Artículos seleccionados de Rafael Gutiérrez Girardot en Aquelarre (PDF)
Rafael Gutiérrez Girardot fue el único intelectual colombiano del siglo XX, con el mayor reconocimiento a nivel internacional y con la mayor aversión por parte de los medios hegemónicos del país, que lo velaron para siempre de sus famosos tops de intelectualidad provinciana y que aún hoy causan risa por la ingenuidad con qué se preguntan ¿Dónde están los filósofos? sin siquiera reparar en su nombre, ni salir de los Andes, en busca de una respuesta.
A Gutiérrez Girardot nunca le pudieron perdonar su distanciamiento con la Casa Editorial que se cree dueña del país, ni sus críticas a la universidad privada -cuyas profundas deficiencias aún se sienten hoy- pero sobre todo, y esto lo dijo Carlos Gaviria en una conferencia otorgada a su memoria el año de su muerte – en el auditorio de La Tadeo y en el que el único asistente menor de 50 años era yo- , que hubiera sido tan «injusto» con aquel filósofo-Dios de cabecera cuyas imposturas intelectuales aún siguen reverenciándose sin reparo: José Ortega Y Gasset.
También en el 2005, la Revista Aquelarre de la Universidad del Tolima dedicó un número especial con una cuidadosa selección de textos del hombre de letras de Sogamoso. La presentación de esta edición está a cargo del filósofo José Hernán Castilla, profundo conocedor de la obra del profesor y crítico literario, además culpable directo de mi gusto por la obra de Girardot, al habérmela presentado. La introducción y contexto de la vida intelectual de Rafael Gutiérrez Girardot está a cargo de su amigo y colega el filósofo Rubén Jaramillo Vélez.
En cuanto a los textos de Rafael Gutiérrez Girardot se aprecian algunos que ya han circulado y que han hecho parte de sus libros de ensayos «Provocaciones» Y «Eufemismos»; entre ellos, los famosos escritos sobre el movimiento poético de los piedracielistas bogotanos y otros dedicados a la literatura colombiana. Por otra parte, esta edición presenta textos que hasta la fecha se mantenían inéditos; una nota sobre un prólogo de Rafael Maya y una correspondencia preciosa como materia de estudio.
Disfruten este valioso documento: