Una microselección de microrrelatos
Tenemos el gusto de presentarles una selección de microrrelatos escritos por Edwin Bonelo (@edwinbonelo) quien, desde hace años, trabaja el género:
Entre-vista
Ah, ¿el ojo de Dios? Claro, sale todos los dieciochos de agosto, como a las dos de la mañana, por allá detrás de ese cerro; da la vuelta arriba y se esconde al otro día, aunque con el sol se pierde, o de pronto tal vez cierra los párpados por tanta luz. Yo no creo en pendejadas, pero uno no puede desconfiar de lo que ve y a mí nadie me quita de la cabeza esa figura mirándome, viendo todo sin parpadear, mareando con todas las vueltas que da y los colores que bota. En una cosa complicada, porque yo le puedo decir muchas cosas que le veo, pero hasta que uno no lo vive no lo siente, ni palabras hay para contar esos calores, esos fríos y esas luces que a uno lo envuelven cada año. Por eso nunca fallo, y con paciencia llego hasta esta orilla y me paro ahí, donde está el palito clavado en el suelo, porque si me muevo así sea un milímetro se pierde la vista, como si no me diera permiso de admirarlo como yo quiera.
Microrrelato
Buscó en el diccionario, en la robusta enciclopedia de su casa y en la etérea de Internet; escarbó en viejos libros de biblioteca y habló con expertos y profanos. Tarde en la noche, con la cabeza agotada, el optimismo en el suelo y el puño decayendo de ganas, escribió: “¡ya sé!: microrrelato es cualquier mierda”, y se echó a escribir.
El tachón
Del computador a la vieja máquina y de esta al arcaico lápiz. Huyendo del pensamiento fragmentado me adentré nuevamente en el rectángulo vivo de papel. El resultado, una magnífica cantidad de líneas sobrepuestas sobre más líneas borrando, subrayando, escondiendo, rectificando; en últimas, mostrando esa jocosa dialéctica entre la potencia y el acto del pensamiento.
Vistazo
Ya viejo, se entristeció al constatar que la historia de su vida podía leerse sin saltar el renglón.
XII Parlamento Nacional de Escritores de Colombia en Cartagena de Indias
El evento de mayor proyección en el ámbito académico literario continental este año conmemora:
LOS CENTENARIOS DE
“Platero y yo” /
Nacimiento de
Julio Florencio Cortázar Scott
Y los Cien años de Vida de Nicanor Parra Sandoval
También rinde un homenaje a
Marvel Luz Moreno Abello
Y HACE UN ESPECIAL RECONOCIMIENTO a los escritores:
Antonio Botero Palacio – Antonio Mora Vélez (padre de la Ciencia Ficción en Colombia)
CON LA ENTREGA DEL «LIBRO DE ORO»
PUEDEN DESCARGAR O CONSULTAR: PROGRAMA XII PARLAMENTO (Provisional)
Se llevará a cabo en la ciudad de Cartagena de Indias, del 13 al 16 de agosto de 2014.
Invitación:
Un hackeo DIY de las Google Glasses: ridículo pero genial
Al principio puede ser inevitable la risa al ver el prototipo de Arvin Sanjeev, ya que parece un tanto ridículo. Pero después de que uno entiende el proyecto de Smart Cap – DIY Head Mounted Display le parece un ingenio fabuloso para evadir las políticas de monitoreo de Google, y si eres una de esas personas paranoicas como yo podrías estar pensando en construirte uno para ti mismo.
El Smart Cap de Sanjeev es básicamente un hackeo DIY de las Google Glasses, construido con código abierto, a través de Raspberry Pi, y un software clon de Linux de las Google Glasees (Rasbi OS image with Voice Recognition Software.), sostenido por un gorro SWAG como la interfase de conexión entre todos los dispositivos y la cabeza del usuario.
El tutorial para armar este artefacto (que también puede llegar a ser considerado como las Google Glasses para pobres, pues su construcción no llega a los 1500$ que está costando esta tecnología en el mercado) puede consultarse en esta entrada escrita por su propio creador: Smart Cap – DIY Head Mounted Display
En este video se puede apreciar la Smart Cap en funcionamiento, con una resolución un poco baja pero con funciones como Realidad Virtual y Realidad Aumentada que no tienen nada que envidiarle a los dispositivos de Oculus Rift o Google.
¿Usarías esta Smart Cap como alternativa a las Google Glasses? ¿Qué privilegiarías: Privacidad o Fashion? Estoy seguro de que si yo armara mi propia Smart Cap no lo haría sobre una gorra tan chistosa. Soy más del tipo de sombrero de copa.
Tres cortos poco creíbles
Leucotopia (Francia, 2013), Mrdrchain (República checa, 2010) y The risk not taken (Alemania, 2011) son tres filmes cortos que tienen algunos aspectos en común: los tres son cortos animados que recrean mundos oniricos, habitados por personajes antropomórficos que no hablan. Además los tres son visualmente sorprendentes y tan excéntricos que difícilmente habrían podido ser concebidos en un medio diferente al corto animado. ¿Dónde más, sino en un corto animado, podría uno encontrar historias como la del hombre (máquina) controlado por gallos sin cabeza?, ¿en qué otro género podría uno disfrutar del dilema de un hombre hecho de algo parecido a viruta de madera cuando se enfrenta a las consecuencia de sus decisiones? ¿Dónde mas podría uno acercarse a los problemas a los que se enfrenta un personaje hecho de rodajas y vísceras en su tierra nocturna?
Masturbaciones de Juan Carlos Onetti
Las noches masturbatorias de domingo tienen su punto culminante cuando son avisorados los primeros plumazos de la eternidad de los lunes y no queda más remedio que la ansiedad. El placer solitario, tan proclive a desembocar en una inmensa decepción, no se circunscribe a los hombres, como aparece en este relato del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti:
La mano
A los pocos días de entrar en la fábrica, cuando pasaba para ir al baño, oyó que algunas compañeras murmuraban y del murmullo le quedó el desprecio:
—La leprosa.
Por su mano enguantada, la que durante años anteriores al guante supo esconder en la espalda o en la falda o en la nuca de algún compañero de baile.
No era lepra, no había caído ningún dedo y la intermitente picazón desaparecía pronto con el ungüento recetado. Pero era su mano enferma, a veces roja, otras con escamas blancas, era su mano y ya era costumbre quererla y mimarla como a un hijo débil, desvalido, que exigía un exceso de cariño.
Dermatitis, había dicho el médico del Seguro. Era un hombre tranquilo, con anteojos de vidrios muy gruesos. “Le dirán muchas palabras y le recetarán nombres raros. Pero nadie sabe nada de eso para curarla. Para mí, no es contagioso. Y hasta diría que es psíquico”.
Malas personas, borrachos y mentirosos: bienvenido al mundo laboral
Asli y Pedro son dos personas que se atravesaron en mi vida en circunstancias especiales: a los dos los conocí por trabajo. Pedro y yo fuimos compañeros de oficina el año pasado; sus mentiras y su constante olor a frutas le merecieron un lugar en este post. A Asli la conocí en 2004, compartimos casa como parte de mi programa de voluntariado en Inglaterra y nunca olvidaré su actitud agria. En este post cuento las historias de estos dos personajes, colegas míos, no amigos, y la forma en que se relacionaron conmigo. Solo compartí con ellos un tiempo limitado pero los dos me dejaron lecciones valiosas.
Pedro y el olor a fruta
El año pasado recibí una oferta laboral bastante difícil de rechazar. Alguien que yo conocía estaba buscando un traductor para un proyecto con una empresa importante. El trabajo pintaba emocionante y era justo lo que yo estaba buscando. Después de algunas entrevistas me llamaron para empezar a trabajar. Todo era regocijo y alegría. El plan para el primer día de trabajo consistía en una reunión informativa con el equipo interno y un par de reuniones más para conocer al personal del lado del cliente. Al principio todo transcurrió con normalidad excepto por un detalle. En la primera reunión del día, la sala de juntas en la oficina en la que estábamos reunidos tenía un olor dulzón, penetrante, algo parecido a frutas pudriéndose. Ese olor se me hacía bastante similar al que expele la gente durante el día cuando no se le ha pasado la borrachera. Read More…
Nuevo libro de Felipe Escovar y Luis Cermeño: ¡Arrúllame Ramona!
La editorial Senderos Editores inaugura su colección Cuadernillos Narrativos con la historia ¡Arrúllame Ramona! de Luis Cermeño y Felipe Escovar (editores de Mil Inviernos). El lanzamiento del libro será en Punto Theca en el Punto de Convergencia 23 el próximo 8 de agosto de 2014.
El libro está dedicado a todas las facultades de Física de América Latina y a su santo patrón: Albertico Einstein. Adaptado al español de los colombianos tristes.
99 días de masturbación en CholoTube
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TESTIMONIO EXCLUSIVO PARA MIL INVIERNOS
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(El autor ha solicitado que lo mantengamos en el más férreo anonimato, por lo que lo mencionaremos como el Cholotuber)
El saxo suena y llegué al día 99 de mi experimento forzado. Todo comenzó con mi divorcio y los ataques de ansiedad que no mermaron pese a que mis uñas sangraban y mis carracas dolían más que después de una noche de cocaína.
Siempre he escuchado que la masturbación es el remedio más rápido para calmar las angustias, el problema es la resaca posterior a la eyaculada. Porque implica dos efectos a saber:
- Incremento exponencial de la ansiedad.
- Olvido de la sensación masturbatoria y por tanto un fuerte apetito de repetir el acto.
Por estos dos efectos el ciclo se puede repetir varias veces al día hasta terminar uno como un cadáver con los calzones almidonados.
Suelo ir al psiquiatra una vez a la semana, pero me da vergüenza decirle que a mis 33 años me masturbo como un chiquilín de 12. Este es un secreto que solo puede delatarse por el tamaño de mi antebrazo derecho, tan parecido al de Popeye el Marino.
Siguiendo el consejo de un amigo ingeniero de sistemas y hacktivista que lucha porque volvamos a vivir desconectados, me presté a un experimento sin parangón. Sabía de chiquillos que duraban 99 días sin usar su cuenta de face, lo mío era más radical: 99 días a punta de la célebre red social peruana cholotube.com
Amor a distancia (2)
El 29 de mayo de 2011 regresé de San José a Bogotá. La única razón por la que no me desbaraté a llorar durante las dos horas del vuelo fue porque un señor de Neiva decidió que era buena idea contarme toda su vida. La conversación se interrumpió cuando llegamos a Bogotá y me quedé solo de nuevo. Ahí entendí que todos los años de ilusión se habían acabado y que muy seguramente no volvería a ver a Gerardo. Nuestra relación había terminado en una monumental pelea y lo que antes era una comunicación fluida terminó en rabia y en un silencio que lo cubría todo. Los días que habíamos compartido en San José habían sido demasiados. Atrás quedaron los sueños de romper las barreras de la distancia. Después de ese último encuentro en San José todo se acabó.
Yo volví a Bogotá. Deshice mis maletas y continué con mi vida sin él. La última vez que estuvimos en contacto fue en 2013. Yo inicié la comunicación con un e-mail en el que le pregunté si había visto ese reality show en el que las parejas que están enamoradas por internet se encuentran. Le conté que en la mayoría de los casos una de las partes resulta ser haber mentido sobre su aspecto, su raza o su género. Incluso muchas de la personas que muestran allí han construido perfiles falsos en redes sociales con fotografías robadas y han creado vidas ficticias para engañar a otros. La ultima frase que le dije a Gerardo fue “somos afortunados porque por lo menos tu y yo si éramos las personas de los rostros en las fotografías”.