Diario del tour de Francia sin estar en el tour (día diecisiete)
Día diecisiete. Pont du Gard- Gap
Ganador de la etapa: Matteo Trentin
Líder de la clasificación general: Julian Alaphilippe
Hoy hubo una escapada con más de dos decenas de ciclistas. Ninguno era peligroso en la clasificación general y, por lo tanto, los han dejado partir. Todo se trenzó en los primeros kilómetros, donde partieron los que pudieron optar por algún triunfo y así fue como Trentin logró ganar. No hubo cacería y se propiciaron los diálogos y especulaciones con el futuro en las montañas.
Atrás, en el pelotón donde están los que luchan por el campeonato, la atmósfera de espera con este abrebocas de los Alpes se cifró en ver quién se derrumbaba. Thomas, el actual campeón del show, ayer estuvo en el suelo: se ha caído varias veces, pero permanece en el mismo lugar de la clasificación general. El mecanismo de demolición e incertidumbre se ha adjudicado a una presunta debilidad del Ineos y, entonces, extrañan a Froome o exaltan la mejoría de equipos como el Jumbo-Visma.
Y como estos llamados días de transición no dan para mucho, los equipos se ocupan de alimentar el espectáculo con vídeos, como el hecho por movistar para calmar los ánimos y detener la diarrea que circula a los dos lados del atlántico, ocasionada por el hundimiento de Quintana y el liderato de Landa Meana. La pieza audiovisual es memorable: Valverde, apoltronado como una momia que moraliza -la momia de papá pitufo-, dice que todo marcha muy bien, con una dicción semejante a la del reposo de la edad provecta; Landa Meana -ejecutando el papel de algún pitufito bromista- hace jolgorio mientras masajea las piernas de una pitufina morena-Quintana- que apenas sonríe . Todo se solucionó, por un milagro digno de la rosa de Guadalupe y sus actores ejecutan actuaciones tan precarias como las de cualquier seriado que emiten a las once de la mañana, justo después de una soporífera etapa del tour de Francia.
Este vídeo, que fue comidilla ayer, será el acto más memorable de Movistar-salvo que se dé una remontada brutal y Landa o Valverde se proclamen los ganadores del tour -. En unos años lo observaremos con la nostalgia por las viejas bellaquerías, como cuando miramos alguna fotografía de hace una década y vemos que hacíamos las muecas de alguna estrella de rock sin percatarnos de haber cruzado esa línea en donde las aspiraciones se convierten en meros desvaríos y asumimos nuestra medianía para así subsistir con las migajas de ese gran pastel imaginario que, creímos, algún día íbamos a comer.
Hoy, con la llegada a Gap, se concretó el pequeño prolegómeno de los tres días en los cuales se definirá este tour. La mayoría de los analistas coinciden en proclamar que es el tour más abierto de la década, aunque pocos expliquen que ello se ha dado más por desfallecimientos que por ataques.
Aparecen, con esa excitación, las claves de los posibles ganadores, como la de Pinot (el más claro favorito por el que Francia aún mantiene su calor, a sabiendas de que Alaphilippe es un prospecto de damnificado en las montañas alpinas): después de haber corrido por horas, ingresaba a una sauna para así empezar a resistir la temperatura que hoy día abrasa a Francia.
Todo empezará a cifrarse en mañana y puede que, en medio de las transmisiones, los analistas comiencen a relativizar la dureza del terreno y empiecen a justificar una posible resistencia del actual líder y posterguen el feroz ataque un día más. Y puede que el ataque no se dé sino que todos terminen descolgados, salvo uno, que con la boca abierta, jadeante, se convertirá en el campeón de París.