Cuando Nietzsche quiso ir al Paraguay
Elizabeth Förster Nietzsche, la hermana de Friedrich, vivió varios años en Paraguay. Su esposo, Bernhard Förster, quiso construir un reducto donde la raza aria se instalara en el nuevo continente, sin contaminarse con el prurito que ya había infestado a los alemanes que se marcharon a Estados Unidos. El lugar que fundó Forster se denominó con el previsible nombre de Nueva Germania. La empresa fracasó al poco tiempo y Bernhard decidió suicidarse en un cuarto del hotel del Lago en San Bernardino, un pueblo cercano a Asunción.
Bernhard fue despreciado por su cuñado Friedrich, que ni siquiera asistió a la boda de su hermana con el conocido antisemita. La antipatía no sólo se debió a que lo consideraba un sujeto de poca monta sino que su pensamiento utópico-antisemita, le causó repulsión al autor de «El origen de la tragedia», más que nada porque le parecía el sueño de un retorno al salvajismo.
Mucho se ha dicho sobre la mano de Elisabeth para amañar los textos de su hermano y hacerlos afines al nacionalsocialismo alemán, sus argucias la han convertido en un personaje digno de desconfianza. La carta que a continuación les presentamos es escrita por Elisabeth y dirigida al educador español, radicado en Paraguay, Viriato Díaz- Pérez, quien, por el tiempo en que llegó la misiva, era el director del archivo nacional. En ella, la hermana de Friedrich habla de las intenciones que él tuvo de ir al país suramericana; pudo haber sido una mentira más…
Señor Dr. Viriato Díaz Pérez
Jefe del Archivo Nacional
Asunción
Weimar, Mayo 23 de 1923
Muy estimado Doctor:
Con vivo interés he oído por S.E el Señor von Bulow de Vd. y de veneración para mi hermano Friederich Nietzsche; antes de ahora ya había oído de una publicación suya en una revista de España por un alemán muy versado en la literatura española. Me asombré, que tantas obras de mi hermano hayan sido traducidas al español, pero desgraciadamente parecen ser las más extremas, producidas en su último año de trabajo, por ejemplo el «Antichrist», el que es poco apropiado para la España católica. Quizás pueda conseguir mediante una amiga residente en España algunas de las publicaciones españolas de su pluma.
La noticia, de que Vd. vive muchos años en el Paraguay, me llenó de tristeza y he deplorado mucho, que durante mi estada en ese país extraño, que un tiempo me fue patria, no haya residido Vd. aún en él. Cuán dichosa hubiese sido de encontrar a alguien que tuviese una idea de la grandeza y de la importancia de mi hermano! Los alemanes que vivían entonces en el Paraguay, nada sabían de Nietszche.
Vd. quiere saber si mi hermano ha intentado alguna vez visitar el Paraguay. Efectivamente ha existido un tiempo, en el que ha tenido la idea de ir al Paraguay y dejar a la vieja Europa. Mi hermano y yo no sólo estábamos unidos por amor fraternal, sino también por gran amistad, por es se propuso en ocasión del traslado de mi esposo, el profesor Dr Bernhard Föster, y el mío a ese país de visitarnos por largo tiempo, cuando nos hubiésemos acostumbrado ya. Mi esposo estuvo primeramente sólo en Paraguay y había emprendido un viaje exploratorio por todo el país y una gran parte de la América del Sur. Tuvo una buena impresión del clima y puedo decir, que también yo, cuando llegué luego con mi esposo al Paraguay, tuve una favorable presentación del clima. Pero mi hermano había encontrado conocidos en Italia, que habían estado en la Argentina y en el Paraguay, y que le hicieron una descripción tan mala del calor de estío, que mi hermano desistió de visitarnos, porque afirmaba que perdería el amor al trabajo.
Después de la fuerte apoplejía, en Enero de 1889, causada por excesivo trabajo mental y por un dormitivo aún no experimentado, perdió mi hermano sus fuerzas para trabajar y repetidas veces dijo a nuestra querida madre: «Vamos pues a visitar a Lisbeth». Entretanto había quedado viuda yo y me apresuré para buscar a mi madre y a mi hermano enfermo. Pero esto no permitían los médicos alemanes y así me embarqué otra vez sola para arreglar mis asuntos en el Paraguay y regresé entonces para siempre a Alemania, porque nadie cuidaba de las obras y de la herencia científica de mi hermano y era yo la única conocedora de la historia de sus obras y de su herencia escrita a causa de nuestra relación anterior.
Vd. me ha preguntado también sobre una publicación francesa de las cartas que me destinó mi hermano. Tengo que manifestarle, que, según es de mi conocimiento, no existe una tal traducción- Nadie pidió permiso para hacerlo, y sin mi consentimiento una tal traducción sería ilegal. En inglés existe una publicación y traducción ilegal de cartas escogidas de Nietzsche, pero estas fueron enviadas a distintos destinatarios, y muy pocas a mí. El tomo de cartas enviadas a madre y hermana aparecido en alemán está agotado, pero probablemente aparecerá en este año una nueva edición.
Agradeciéndole su amable remesa
su
(fdo.) Dr. h.c. Elisabeth Forster Nietszche
Tomado de «Zaratustra en Madrid. Ensayos y cartas.» de Viriato Díaz-Pérez. pp 44-46. Luis Ripoll Editor, 1986.