Borges, Los Temerarios y La Mafia

Si el sueño fuera (como dicen) una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿por qué, si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?
J.L. Borges

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No sólo un despertar brusco es el hurto de una fortuna. El solo hecho de despertarse, con calma porque el sol golpea el rostro, puede serlo. Si el ser amado se abraza, se besa y se huele en el sueño, al abrir los ojos a la luz del día, y saberse solitario en la cama, es tan apabullante como despertar con la boca seca por la resaca. Resaca del amor que no ocurre.

Muchas veces se dice: «Te soñé anoche». Es más escaso un «te pesadillé anoche». Pesadillar al ser amado no es vislumbrarlo con un cuchillo clavado en su frente o con un hacha que lleva en la mano mientras ausculta en la oscuridad para asesinar al amante que lo sueña. Pesadillar al amado es haber estado con él y despertar solitario. No queda más remedio que aceptar que el amado se ha incrustado entre la inconciencia como un virus que carcome la tranquilidad, tal y como lo dice «La mafia»:

Siempre te estoy soñando

qué me estará pasando

ya no vivo sin ti

Si en «El sueño», el poema de Borges, el despertar abruptamente deja una sensación de robo, en la canción sólo hay vida cuando la amada está presente: Estar despierto sin ella  es estar muerto mientras que estar dormido y pesadillarla es vivir. Tanto en el poema de Borges como en la canción, despertar es desconsolador:

¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
nos despoja de un don inconcebible,»

En los versos de «La Mafia» hay fe de una restitución; cantándole la canción a la amada, ella no sólo se aparecerá en los sueños, también en la vigilia, el canto mismo la hace presente pese a su ausencia: Nombrar a alguien es traerlo hacia uno. La amada no coincide con el don enunciado en el poema de Borges porque este es inconcebible :

… que bien pueden ser reflejos
truncos de los tesoros de la sombra,
de un orbe intemporal que no se nombra

y que el día deforma en sus espejos.

La evaporación de la frontera entre cuerpo y alma, la afirmación de que el pensamiento no es suficiente para la prosecución de la dicha, hace que el enunciador de la canción de «La Mafia» se tire al abismo y busque a la amada (puede que la amada de la vigilia no coincida con la del sueño, pero esa asimetría correspondería a una canción de pena amorosa y no a una que declara el amor). La proclama tan fogosa del siglo XX, que llegó hasta los campos de la teología, en la que ya no eramos prisioneros de nuestros cuerpos ha sido asumida por bandas como la mencionada antes que muchos académicos.

Con la búsqueda de la amada que se cuela en los sueños, «La Mafia», a comienzos de los noventa,  sugirió una realidad aumentada mientras los más entusiastas futurólogos se referían a la realidad virtual. Esta banda del sur de los Estados Unidos (sin tanta consigna sobre los latinos, hicieron canciones en castellano) elucubró la realidad aumentada de las relaciones amorosas y, a partir de ello, se pueden efectuar relecturas de la poesía amorosa.

«Los temerarios» intuyeron que, en lo que se llama realidad, lo soñado se transforma en evocación y pensamiento:

Las noches son imposibles, no porque sean inverosímiles en el universo desamparado de la canción, sino por la crueldad con que se le revelan al que canta. El sueño no es suficiente para  evitar la condición real del amante: Precisa del amado para que la vida se haga vivible; los sueños no importan.

A diferencia del poema de Borges, no se precisa de un despertar brusco para sentir el despojo: siempre se ha sido víctima de un robo. La realidad resulta tan apabullante que ni el analgésico más furioso podrá calmar el dolor emanado de la desgarradura. El evocar a la amada no es más que  una tentativa.

Hay un verso ambiguo en la canción que en el vídeo se transcribe como:

Ven porque te necesito

Mía, mi amor

Al escucharlos, el cantante, en su ritmo, parece decir:

Ven porque te necesito

mía mi amor

 Si la canción se asume como se escuchan los versos, se entiende que es muy distinto ser amado a pertenecer al amante. Para que la posesión se de es necesaria la cercanía física. «Los Temerarios» siguen con ese tradicional entuerto que tuvieron Dante con Beatrice y Petrarca con Laura, pero, a diferencia de ellos, la amada no tiene un nombre específico: la denominan «mía».

Como en la canción de «La Mafia», hay una fe en que las noches se harán soportables, si al lado del amante está la amada. Con ella los mismos sueños podrán cruzarse sin agobio.  Con la ausencia de una frontera entre pensamiento y cuerpo, existe una esperanza para llegar a la dicha.

En el poema de Borges se ansía  seguir soñando. La vigilia siempre será decepcionante, no habrá quién ni qué la haga menos mancillatoria. La identidad del pesadillado y su forma, cambian;  el día es la espera de ese encuentro nocturno:

¿Quién serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?

En una charla que Borges sostuvo con el poeta irlandés Seamus Heaney, le dijo, a propósito de los sueños:

Cada mañana, cuando despierto, recuerdo sueños y los grabo o los escribo. A veces me pregunto si estoy dormido o si estoy soñando. ¿Estoy soñando ahora? ¿Quién puede saberlo? Nos soñamos unos a otros todo el tiempo. Berkeley afirmaba que Dios era quien nos soñaba. Tal vez tenía razón… ¡pero cuán tedioso para el pobre Dios! Tener que soñar cada grieta y cada mota de polvo en cada taza de té y cada letra en cada alfabeto y cada pensamiento en cada cabeza. ¡Debe estar exhausto!

Dios estaría exahusto si alguien lo despertara abruptamente o si, al abrir los ojos, no encontrara nada excepto a él mismo. Entonces, como ocurre en las canciones de «Los Temerarios» y «La Mafia», se pondría a buscar a los seres que soño o pesadilló y en su omnipotencia los haría a imagen y semejanza de sus pesadillas. Lo que agota no es soñar ni pesadillar, es despertarse.

Acá puedes leer toda la charla de Borges con el poeta irlandés

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0 Responses to “Borges, Los Temerarios y La Mafia”

  1. V says :

    «en el sueño del hombre que soñaba, el soñado se despertó» el post me recordó es frase, el titulo al inicio es atrayente en serio! pero como me niego a escuchar los temas, me quedo con algunas lagunas dentro del texto, en sintesis es tristísimo el pesadillear (?) con alguien? 🙂

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