Once años pedaleándole a la princesa Mili.
Y once años pedorreándonos en la princesa.
Han sido horas de amarres amorosos y desventuras de viudos que no hallan el momento de dormir en un féretro para desposarse con la dama de la noche, es decir, con Dios. Hoy nos levantamos sin sentir nada, entonces nos preguntamos si ya no estamos muertos, o es que acaso, gracias a Dios, hoy amanecimos más insensibles. Y es que la insensibilidad nos ha prodigado lo que nos falta de valentía: el arrojo de pedirles a nuestros papis que a, nuestros cuarenta años, les sigamos pidiendo dinero para mantener a flote este proyecto en declive llamado milinviernos. No tenemos odiadores, mucho menos admiradores, pero sí que hay ignoradoradores de lo que hacemos: dios los bendiga, porque así como ellos nos ignoran, la angelitud hace lo propio con ellos.
Esta mañana vi a una caravana de atracadores que despedían a un coleguita. Uno de los deudos aspiraba bazuco de su pipa de pvc, o como ellos dicen, de su carro; hay nostalgia de no haber sido capaz de dedicarme a un vicio que me consumiera.
Mil Inviernos llega a la época en la que nace el devenir de ser un superpapá. Un papá valiente, sincero, transparente, sonriente y bienoliente. Pero en el interior hay abismos, abismos que yo, como padre, debo callar y mi cabeza es una olla a presión, debo ser feliz y tener los arrestos de tener éxito y defender a mi familia. Tengo el deber de ser valiente como Jesús lo fue en el Monte de los Olivos y, como Jesús, me cagaré del susto y, como Jesús, digo: ¡dios mío, dios mío! ¿por qué me has abandonado? Mientras mis hijos juguetean en el parque y mi esposa sonríe, agradecida por tener un lindo hogar. ¿Hay un desierto más desolador que una vida alegre?
A mí me decían en el colegio que yo iba a tener una vida alegre porque tenía cara de mariquita pero ni siquiera eso fue posible; no fui tan macho para ser marica y dar culo. Eso debe ser muy macho.
En estos once años de nuestra princesa mili las glaciaciones arrecian. Y apenas hay gente que se aleja de ese centro helado que es nuestra vida para morir de frío en sus propias burbujas de felicidad. ¡Ah, hipócritas, todos!
Cuánto nos ilusionamos con el final del mundo. Esa es la única salida para acabar con una vida feliz en familia: que el mundo acabe. Y como dice la última de los Everything but the girl: bésame mientras el mundo decae, bésame mientras la música está sonando.
Os traigo una noticia: moriremos felices. Y algún día nos levantaremos, ahí sí, sin sentir ni mierda y nos habremos dado cuenta que por fin somos fantasmistas. Descansaremos de vivir y nos decimos a nosotros: ¡feliz cumpleaños, mil inviernos! Te amamos, princesa Mili. Hoy te coronan en el Apurimac de los sueños.
Posdata: no hay nada mejor que tirarse pedos con dos dedos metidos entre el culo.
Nueva sección: Turicuchi

Miradas largas desde Chiapas
Turicuchi es la inflamación que aparece en el párpado (orzuelo) y la gente, en Chiapas, suele atribuir a la contemplación de un coito canino. Milinviernos se ha inflamado y por eso ha creado una nueva sección que lleva el nombre de esta afección. Su denominación, de origen chiapaneco, exhala su sustrato: en ella se abordarán libros editados o escritos por personas o editoriales de Chiapas.
Chiapas es particular: a veces semeja un enclave centroamericano en México y, en otras, aparece la empresa civilizatoria y nacional del país norteamericano. El español de esta región hunde sus raíces en la historia y se cruza con el tsotsil, el tseltal y muchas más lenguas que estallan en esta especie de Terra incógnita en donde se asoma el istmo al que William Borroughs llamó Interzona.
Misterios de lo oculto. Editorial 2022
Luis Cermeño, nuestro coeditor, es el encargado de materializar los misterios de lo oculto y acercarse al mundo ovniagropecuario; dentro de los ancestros de ese acercamiento están Juan Rulfo y Aquilino Velasco (El inquilino del infinito). En este vídeo, él declama un extracto del Gilgamesh; lo más estremecedor es cuando Luis repite el nombre del libro: hay resonancias del «spoon» de Harold Pinter cuando se remonta a Beckett; del aliento de las palabras emerge su condición pasajera, como la del propio hálito que propaló una divinidad e instauró formas cuyo horizonte es lo humano -aunque se desconozca el sustrato de aquello-.
Invitamos a que vean estos «Misterios de lo oculto» y encuentren una palabra que salga de sus bocas para así actualizar ese aliento que perdimos:
PRIMERA DÉCADA DE MIL INVIERNOS CELEBRAMOS EN LA MÁQUINA DEL TIEMPO
Este 19 de enero cumplimos nuestra década en funcionamiento permanente de nuestra página a pesar de que pocas cosas funciones ya para nosotros, entre ellas, la memoria. Razón por la que acudimos a la máquina de tiempo conocida como KAROL EL AHORCADOR, un trabajo de fotonovela que publicamos previamente en el 2012 en forma de post, pero cuya relevancia ahora creemos es conveniente sacar como una publicación digital independiente para que de esta forma revivamos la memoria que hemos perdido a lo largo y ancho de esta década.
Con el deseo de celebrar y agradecer con nuestros lectores por estar aquí, los invitamos a compartir con nosotros este agasajo de nostalgia, entrando a la página de nuestra editorial en donde podrán descargar este texto, además de otros del sello Mil inviernos:
KAROL EL AHORCADOR — Andrés Felipe Escovar
https://editorialmilinviernos.wordpress.com/
Salud pues por quienes ya no están y asfixias para quienes aún nos encontramos en este plano.
“¡Ohh Belleza!”, un montaje de Samadhi Creativa
“¡Ohh Belleza!”, toma como punto de partida el guión de la película “Belleza Americana”. A partir del análisis literario de este texto, este grupo se dio a la tarea de transformarlo para realizar un montaje teatral que tuviese como eje temático articulador la pregunta por la Belleza. Adicionalmente, hicieron una contextualización del texto a la loca realidad local.
A partir del texto adaptado iniciaron el proceso de montaje con un trabajo investigativo en el que se hizo un recorrido por las nociones y conceptos de Belleza que se han formulado a lo largo de la historia de las “culturas madre” occidentales, el concepto de Belleza que han postulado diversos autores modernos y un recorrido por las ideas que otras culturas, como las orientales, han realizado respecto a la Belleza.
𝗨𝗻𝗮 𝗰𝗮𝗻𝗰𝗶ó𝗻 𝗰áu𝘀𝘁𝗶𝗰𝗮. ᴇʟ ʀᴜɪᴅᴏ ᴅɪᴠᴀɢᴀɴᴛᴇ ᴅᴇ ᴘᴀᴛʀɪᴄɪᴏ ᴅᴀʟɢᴏ.

Cuenca, Ecuador




Mi pobre angelita ha muerto: in memoriam Dakota Skye
«Felizmente, con aquella manera consciente que era la suya y que a cada paso se interrumpía para reflexionar en alta voz sobre lo que decía y cómo lo decía. «
Werner Jaeger. Paideia. «Los ideales de la cultura griega». Libro IV. Pág. 69.

Dakota live matter
El día que Dakota conoció al Papa Pacho, le llevó un par de sus mejores herramientas: unas tangas y su ano. Las tangas identificaban la escudería de su equipo: las acróbatas anales. El Papa Pacho se preguntó cuál sería el sonido de las ventosidades que podían emanar de un culo tan abierto.
¿Acaso sonarían como la tempestad de Cristo y sus pescadores?
Pero no nos interesa el episodio episcopal, esto solo es anecdótico y muestra de la gran influencia de Dakota para su generación y las anteriores. Podemos decir que esta chiquilla del siglo XXI fue la última bestia del siglo XX.
Recordamos con cierta atmósfera de melancolía, aquel remake de Mi Pobre Angelito. Ella interpretó en versión femenina el papel de Macaulay Culkin . Pero ella fue tan grande que ni siquiera Sonic Youth le interpretó una canción. Y baste aclarar que la ejecución de Dakota tiene tintes extraordinarias, pues a diferencia de mi pobre angelito, ella golpea a los dos ladrones para después cogérselos. Una vuelta de tuerca que ni Henry James pudo materializar en sus narraciones.
Evocamos el momento en que Dakota se pone en el regazo de uno de los ladrones acostada como un bebé, mientras el otro introduce su hercúleo vergo en la vulva de la chiquilla y esta avisa con un fenomenal dolor que se está viniendo:
El que la arrulla es como su papi:
Mi pobre angelita se acerca más que nunca al himeneo de los dioses griegos para con los humanos.
Ver aquí: performance navideño.
Artista del diálogo, ella también creó su propia fraseología por la que será recordada por los siglos:
– Oh, hola. Me gusta mucho chuparte la verga.
– No puedo esperar a que te vengas en mi culo.
– En realidad, la humanidad ni se asoma al ocaso de los dioses.
– Mi corazón es una tarántula y yo expelo las toxinas del fentanilo.
Feliz muerte, Dakota.
Entraste al club de los 27 por la puerta de atrás, sin rebajarte a la gloria sino en las cimas de la indigencia.
Tu crimen que quita el sueño a más de un detective de poca monta de Hollywood no me dejará dormir esta noche tampoco y buscaré la clave en los hilos de las tangas. Amén.