Correspondencia Gernsback y Tesla en Ficciorama 42

En la cuadragésima segunda edición del fanzine de producción quirográfica, reproducción mecánica y distribución repentina mensual, se rindió  un pequeño y sentido homenaje al «padre de la ciencia ficción» Hugo Gernsback. Este número incluyó la investigación de Cermeño y Escovar (editores de Mil Inviernos) que aquí os reproducimos.

El fanzine completo se puede ver acá:

CORRESPONDENCIA DE GERNSBACK Y TESLA

 

Investigación por: Luis Cermeño y Felipe Escovar

ficcio42

La energía radiante del amanecer tenía su nombre: María Cachapova. Con ella llegaban las emisiones radiofónicas desde el éter gelatinoso que comunicaba civilizaciones arcanas futuras. Porque valga decir que Nikolai Tesla era descendiente de extraterrestres ancianos aposados en Serbia. Él sí que sabía de desdichas y se las hacia llegar a través de epístolas científicas a su amiguito Hugo, apodado, el goleador de las noches tristes de Luxemburgo. Eso fue antes de que ambos decidieran mandarlo todo al carajo por la promesa de una fama perenne, cuando eran más chicos y sus anhelos más tiernos se sintonizaban con los ideales más puros de la inventiva de onanista empedernido.

María Cachapova le venía a avisar a Nikolai sobre su última adquisición sexual, el nombre de su nuevo amante era Alba. Nikolai pensó una fusión lésbica de su amor ajeno. ¿Serán lesbianos los extraterrestres? Hugo recibió una epístola con aquella mala nueva y se aprestó a responder:

  • Mi caro amigo, la vida en los Estados Unidos me ha llevado a pensar en volúmenes inocentes llenos de páginas sedientas de aventuras. He tenido visiones aterradoras, la propia María Cachapova aparece en una de ellas haciendo el amor con unos embragues de sonido parecido al de las transmisiones radiofónicas de mis papás extraterrestres. ¿Acaso el sexo entre la mujer y la máquina será la cientificción?
  • Te copio un extracto de mi novela RALPH 124C41+:

En un principio, la idea de ubicar un objeto que se mueve a miles de kilómetros de la Tierra y que acelera en una dirección desconocida, quizás pueda parecer una hazaña muy difícil; pero desde principios del siglo XIX, los astrónomos ya contaban con instrumentos capaces de medir las increíbles distancias entre los cuerpos celestes con gran exactitud.

SEREMOS CAPACES DE MEDIR LA INFAMIA DE LOS ASTROS Y LA LEJANÍA DE CORAZONES COMO LOS DE CACHAPOVA

  • Asimismo, Ralph sabía que si se dirige una onda pulsante y polarizada a un objeto metálico, esa onda se reflejaría en él, tal como lo hace un rayo de luz en la bruñida superficie de un espejo. Ese factor de reflexión, sin embargo, es determinante y único para cada metal. Justamente, si el factor de reflexión de la Plata es de mil unidades, el de Hierro es de seiscientos cuarenta y cinco, y el del Alomagnesium de unos cuatrocientos sesenta.

¿SERÁ QUE ESE OBJETO METÁLICO ES EL SEXO QUE ENLOQUECE A CACHAPOVA Y QUE A TI, QUERIDO AMIGO, TE PONE A PASAR NOCHES EN VELA TRANSMITIENDO SEÑALES HACIA LOS ASTROS DE LA ESTIRPE DE LA QUE PROVIENES?

NO HABÍA postre más delicioso para Nikolai que un pudín de tachuelas y tornillos. ¿Será por eso, se preguntaba Hugo, que el Serbio era tan inteligente, y él, que gustaba de comer nachos con queso, solo soñaba con pintar esbozos de superhéroes asexuados en aventuras por otros espacios a conquistar por la férrea humanidad?

*

María Cachapova tuvo que aclararle a Nikolai: Alba era Tomás, sí, aquel demonio que le había robado la posteridad y la fama. No le bastó con arrinconarlo en hoteluchos, sino que además le hacía el amor a Cachapova con consoladores de energía alterna que le provocaban orgasmos.

Nikolai cerró los ojos diciendo: esto es una amazing story, como las que le gustan a Huguito.

*

Al referirle su historia sexual a Hugo, éste último no tuvo empacho alguno en decirle que la maravilla más grande de la humanidad física sería la supresión de los genitales. Por eso era que sus historias de superhéroes debían alejarse de toda tensión sexual, no más allá del combate entre un hercúleo guerrero y un gorila de otra luna.

LAS LUNAS Y LOS GORILAS

Estallan contra la memoria de Nikolai hasta convencerlo de que es el ser más miserable de los parauniversos posibles. Lunas y gorilas. Los deseos de Hugo culminaron con la quiebra económica y con la consecución de premios auspiciados con su nombre que sin embargo ignoran la verdad de Hugo: el deseo de morir en Luxemburgo.

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