ECOWATCHERS invita webinar ESTRATEGIA BOGOTÁ + VERDE 2030
¿Sabías que existe un acuerdo distrital del Concejo de Bogotá, cuya meta es sembrar más de un millón de 🌳 para el año 2030❓
La veeduría ciudadana EcoWatchers invita el próximo Miércoles 22 de noviembre 2023 a partir de las 5:00 PM 🕔 a conocer en qué consiste este importante acuerdo, en qué va el cumplimiento de la meta y cómo desde nuestro rol podemos contribuir a una Bogotá más reverdecida y arborizada. Toda esta información de la voz de su autor: El Concejal ambientalista Celio Nieves; el jardín botánico, representado por el Subdirector técnico Germán Álvarez; y, por supuesto, las comunidades representadas por Gina Piza delegada en la mesa distrital de arbolado urbano y sembradora de la Reserva Van der Hammen.
Para participar vía zoom te invitamos a diligenciar el siguiente formulario:
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o escanear el código QR de la imagen.
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Sutter. Por Jesús Morales Bermúdez

Por Andrés Beltrán
De cuando en cuando habitan el mundo personas en quienes se sintetiza el tiempo. Johannes Sutter, nieto de inmigrante renano, creció en el medio indiano sin conciencia de su personalidad diferente. Se movió con naturalidad en la lengua adoptada por sus padres, recorriéndola con suavidad en sus laberintos secretos, mostrándola versátil, tersa ante el ejercicio artesanal de su elaboración, esplendorosa como los diamantes que en vano buscara su padre a lo largo de sus múltiples deportaciones. De la boca de Sutter, fluían las palabras en el baño venusino de su expresividad, disfrute el suyo similar al de los dioses luego de su crear mundos, como si él mismo se acuclillara en el crepúsculo para contemplarlas. Era Sutter pez en el agua de lengua y dialectos de la región donde naciera, en las márgenes de un río caudaloso, célebre por las obras de ingeniería ferroviaria sobre sí y a los márgenes suyos, aparte de sus virtudes para la navegación y pesca. Difícil que en aquella región de rústicos y arcanos moradores emergieran personas de conocimientos refinados. Sutter aquilataba los entornos de su vida desde las versiones de la tradición, y más, desde los asombros propios, novedad y escándalo para sus congéneres, como si sabiendo de los confines estuviera más allá de los confines.
Luego de su educación primaria, a la cual vería como morada de suplicios por los métodos pedagógicos de la época, Sutter se vio de pronto cursando estudios en una abadía. Derroteros inciertos los de cada cual: había imaginado su futuro en tono propio a su región, dominando dos, tres y hasta más oficios y estudios secundarios, acaso técnicos, laboriosidad, vida modesta, nunca en su mente la vida religiosa. Mas he ahí, una tarde cualquiera, luego de haber jugado con los amigos, vagos como él, mientras caminaba de vuelta a casa se le acercó Lorenzana, prefecto de menores ese año, y le espetó sin miramientos la pregunta de ser cierto su interés por ingresar a la abadía. El pequeño Sutter, en su timidez no pudo imaginar aquella pregunta para sí sino propia para su hermano mayor, él si con inclinaciones hacia la vida religiosa, y sorprendido como se viera no pudo sino afirmar su voluntad de seguir la ruta propuesta por Lorenzana.