Cartas a los niños de la biblioteca pública de Troy, firmadas por Dr. Seuss, Isaac Asimov, Ben Spock y Neil Armstrong
Felicitaciones por la nueva biblioteca, porque esta no solo es una biblioteca. Esta es una nave espacial que los llevará a las regiones más apartadas del Universo, una máquina del tiempo que los llevará tanto al pasado como al futuro más lejanos; es una profesora que sabe más que cualquier ser humano, una amiga que los asombrará y consolará — y ante nada, un portal, para una mejor, más útil y feliz vida.
Esta fue la carta que dirigió el escritor Isaac Asimov a principios de 1971 a los niños beneficionarios de la apertura de la biblioteca pública de la ciudad de Troy, en Míchigan. La de Asimov fue tan solo una de las respuestas a una solicitud escrita por la bibliotecaria Marguerite Hart, destinada a más de una docena de celebridades de la época para que con sus palabras pudieran incentivar a los niños al uso de la biblioteca y, asimismo, les compartieran la importancia y gusto por los libros y la lectura. Entre las personas que contestaron a esta solicitud, estuvieron la primera dama Pat Nixon, hasta el gobernador de ese entonces de California, Ronald Reagan; también contestó Clifton Wharton, Jr., primer afroamericano en ser presidente de una importante universidad en los Estados Unidos, la Michigan State University; desde el editor de Cosmopolitan hasta el actor Vincent Price; y otros escritores, además de Asimov, como el pediatra Ben Spock y el famoso ilustrador infantil, mejor conocido como Dr. Seuss.
Borges dibujante: Una Hidra y una escena de baile tanguero
Este es un dibujo hecho por Borges forma parte de la colección de Libros raros de la Universidad de Notre Dame. Lo que aparece escrito contiene dos partes, una de ellas es una referencia al origen de este género musical que, como se aprecia en la imagen, está incompleta pues continúa en el reverso de la misma hoja, el texto (incluyendo lo que está en la pagina posterior) es el siguiente:
El tango es prostibulario. De ello no tengo dudas. Pero la certeza no me acompaña si se trata de ubicar la cuna del mismo.
Para Ernesto Poncio, es la recova del Retiro, claro está, en los prostíbulos; los del Sur creen es en la calle Chile, y los del Norte sostienen … que es en la calle del Temple, ambas golferas. En todo caso es también indiscutible que nace entre 1880 y 1890.
La otra parte corresponde a las coplas que aparecen a ambos lados del dibujo:
Barracas al Sur
Barracas al Norte
a mí me gusta
bailar con corteMañana por la mañana
me voy a las Cinco Esquinas
a tomarme un mate amargo
de la mano de mi china
El dibujo no está fechado pero forma parte de ese «corpus» que evidencia una perspectiva que buscaba quitarle ese «glamour» con que el tango comenzó a contar desde su redescubrimiento parisino. Además, Borges defenestraba el tango de contenido sentimental y siempre fue más cercano a la estética del barriobajero, tan explotada en muchos de sus relatos y ensayos.
Borges también cuenta con otro dibujo que desmonta, una vez más, la perspectiva generalizada que encumbra al escritor en un lugar impoluto en el que jamás se dejó tocar por aspectos «menores» como la política. Este segundo documento está en la colección que tiene la Universidad de Virginia y pertenece a un manuscrito de nueve páginas llamado «Viejo hábito argentino» que luego apareció publicado como «Nuestro pobre individualismo» en el libro «Otras inquisiciones»:
Poemes de la nina libèl.lula, de Miquel Català
Poemes de la nina libèl.lula, de Miquel Català
Valencia, Editorial Germanía, 2012.
Manuel García Pérez
La poesía que Miquel Català recoge en este nuevo libro se caracteriza por esa voluntaria brevedad que convierte al poema en un horizonte de continuas expectativas, pues lo dicho, por su concisión, quizá es menos importante que lo no dicho. El silencio y lo comunicado se compensan en esa unidad metamórfica que es un poema que parece sencillo, pero cuya hondura se manifiesta por la depuración formal que ha experimentado. Sin duda, esa depuración es síntoma de la necesaria búsqueda de un espacio inconcluso, significativamente diáfano donde el poeta alberga su voz de renuncia a cuanto se deja manipular por los sentidos.
Dios en una novela de Olaf Stapledon
El misticismo y su tradición escrituraria es cercano a la ficción especulativa y no sólo por lecturas que reinterpreten textos bíblicos o poemas hechos por quienes tocaron el éxtasis: En 1944 el mundo pudo apreciar cómo el escritor inglés Olaf Stapledonen su novela Sirio hacía que un perro con un cerebro más inteligente que el de un humano promedipudiera intuir la presencia divina. Les presentamos la descripción que hace el propio ser, quizá mosntruoso en la medida que no es clasificable:
Di vueltas y vueltas, frotándome dolorosamente el lomo contra la pared cada vez que giraba sobre sí mismo, lanzando una dentellada a la cortina cada tez que pasaba ante ella. Todo aquello era simple afectación: yo representaba dramáticamente el papel de animal enjaulado. Las campanas de las iglesias y colegios sonaban cada cuarto de hora. El ruido de los coches se iba apagando con las sombras nocturnas. Recordé furiosamente el olor de Plaxy, amado y repulsivo; y el olor de mi última perra, dulce pero falso, promesa de un espíritu inexistente. Y luego, de pronto, el amable olor de ldwal y las ovejas envueltas en la bruma. Y el olor de Pugh, sudoroso y excitado. Los olores de la escarcha, de un día de estío, de viento marino, del viento del oeste cuando cambiaba al este. Rastros de liebres y conejos. El hedor irritante de un gato. El olor denso y suave del zorro. Los animales del circo. El cloroformo, y los bandidos. El débil olor del sufrimiento, que aprieta la garganta, y parece venir de un rincón desconocido del laboratorio.
Y bajo esta marea de olores, una corriente subterránea de sonidos: tonos de voces humanas, balidos de ovejas y corderos; el viento gimoteante o furioso; compases de música humana, y temas de mis propias canciones.
Toda mi vida fue una unión de olores y sonidos, y contactos, también. Pues sentí la mano de Plaxy en el cuello, y huesos que crujían entre mis dientes, y el lomo suave de una joven perdiguera que había conocido en Ffestiniog.
El cerebro como una red
Ni el discurso científico se puede abstraer a las metáforas. Con la eclosión de la «red», en sus diferentes acepciones y con la ascendencia de Internet, el uso de esta palabra se ha venido reiterando en las explicaciones que los hombres de ciencia dan a los legos. Así es como los genes han dejado de ser piezas independientes para que empiecen a funcionar a partir de sus relaciones con otros genes y, de la misma forma, la perspectiva modular del cerebro ha dado paso a una concepción en la que se lo entiende como una telaraña en donde la memoria opera a partir de distintas sinapsis combinadas con ciertos ambientes emocionales (la metáfora de la red ha sido utilizada, inclusive, por físicos como Capra cuando intenta explicar la vida). Les presentamos una entrevista Joaquim Fuster, uno de los inauguradores de la metáfora de la red aplicada a la comprensión de la memoria y del funcionamiento del cerebro:
David Sylvian en Japón no en Japan
Llego a casa cansado.
– ¿Ya vio el video de David Sylvian en Japón?
– Sí.
– ¿Qué tal repetirlo?
– Bueno.
– Curioso, porque David Sylvian empezó su carrera, en 1974, con una banda llamada Japan, y este concierto del 2004 es en Japón.
– Ajá.
– Pues, me parece curioso.
– Seguramente ya había tocado antes en Japón. Entonces, no importa la verdad.
– Es cierto. Disculpe, Kerbie. Más bien míremos el video.
– Ok.
– Hasta que no lo quiten de youtube, digo.
– Amén, mi hermano.
La bibliofilia, los admiradores y Alfonso Palacio Rudas
Aún recuerdo el momento en que su admirado profesor le mostró ejemplar de El Aleph firmado por Borges: El muchacho vio la hoja con minucia, pasó sus dedos por encima de la rúbrica, cerró un ojo y pegó su nariz al libro . lo hacía con la entrega de un enemigo. Los admiradores son los peores enemigos del escritor admirado, sus gestos de monumentalización terminan enmudeciendo los escritos, los convierten en piezas museográficas que en nada distan de las que conservan los seguidores de un jugador de fútbol o de un actor del cine o la televisión. Ese muchacho, creo, ya ha publicado algunos volúmenes frondosos de la historia colonial de Colombia, además, tiene proyectado escribir novelas y espera hacerse a enemigos como lo fue él de Borges-aunque para él tener admiradores no es una afrenta- y, siempre alojado en su profesión de abogado, podrá contar con la solvencia económica suficiente para dedicarse al placer de coleccionar libros viejos y deseados por otros, haciendo una voluminosa biblioteca que después donará a todos los «pobres» que jamás podrán acceder a un clásico. En este grupo de intelectuales, con larga tradición en un país como Colombia, se inserta Alfonso Palacio Rudas, un ferviente coleccionista de libros que también fue alcalde y concejal, cumpliendo con ese sueño de que un político debe ser muy «culto» (entendiendo por culta a una persona que sabe de memoria datos históricos y nombres de obras y sus autores y que, a su vez, desprecia o ignora trabajos manuales como pegar ladrillos):
:
Majestuoso Rafa, por Altais
Majestuoso Rafa fue un cuento que realicé para el evento Ulyses Cybernético, heroísmos en la era digital, que se unía a la celebración del Bloomsday, en honor al Ulises de James Joyce. A partir de esta historia, que es un derivado de algunos pasajes de Joyce, se podían realizar otras derivaciones. Y fue lo que sucedió con un artefacto que para mi asombro, al parecer, fue el que más llamó la atención de las tecnologías que sugerí en esta historia: el reloj. Un reloj muy similar al que se especula está desarrollando Apple con el nombre Iwatch. Esta es la adaptación gráfica de Majuestuoso Rafa que hizo el periodista gráfico Altais, familiar en Mil Inviernos por otras colaboraciones: