Sogas y moscas. Un poema de Mari Cris
Sogas y moscas.

Una mosca me vino a buscar, ya le dije que no puedo salir pero insiste.
Una vez a la semana busco pastillas en un hospital,
y me siento en la galería a ver caer la tarde.
Pienso en paisajes que conocí y que no sé pintar,
pienso en el vacío existencial de esta tarde.
En la señora que sale a comprar con la cara tapada,
en los gritos de los niños en las casas vecinas.
Pienso en esa gente que está aprendiendo a vivir en familia
y en las que romantizan las miserias de la soledad.
Pienso en las mujeres que “aparecen” muertas,
y en las que se ahorcan en la comisaría de un pueblo.
Pienso en las sirenas que se escuchan por la noche,
en las luces azules que iluminan las caras del desvelo.
Pienso en que todavía me quedan puchos.
Todavía me quedan libros.
Todavía me quedan amigos.
Pienso que hoy tampoco voy a usar la soga…
Echo una vez más a esa mosca insistente y vuelvo a la cama.
Mari Cris