo en el cual la noción de libertad entra en tensión con la del destino glorioso.

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