La hora Pop. Por Leonardo Bolaños
Hay una huella en cada foto de las fotos adelante, muy atrás, siempre iluminadas de un verde gris, algún lugar pobre como un pueblo similar a cualquier pueblo enterrado bajo tierra por numerosos deseos sin fertilizar, iluminados por jardines jóvenes y de muerte amarilla de pocos años sin regar. Esas fotos están allí, pero no es ahí. El talento novedoso de la vejez… Ja. La banda está un poco más al frente vestidos de luto, quizás fueron los 90´s, pero en realidad es ese visceral olor de planeta tabaco, mariguana, quizás muchas sustancias, comidas por vomitar, empleos que huelen a metal, a óxido, a hierro, a sangre, a sangre que huele a metal, como un apocalipsis nicotínico, un frenesí cafeinado, una energía desgarrada por mantener un tipo de cordura presente desde su primer hit. Una necesidad de burlar la aparente abstracción artística de los Post-Punk de los 80´s, para recitar un drama sarcástico, un amical drama sarcástico apestando a nauseas, nauseas de seguir tragando, seguir viviendo, seguir leyendo.
No quieren golpear muy alto, no es su intención ser una super banda de rock, pero se escucha desde lejos el murmullo de una ciudad que grita con patrones de rostros que nunca vuelven, más que una vez en toda la vida, por aparecer, quizás en la fiesta errante de las mudanzas, los escapes de la Big City o visceversa, y aterrizar, por fin aterrizar luego de la fiesta de lágrimas secas y dejar la náusea inolvidable a la realidad, a casa.
Adam´s Song: La muerte está aquí, y es mucho peor… Siempre con risas, con alcohol, con firmes años de juventud, circulan por las avenidas desnudas, desde la primera línea, el trío dejando atrás los hoteles, saliendo de locales de empeño, quizás, sin relojes en las muñecas, con pulseras y las manos enterradas en los bolsillos, y la curva pesimista de la cabeza, sonríe un pedazo de ironía, nada, nada por pensar de nuevo, y no es lo peor, es qué dejo, qué tono, qué gesto tan bajo, tan humillante de contar ¿qué se hace por dinero? como una alegoría al cine existencial francés de los 60´s en blanco y negro, calles de nada, en un notorio silencio sin esperanzas, ellos con tatuajes, siempre, y genitales censurados buscan, escapan de algún lugar, o no tienen tiempo para llegar, en What´s my Age Again y Adam´s Song, pero eso no significa que vestidos de blanco, vestidos de negro, vestidos de mujer, vestidos de hombre, y con albedrío el héroe protagonista de todas las canciones se manifieste como un hombre que no le importa más la química, ni la atracción física, ni su identidad sexual, ni su sentido del humor, ni su edad. Con firmes ambulantes pérdidas de sentido haciendo travesuras de niños y jóvenes, el trío se exhibe obscenamente ante un público, pero no este, sino aquel, el que lo censura, el que calla, el que llama a la policía, etc.
Pero ahora están viejos, un poco, lo suficiente para decirnos como un mínimo ejemplo de, olvídalo, es el piano que suena en la canción, como aquel piano viejo de la gran sala de una casa entre terrenos de campo, cubierto de polvo, vuelve a sonar, ciertamente el instrumento canónico del siglo XVIII o XIX pulsando sonido tembloroso de una ruina clásica y bella porque aun cuando debería ser destruida, ese clásico hogar construido hace muchos años atrás, debe y todavía se mantiene en pie: el hogar musical, el hogar de las simples y primarias armonías, melodías y despedidas. Mostrar que ellos han crecido en el sentido biográfico que narran los videos de All the Small Things, What´s My Age Again, Stay Together for the Kids y Adam´s Song, con el mismo estilo de mostrar al trío haciendo travesuras de niño, nos dicen efecto, esto es burlarse de uno mismo, nihilista ¿Te divierte?
Hay un público. El público íntimo de Adam´s Song, un público en que el trío se jacta de todas las maneras, hoy por hoy, rituales de Facebook y las redes. Luego, esta canción nos invita a la segunda historia, la escena doblemente repetida de correr desnudos por tiendas de libros para los viajes, empujando personas por el camino, como escapando de una autoridad, quizás algún crimen, quizás una culpa imposible de parodiar, incluso con testículos. Tocando en una habitación blanca What´s My Age Again, nos presentan al avión blanco, de escaleras blancas de aquel milagroso viaje por los cielos, a los ternos blancos del éxito en All the Small Things, a trajes negros de nuevo, de luto. Pequeños gangsters de la televisión, quizás, con la fórmula de atentar contra la concentración de la crítica y el arte crítico de los 90´s, con parodias sobre su propia sexualidad, la impotencia de un hombre vestido de mujer, ante el clima pop, ¿puedo decirlo?, apasionadamente virginal de la primera Brittney, Five, Hansom, Backstreet Boys. Tanto romance, quizás, porque…
La muerte no es lo peor. Hay peores cosas que morir. Cosas indefinitivas que nunca podremos dejar de discutir, con quizás peores odios que a la vida misma, y eso es un odio en particular al amor, la familia,… el odio hacia el propio interés de vivir odiando, el odio gratuito de acabar con la vida ahora mismo… “Ustedes no entienden el humor del siglo XXI, no somos un equipo par, ni cuarteto, ni solitarios, somo un trío” Ja: Representamos algo que todos los hombres que quieren recordar, que quieren dejar atrás la huella del televisor, con parodias y homenajes a los ídolos, a los líderes, a los interesados, a las promesas que hizo la músico en los 90´s (“we are too serious for this shit”) ellos dicen con cuatro videos, tres seguidos éxitos ya mencionados… Adam´s Song: Jóvenes, nuevos rebeldes de la tecnología poética de controlar un sonido del caos, ahora! Qué dicen!? Son cuatro canciones.
Cuando algo se repite, como un sonido de sí, no, sí, no, con el bajo, sabemos todos que hay un misterio atrás de lo que se dice, ¿correcto? La historia es larga y gira en torno a dos personajes. Cuatro capítulos. Stay together for the Kids, el cuarto. El video y la guitarra en la misma línea, dos notas y una casa destruida, quizás para hacer un edificio programado para el 2008, caen bloques de cemento esparciendo, como diría Allen Ginsberg, plumas de polvo por los escombros, cataratas de polvo por las grietas de las paredes arriba, hacia abajo, tinta de concreto descascarada como pentágonos amorfos, mientras la demolición avanza y la banda de nómadas punks se queda sin hogar, y en una energía animal que los convierte en una coreografía de cortocircuitos en el baile presentado hay, más allá se golpean, otros giran como indios, por acá caen piezas de las paredes y la percusión de la demolición combina con la destrucción y el golpe festivo de la batería por una casa que se derriba. Los punks, con skates, esperan quietos mientras se canta hasta que vuelve a iniciar la batería, y los corazones breves de emociones toman todas las direcciones, corriendo por aquí, escapando por allá, mil escapes mientras la casa se destruye… Fragmentos de material económico, piedras precisas, valores por el suelo pintarrajeados de graffitis que dicen “hate”. Es sabido que lo económico para Estados Unidos es el número uno, la ruina. Allí también la pesadilla adolescente de una primavera muy temprana, prolongada en julio, hasta diciembre, y otra vez un abril de hojas muertas y marchitas. Qué forma de ver el “Calentamiento Global”.
Como me lo dijo mi profesor Willy Reaño del colegio Los Reyes Rojos, el calentamiento global habita en uno mismo, lo cual ahora lo veo en todo, en todos, pero de eso no se trata la historia What´s my Age Again? Es como preguntar ¿soy un hombre? Lo cual se define como la travesura genuina de desnudarse corriendo por las calles, en busca de algo, algo para agotar la energía, pero no el problema. Recuerdo un bloque informativo de la MTV en Europa con los Blink. Sólo le tocaron la puerta 5 fans y ellos nerviosos desde el primer paso por una escalera angosta y clásica medida para un sólo espacio, atienden a los fans, no hay conversación, es todo rutinario, y eso es la realidad. Así que luego de muchos años vuelvo a escuchar el nuevo álbum de Blink, y las viejas canciones de los días frente al televisor, con música tan romántica como el alcohol, para un público tan profundamente lejos y en dirección al frente, al frente, como un vecino, como un amigo aparente, nuevamente en cuatro canciones se narra la condenada y triste historia sobre amistad, la banda te lo manifiesta, es la última canción sobre Adam en cuatro capítulos, cuatro episodios musicales sobre la incompleta historia del vínculo cortado de la amistad, cortado en la venas, un suicidio. ¿Un guiño al maestro del videoclip/storytelling, etc Michael Jackson, acerca de un drama? What´s my Age Again, y All the Small Things, Stay together for the Kids, Adam´s Song. ¿Un drama’ ¿O una burla traidora?