Francisco de Quevedo y los géneros de hombres y lectores en el mundo
En 1607 Francisco de Quevedo escribió «El alguacil endemoniado», uno de los escritos que habrían de comprender el memorable volumen «Los sueños» que se publicó hasta 1627; este libro comprende todos los juicios, rechazos y aprobaciones del autor de «El desengaño de las mujeres» y se ha constituído en una pieza con visos fantásticos dada la eliminación de una narrativa en donde se le de preponderancia a lo verosímil.
En cada uno de los cinco sueños hay una nota dirigida al lector, la cual siempre varía y contiene algunas de las hebras que conformaron el tapiz de la escritura de Quevedo y su visión del mundillo de las letras. Les presentamos un extracto del escrito dirigido al lector de «El alguacil endemoniado»:
Al pío lector
Y si fuéredes cruel, y no pío, perdona; que este epíteto natural has heredado de Eneas; y en agradecimiento de que te hago cortesía en no llamarte benigno lector, advierte que hay tres géneros de hombres en el mundo: los unos que, por hallarse ignorantes, no escriben, y estos merecen disculpa por haber callado y alabanza por haberse conocido; otros, que no comunican lo que saben, a estos se les ha de tener lástima de la condición y envidia del ingenio, pidiendo Dios que les perdone lo pasado y les enmiende lo por venir; los últimos no escriben de miedo de las malas lenguas; estos merecen represión, pues si la obra llega a manos de hombres sabios, no saben decir mal de nadie, sí de ignorantes, ¿cómo ´puede decir mal, sabiendo que si lo dice de lo malo, lo dicen de sí mismos, y si del bueno, no importa, que ya saben todos que no lo entienden?