El tour de la peste: diario del tour de Francia sin estar en Francia y sin Covid (por ahora). Día cuatro.

SISTERON-ORCIÈRES-MERLETTE

Ganador de la etapa: Primoz Roglic (Eslovenia)

Líder de la clasificación general: Julian Alaphilippe (Francia)

En una transmisión radial de Colombia, el analista que durante todos estos días ha obviado la peste, por primera vez refirió que el mundo tenía los ojos puestos en el tour principalmente por ver cómo se lucha contra el Covid y luego venía el asunto de los resultados deportivos. Este giro de atención responde a lo que ocurrió hoy: un embalaje en una montaña de primera categoría con el final de los últimos tiempos: el triunfo del esloveno Primoz Roglic.

Además de vivir en el reino de los gerundios, el relato ciclístico se pivota en los condicionales que, a medida que los días avanzan, empiezan a diseminarse como el virus cuando se decreta una “nueva normalidad”. De ahora en más, se hará referencia a lo que podría ocurrir, a lo que sucedería si a Roglic le descubren alguna trampa o si se cae o se desfonda. El suspenso se sustentará en la espera y, casi con toda seguridad, todo culminará en la confirmación de lo que se ha planteado desde las casas de apuestas mucho antes de que empezara todo esto.

Restan las especulaciones que preceden al final y los ejercicios de la imaginación que relaten otros posibles finales de la competencia. Hay uno al que se le teme más que al aburrimiento: la cancelación de las próximas etapas por los rebrotes, aunque como muchos han dicho, el pelotón está saliendo del sur de Francia, zona donde el Covid toma un nuevo aire para convertirse en enfermedad.

Hoy se dio una fuga consentida que se apagó a pocos kilómetros del inicio de la última ascensión. En ese momento empezó a urdirse la trampa de Jumbo, un equipo que al final dejó, a escasos metros de la meta, a Roglic ante su primera llegada triunfal. Parece que ni la caída que sufrió en el Dauphiné le hizo mella. Atrás estuvieron los demás favoritos y, con sigilo, Doumolin sigue los pasos del que se dice que es el líder del equipo pero que puede perder el lugar en cualquier momento.

Y también apareció otro esloveno: Pogacar, el muchacho que se consolida como el prospecto para ocupar el puesto de dominador que Froome ha dejado libre. Tanto el año pasado como parece que puede ser este, vivimos una transición entre una hegemonía y otra; el ciclismo tiene vocación autoritaria. En unos años, los que sigan vivos, recordarán a este tour como el de la incertidumbre, pero no por la competencia sino por lo que ocurrió afuera. Parece hoy que es más probable una cancelación por el virus que la derrota final del Jumbo.

Aún se espera que, al final de la semana, con el cierre en los Pirineos, haya un cambio. Esta perspectiva incita al enternecimiento, así como lo hace el deseo de que el viento sople en las primeras etapas de la segunda semana de competición, o los minutos de coloquio que se ocupan en las posibles palabras que dijo Egan Bernal a su equipo en los últimos kilómetros: una ternura para escribir y hacer debates en youtube.

En el aludido programa colombiano ya saben que el éxito se debe proclamar por la gesta de una burbuja inmune a los daños que la peste ocasiona fuera del pelotón; no es apropiado limitarse a relatar el resultado en la clasificación general porque desanima a los espectadores que se sustentan en el orgullo nacional. Quizá sea el momento para exaltar las fotografías de Didi con tapabocas y escarbar el instante en que el viejo alemán salta con desánimo, como si el mismísimo diablo festejara un show en el que descree.

Ahora emerge otra palabra, más usada en España: las sensaciones. Hace mucho que ella ha desaparecido del pelotón ciclista profesional -al menos en lo que se refiere a su carga indicial con respecto a un estado físico-, pero es necesaria para que los periodistas otorguen algo de tensión. Las sensaciones son el intersticio por el que se cuela la heroicidad, la épica y el hambre de pleitesía para con algún dios del ciclismo que, como el diablillo alemán, ejecuta un fingimiento sin pericia.

Tags:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: