Diario del tour de Francia sin estar en el tour (día dieciocho)

Día dieciocho. Embrun-Valoire

Ganador de la etapa: Nairo Quintana

Líder de la clasificación general: Julian Alaphilippe

 

Ayer supuse que el vídeo de Movistar iba a ser lo memorable de este tour para ese equipo pero, como siempre, erré en mis premoniciones. Hoy todo ha cambiado: la manera como la escuadra intentó acortar la distancia que le había tomado Nairo Quintana en fuga, será uno de los elementos fulgurantes de lo que es la mentalidad estratégica de los Pitufos hispanoparlantes. Bueno, el vídeo es una prueba fehaciente del ridículo; lo que ocurrió hoy está más sujeto a las discusiones y perspectivas: hay quienes ven en el actuar de Movistar como un acto “fríamente calculado” – a lo Chapulín Colorado cuando alguna torpeza- para despedazar al Ineos pero se olvidan que el líder es Alaphilippe y la carretera se agota.
Algunos entendidos afirman que este tour cuenta con tres capítulos: el primero se prolongó hasta la contrareloj individual, el segundo terminó hoy en Galibier y el tercero culminará en París. Si nos atenemos a este orden de una historia que cuenta con veintiún partes-muchas de ellas soporíferas-, hoy empiezan a variar los nombres.
Esta perspectiva parece más un deseo que una realidad. Alaphilippe, mal que bien, sigue aguantando y la duda sobre su hundimiento crece a medida que la capital de Francia se acerca en el itinerario. Tampoco está de más que Pinot sigue al acecho y, por lo tanto, los franceses aún disfrutan del verano.
A este clima festivo ha ingresado el aficionado de Colombia. Muy variable, proclive a desfallecer con cualquier adversidad y a crecerse y olvidar la humildad de la que tanto alardea, el fanático colombiano se ha entregado al entusiasmo de que Bernal es el primero de los que, en teoría, son los aspirantes para llegar de amarillo a la última etapa.


Con el triunfo de Quintana supuran los llamados a cuentas y encares para con quienes criticaron al ciclista de Boyacá. El entusiasmo toma cotas que parecen delirantes y todo se debe a que, otra vez, el equipo de los pitufos tiene en la clasificación general a Quintana como mejor ubicado. Lo que abriga este entusiasmo es que desconoce el mañana y no sería extraño que Quintana desfallezca y las cosas vuelvan al orden natural. O que el movimiento de Bernal sea un movimiento más del ajedrez del Ineos pues ya tiene a sus dos colíderes en los principales puestos, con lo que podrá confundir a sus rivales.
Los que sí creen en el mañana son Thomas, Kruiswijk y hasta los hinchas de Landa. Lo de hoy fue el abrebocas del tríptico de los Alpes y esperan que la carrera por eliminación por fin termine para darle paso a ataques que los cronistas tildarán de despiadados. En sus cabezas está que este tercer capítulo tiene tres partes y un coda en París. Apenas vamos en un tercio del final.
Si los colombianos se aferran al hoy y los galeses (si es que allá existe esa calentura), españoles y holandeses piensan en el mañana, los franceses saben que ambos tiempos les pueden sonreír. Quizá lo mejor para el tour de Francia es que de una vez por todas gane un francés, a ver si volvemos a tener trazados decentes, que sean propicios para que gane el competidor más completo y no el que le saque gritos a una turba enardecida a base de himnos nacionales y pruebas de superioridad racial.

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