Editorial: los nueve años de la princesa Mili
No era un aire desligado, no se nadaba en el aire. Nos olvidábamos del límite de su color, hasta parecer arena indivisible que la respiración trabajosamente dejaba pasar.
José Lezama Lima sobre el nuevo coronavirus.
Ahí está la princesa Mili. A sus tiernos nueve años. Y que no se crean que por ser tan pequeña no ha parido las suficientes amarguras como para ser una anciana de sabiduría. La princesa recuerda cuando aún era un feto. ¡Ah problemas lejanos aquellos los de existir! Cuando apenas era la idea de un par de imbéciles que, conscientes de su condición de oficinistas sin oficina, buscaron un nuevo fracaso, un nuevo sol que revelara las sombras de su impotencia. Y para esta no hay fentanilo que valga, ni tadalafilo.
Han pasado tantos años desde ese alumbramiento, que ya nada se puede decir:
- Tanta mierda pa ni mierda.
Acaso ese sol de Mil Inviernos que se vislumbró en su nacimiento fue el germen de esos Mil abortos que suceden tras los días que ya no se levantan por más tadalafilo que se le suministre a esos tejidos cavernosos que ya parecen fosas comunes de sueños.
Nueve añitos, cuerpitos cavernosos, estertores, acaso que se niegan a recular. Ante el embate de mercachifles y publicadores de sandeces que se prosternan ante teorías hechas, hace más de sesenta años, con el barniz de música punk, allende este mar de mierda que nos ha tocado vadear sin descanso.
Hemos pasado por diferentes terrores, y ahora que el vírico está de moda, tenemos el antídoto perfecto:
- Masturbarse hasta que el Covid lo ahogue.
- Maldecir hasta quedarse sin aliento
- Extrañar el olor a mierda porque ya no hay olfato.
La vida es hermosa. Lástima que ya se haya ido. La nueva normalidad no nos sabe a nada, como tampoco sabe el hecho de estar condenados desde el mismo momento de nacer.
¡Arriba pues, lo que pueda subirse! Por medios artificiales, como nos enseña la sci-fi, o por medios espirituales, como nos enseñan los magufos.
Hay gente que dice que se acabó el juego. Pero el juego se está jugando desde hace mucho.
Quedan pocos días para navidad, y muchos menos para año nuevo. Estamos en la víspera y la noche no está serena. Año nuevo lo quiero pasar bailando con la princesa Mili.
Pero de eso a que suceda, hay mucha mierda de por miedo.
Lo bueno que ha dispensado del Covid es que ya no se sienta el sabor excremental cuando se consume mierda:
¿Es mierda lo que tiene textura de mierda, forma de mierda, pero no sabe ni huele a mierda?
Las aventuras filosóficas están a pedir de boca.
Pero mi boca tiene tapabocas y la de la princesa está podrida.
Se murieron muchas cosas y morirán muchas más. Igual, ya sabíamos que todos íbamos a morir. Un día más un día menos, ¡qué hijueputas!.
Igual no hicimos ni mierda a pesar de tanta mierda.
Abrazos mis queridos seguidores.
La princesa Mili seguirá-
Ficcionar según Michel Foucault
Me parece que existe la posibilidad de hacer funcionar la ficción en la verdad; de inducir efectos de verdad con un discurso de ficción, y hacer de tal suerte que el discurso de verdad suscite «fabrique» algo que no existe todavía, es decir, «ficcione». Se «ficciona» historia a partir de una realidad política que se hace verdadera se «ficciona» una política que no existe todavía a partir de una realidad histórica.
Michel Foucault en M. Morey, «”Érase una vez…”: M. Foucault y el problema del sentido de la historia» en R. Máiz (comp.), Discurso, Poder, Sujeto: Lecturas sobre Michel Foucault, Santiago de Compostela, Universidad de Santiago, 1987, pp. 52-53.
Vía: Diana Carolina López
La filosofía como ciencia ficción y la ciencia ficción como filosofía
La doctora Teresa Mira de Echeverría impartió una conferencia en la que aborda los puntos de contacto entre la filosofía y la ciencia ficción. Esperamos que disfruten de la misma y reflexionen en esta época santa, así sea en torno a cosas non sanctas:
El Apocalipsis según Cioran
Este texto lo escribió un tierno Emil Cioran a los 22 años, y lo publicó junto a otra colección de escritos en un libro que tituló: «En las cimas de la desesperación». Comentaba que este libro fue una suerte de liberación, tanto de la filosofía como de la idea de suicidio, pues empezaba a percibir cabalmente la absoluta inanidad de todo.
APOCALIPSIS
¡Cuánto me gustaría que todas las personas ocupadas o investidas de una misión, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, seres superficiales o serios, alegres o tristes, abandonasen un buen día sus tareas, renunciando a todo deber u obligación y saliesen a pasear a la calle cesando toda actividad! Todos esos imbéciles que trabajan sin motivo o se complacen en su contribución al bien de la humanidad, ajetreándose —víctimas de la ilusión más funesta— para las generaciones futuras, se vengarían entonces de la mediocridad de una vida nula y estéril, de ese absurdo derroche de energía tan ajeno al progreso espiritual. ¡Cómo saborearía yo esos instantes en los que ya nadie se dejaría embaucar por un ideal ni seducir por ninguna de las satisfacciones que ofrece la vida, esos momentos en los que toda resignación sería ilusoria, en los que los límites de una vida normal estallarían definitivamente! Todos aquellos que sufren en silencio, sin atreverse a expresar su amargura mediante el mínimo suspiro, gritarían entonces formando un coro siniestro cuyos clamores horrendos harían temblar la Tierra entera. Read More…
La creación para Deleuze
Si existe una posibilidad de encuentro entre arte-ciencia-filosofía está en la potencia creadora que trasciende todos los campos de conocimiento humano.
Y es sobre este acto de creación, desde Bresson, que el filósofo Gilles Deleuze se ocupará de abordar en su conferencia en la Escuela Superior de Oficios de Imagen y Sonido en 1987, dirigido a una audiencia interesada en el cine.
El amor de Bertrand Russell
Fue Bertrand Russel quien dijo que el amor es sabio y el odio es una tontería. En estos tiempos impera la creencia de que ambos sentimientos son tontos y que hay que dedicarse a la posmodernidad entendida como el encamarse con cualquiera, o, en su defecto, que el amor se remite a viajes costosos, flores de países lejanos y regalos de San Valentín. El afecto murió, al igual que Russell y su amor. Les presentamos una entrevista que le hicieron a este pensador y matemático inglés en donde, además de hablar del amor, se refiere a los pocos recuerdos que tuvo de su padre, al olvido en el que quedó su madre y su tensionante relación con New York:
Los trabalenguas de Deleuze
Deleuze tuvo una relación animal con los piojos que se le sembraron: Se escarbaba y los sacaba de entre su pelambre y los mordía y pasaba mientras cerraba los ojos y hacía referencias subrepticias al Ano Solar. Deluze se apasionó por los piojos y vio con desconfianza las relaciones que entablan los humanos con sus gatos o perros. En el abecedario de Gilles Deleuze se pueden apreciar distintas facetas de lo que pensaba este filósofo francés; además, es una suerte archivo, él mismo se considera una pieza archivística, sentado, escuchando lo que le pregunta una antigua alumna y amiga que fuma a pesar de que el ya viejo Delueze tosa como esos ancianos que quieren recordar el asma. En este material también habla de la bebida, de su admiración por FitzGerald y su amor por Spinoza, además declara su desinterés por la gente «culta» y expresa, sin ninguna cohibición, su desprecio por Wittigenstein:
El último libro de Campo Ricardo Burgos López: Introducción al estudio del diablo
“Introducción al estudio del diablo” es un texto que conjuga filosofía, teología, psicología y literatura para ofrecer una visión del diablo en cuatro momentos. Primero, reseñar cuál ha sido la historia del concepto en Occidente; segundo, discutir la existencia o inexistencia del personaje; tercero, examinar su relación con el mal, y por último considerar diversos fenómenos asociados al diablo como los exorcismos, las sectas satánicas, las posesiones, etc. La obra pretende ser una mirada a vuelo de pájaro a las muchas temáticas asociadas a la demonología tradicional y contemporánea.
Campo Ricardo Burgos López es escritor, poeta y crítico nacido en Bogotá, Colombia. En 1993 obtuvo el Premio Nacional de Poesía-Colcultura y ha figurado en diversas antologías de poesía. Sus cuentos han aparecido en libros como Cuentos de Ciencia Ficción (varios autores, 1998) y en Contemporáneos del Porvenir – Primera Antología de la Ciencia Ficción Colombiana (2000). Su ensayo “La narrativa de ciencia ficción en Colombia” (primer análisis histórico sobre este género literario en Colombia) apareció en Literatura y Cultura-Narrativa Colombiana del siglo XX. Compilador de Antología del cuento fantástico colombiano (2007) y autor de Pintarle bigote a La Mona Lisa: Las ucronías (2009). En ficción, ha escrito las novelas: José Antonio Ramírez y un zapato (2003) y El clon de Borges (2010) finalista del Premio UPC de novela corta de ciencia ficción en España.
Introducción al estudio del diablo está auspiciado por la Universidad Sergio Arboleda.