Roswellita
Me disfrazaron de virgen y curé cánceres de pulmón, hígado, oído, lengua, próstata, recto, útero, garganta, hueso, nariz, vagina, cuello, ano, sangre, testículos, cerebro, colon, ovarios, páncreas, esófago y vaso.
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Aparecía en medio del aire y me diluía entre las respiraciones de quienes se prosternaban, casi siempre enfermos, al verme.
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Y, mientras me evaporaba, de mis párpados salían palabras que delineaban el futuro.
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Me enseñaron a hablar los mismos que me sacaron de los escombros de la nave y le extirparon las vísceras a papá.
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Papá, ¿tuviste vísceras?
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Los grises somos las sobras de los dioses que escupieron sobre el universo; de cada escupitajo surgieron las razas que he olvidado por el golpe que me di al caer en el polvo y la hierba seca.
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Rachel, la hija del físico, me tocó la entrepierna, mientras nos enseñaban historia natural, y me dijo que yo era como el esposo de su muñeca porque no tenía ni ranuras ni bolitas arrugadas ni nada.
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Y sin testículos me reproduje: mis hijos brotaron de mí, multiplicándome. A medida que nacían yo me achicaba hasta que desaparecí y me hice pensamiento.
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Creyeron que huí de la mano de un soviético infiltrado.
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Para un pensamiento no hay ahora; se infesta en cualquier criatura que respire; se ilumina a través de contracciones musculares y vuelve a salir rumbo a la Noosfera.
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No necesito brotar en el aire para que me vean. Basta con que el accedido por mí cierre los ojos, me figure como la madre de Jesús, se arrodille y me pida palabras de un futuro que delineo con verbos, aunque el tiempo en mí no discurra.
Salvador contra los filisteos
Cuando nuestro Salvador muera todo será muy pero muy macho. No habrán lágrimas de sangre que caigan del cielo, aunque como dice León Bloy
Quisiera que estuvieses a los píes de Jesús y que no os faltasen muchas lágrimas.
Quare tristis est, anima mea ¿Por qué estás triste alma mía y por qué me perturbas.
Nosotros, para efecto de interpretación rabí, cambiaremos perturbar por masturbar. Entonces la oración cristiana dirá:
Líbranos de toda masturbación
Pero si la masturbación es Salvador Freixedo, y cuando él muera será todo muy macho, ¿macho es todo aquel que no se masturba?
Ya no quedará quien enfrente a los magufos literatis y procesalistas del cristianismo primitivo. Esos, que con arrogancia, dicen que no se pueden entender a Cristo por fuera del contexto de la Palestina de su época. Y la única palestina que conozco me obliga a masturbarme con la diestra y la siniestra, intuyendo esas lejanías que para mí son como desiertos biblicos.
Los magufos hablan de doce mesías más hasta la llegada del levantamiento judío contra el Imperio Romano. Incluyen en su listado de infamia a Teudas que fue decapitado por órdenes del procurador Fado, y ellos creen que porque sacrificó su vida es un mesías, cuando los mesías después de la muerte de Jesús no hicieron cosa distinta a masturbarse. Y esto lo sabían muy bien, tanto don Salvador Freixedo como Jiménez del Oso, que a la salida de la grabación fueron a celebrar el día del cannabis (4/20) , como dios manda, es decir, liando unos porros y viendo redtube a través de las puertas paradimensionales a las que tienen acceso.
Ha muerto el moderador, Jiménez del Oso, no sin antes dejar un dibujo de él volando un ovni como si fuera un cometa. Los otros siguen dando bolas, con sus novelitas sobre Jesús dentro de unos parámetros de la sensatez que el mismo Mesías proscribió. Salvador no ha muerto, pero ya casi, y nos va a dar muy duro, porque como decimos: ese día será muy macho. Y ya no sabremos si la masturbación nos perturbará.
Mi dinosaurito marica
Por Enrique Pagella
Todo el mundo o casi todo el mundo o alguna parte del mundo conoce el microrrelato que ha hecho famoso a Augusto Monterroso, o, tal vez, mucho más justo resultaría escribir: alguna parte del mundo conoce el microrrelato por el cual se nos introduce a la microficción y al trabajo con la teoría del iceberg, donde la materialidad del relato es la punta del iceberg, y su cuerpo hundido, la parte más grande, aquéllo que no se ve, que equivaldría a la información escamoteada, apenas sugerida, por el escritor.
Esa microficción publicada en 1959 se llama «El dinosaurio» y dice así:
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Este texto fue considerado el cuento más corto de la lengua española, hasta el 2005, pues la irrupción del relato «El emigrante» de Luis Felipe Lomelí, le ha quitado el record. El relatito dice así:
– ¿Olvida usted algo?
– ¡Ojalá!
A mi modo de ver, el segundo ejemplo es tramposo porque sospecho que el más mínimo diálogo ya de por sí constituye una pequeña ficción. Un ejemplo al voleo:
– ¿Qué te pasa?
– ¿A quién?
Como podrán apreciar mi versión es más rica que la del colega mexicano, pero no justificaré mi apreciación – el lector me dará o no la razón – porque me importa más aclarar dos cosas: 1) El relato de Monterroso es mucho mejor que el de Lomelí, por varias cuestiones que tampoco señalaré – el lector sabrá también coincidir o no; 2) Mi amigo Andrés Felipe Escovar acaba de escribir, a mi modo de ver, una microficción superadora, tal vez la mejor que se haya escrito hasta ahora. Se llama «Mi dinosaurito marica» y la transcribo a continuación:
El muy marica me dejó por una mujer.
Memazos del 2013
Un año que viene y otro que se va. El 2013 fue otro año que se fue con todo y memazos. Memes que en ocasiones ejercieron su función como puntuación de Mil Inviernos. También sirvieron para comunicarnos con nuestros seguidores en redes sociales, de una manera menos formal que a través del estricto texto que nos esmeramos en subir y seleccionar directamente en la página web.
Estos son los memazos con los que se fue el 2013, mientras esperamos que el 2014 venga con sus respectivos pepazos:
Cónclave y clon. Un cuento de Campo Ricardo Burgos López
El escritor colombiano de ciencia ficción, Campo Ricardo Burgos López, nos obsequia un maravilloso relato de absoluta pertinencia para estos tiempos sin Papado y muchas papadas largas. Burgos López retoma un tema que ha tratado previamente, el de la clonación (desarrollado en su novela El clon de Borges), en un subgénero conocido como teo-ficción o ficción religiosa.
Cónclave y clon
Por: Campo Ricardo Burgos López
El cónclave de cardenales para elegir al nuevo Papa, después de considerar y desechar las hojas de vida de innumerables candidatos, entró en desesperación. En voz baja, algunos prelados afirmaban que parecía que el Espíritu Santo esta vez estaba durmiendo o desinteresado, pues después de tanto tiempo de reuniones y más reuniones, todavía no les había soplado al oído ningún nombre. Cuando el desconcierto empezaba a cundir, a alguien se le ocurrió una idea luminosa. ¿Por qué no hacer uso de la ciencia y traer del pasado a un Papa intachable? ¿Por qué no clonar a San Pedro? ¿Qué mejor Papa podía haber que aquel que originó la dilatada lista de pontífices en el siglo I, nombrado nada menos y nada más que por el mismísimo Jesús?
Cuatro crucifixiones
1.Según Pier Paolo Pasolini («El evangelio seg{un San Mateo, 1964):
Acá puedes ver la película completa.
Tengo Polio de La nueva División
«Los actos de amor dividen» esa fue la interpretación que el Padre Chucho hizo a esta rutilante banda de New Wave bogotana bautizada como La Nueva División.
Quién iba a imaginar que una banda compuesta por dos sensuales chicos de suburbio sería la abanderada del catolicismo del tercer milenio. Dentro de poco, Ratzinger bailará sus tonadas y no habrá ateísmo-pop que los derrumbe: Ellos vinieron a dividir, como ya lo había hecho el dulce Jesús con el hacha de su amor enfurecido.