Las muertas de Ciudad Juárez

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¿Quién las asesinó? ¿Son los asesinatos obra de un asesino serial o de una banda criminal? ¿Cuántas personas se necesitan para matar 700 mujeres? ¿Por qué fueron sus cuerpos abandonados en los sitios donde aparecieron? ¿Por qué la respuesta de la policía y del gobierno ha sido tan pobre? Estas son algunas de las preguntas que han intentado responder, sin éxito, investigadores, periodistas y escritores sobre las cerca de 700 mujeres que han sido asesinadas en la Heróica Ciudad Juárez desde 1993.

Tal es el desconcierto que ha generado la historia de esas mujeres –violadas, mutiladas, asesinadas, abandonadas en desiertos, basureros o lotes baldíos– que se han convertido en el tema central de libros, como el célebre 2666 de Roberto Bolaño y en el eje central de documentales como Señorita extraviada (2001) y Bajo Juárez, la Ciudad devorando a sus hijas (2006) que han intentado mostrar al público la historia de la ciudad, de sus mujeres asesinadas y desaparecidas y de sus familiares.

Desde que empezaron a aparecer los cadáveres de las mujeres, se han otorgado pocas condenas, la mayoría a chivos expiatorios quienes ya han muerto. A pesar de que las investigaciones de la policía no han arrojado resultados concretos, para la población es claro que los homicidios han sido cometidos por lo menos por dos asesinos seriales, además de las bandas de narcotraficantes y un grupo de hombres ricos y poderosos a quienes no se puede judicializar. El Estado mexicano afirma que el 70% de los cerca de 700 casos que han surgido desde 1993 han sido resueltos, cifra que no reconocen como cierta las organizaciones de familiares de las mujeres asesinadas y de las cerca de 3000 mujeres que se han reportado como desaparecidas. Los miembros de estas asociaciones, creadas desde la década de los noventa, culpan al gobierno por la mala gestión de los cadáveres, por la falta de investigación rigurosa, por la corrupción y por la falta de interés en encontrar a los culpables. Desde el comienzo de los asesinatos hasta hoy han sido asesinadas también dos activistas mujeres cabezas de estas organizaciones.

Sobre este tema también han sido realizadas películas de Hollywood, en 2006 fue estrenada Bordertown con Jennifer López 2006 y La Virgen de Juárez con Minnie Driver en 2008. En 2009 se estrenó la película mexicana Backyard: El traspatio dirigida por Carlos Carrera y escrita por Sabina Berman. La película es protagonizada por Ana de la Reguera y cuenta la historia de dos mujeres recién llegadas a Ciudad Juárez: una policía idealista, asignada a los crímenes de mujeres y una trabajadora de una maquila.

Las víctimas tienen entre 15 y 25 años y son trabajadoras de escasos recursos. La mayoría de estas mujeres y sus familias han llegado a Ciudad Juárez atraídas por la posibilidad de encontrar más oportunidades laborales y mejores condiciones de vida. Allí han dejado su educación para dedicarse de lleno al trabajo en turnos largos y mal remunerados. Ciudad Juárez se convirtió en un centro económico y demográfico a partir de 1994, año en que se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y comenzaron a abundar las maquiladoras (fábricas o centros de ensamblaje de compañías extranjeras).

La ciudad creció, atrayendo trabajadoras de todo el país, al mismo tiempo que la actividad criminal y el número de mujeres muertas. A pesar de la notoriedad que alcanzaron los llamados asesinatos de mujeres o feminicidios –incluso Jane Fonda se convirtió en su portavoz– desde mediados de la década de 2000 las investigaciones se desviaron hacia las redes de narcotráfico, las cuales convirtieron en 2010 a Ciudad Juárez en la ciudad más peligrosa del mundo.

En 2012 las cifras de homicidios de Ciudad Juárez se redujeron en un 84%, lo que hizo que la ciudad fronteriza abandonara el deshonroso primer lugar. Esta reducción les dio a los habitantes de la ciudad la esperanza de volver a vivir tranquilos como lo hacían antes de que fueran encontradas las primeras muertas en 1993. Este notable mejoramiento en términos de seguridad está relacionado posiblemente a las estrictas medidas implementadas por el gobierno. Sin embargo también se especula que la reducción de los índices delictivos se debe también al final de la guerra entre carteles, el cual le dio el dominio de la ciudad a un solo bando. A pesar del mejoramiento en términos de seguridad y de los reconocimientos que ha recibido la ciudad, los asesinatos de mujeres y sus desapariciones no han sido resueltos.

@loloelrolo

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