Diario del tour de Francia sin estar en el tour (día diez)

Día diez. Saint Flour-Albi

Ganador de la etapa: Wout Van Aert

Líder de la clasificación general: Julian Alaphilippe 

 

A Francia le queda Alaphilippe, salvo que el petroquímico Ineos cometa algún error vulgar propio de esa industria. Hoy, a pocos kilómetros de terminar una etapa que, con el bodrio de ayer, se presintió como una sucesión de la saga de bostezos, se rompió el pelotón y, por primera vez, el futuro se trastornó.
Con el corte que aisló a competidores como Urán o el bienamado Pinot, vino una oleada de nervios y, después, el autoritarismo de Ineos que apunta a tiranizar, una vez más, el tour. En medio de ese despliegue de fuerzas, Barguil chocó con Landa Meana, luego de haber tenido un roce con Alaphilippe. Desde ese momento, los fanáticos del español degustaron el sabor del abismo: vieron las señas de Valverde, casi de súplica, hacia Rowe para que detuvieran el ritmo acelerado, pero el gregario de Ineos le infligió una negativa porque a ellos sólo les interesaba distanciar a Pinot y lo del alavés era un efecto colateral de la devastación.


El ingrediente tragicómico lo dio el EF, que empezó con las jugadas para hacer un corte y así no dejar que todo el macizo central fuera un simple trámite y, al final, Urán resultó damnificado. El colombiano, que finge el desparpajo hasta incurrir en la chabacanería -muy cara a los afectos de algunos seguidores y a los medios que así pueden llenar de notas los días en los que la carrera cae en el letargo-, tendrá que complementar su salida con un periodista cuando dijo que el «tour comenzó hace diez días, huevón» con un «y terminó a los diez días para mí, huevón».

La etapa la ganó Van Aert, otro ciclista de Benelux; en su primera Gran Vuelta ya tiene una etapa en donde ha vencido a embaladores como Viviani o Ewan. El equipo al que pertenece – Jumbo Visma- es el más ganador de la presente edición del tour. El estirón de esta escuadra es fundamental para la decisión de Doumolin de correr con ella el año que viene.
Entre los que hacen prospectivas, se erige la perspectiva de otra etapa en la que haya nuevos damnificados y donde los que hoy sufrieron vuelvan a estar presentes para competir con Ineos. Y, en ese grupo, están los franceses; su calor, salvo por Alaphilippe, ha durado muy poco y puede que todo termine en una helada el próximo viernes, cuando se realice la contrareloj individual en la que, según los entendidos, Geraint Thomas se posicionará como el líder absoluto de la competencia.
El ciclismo tiene un humor que muchos se lo toman a pecho. Se habla de la épica y de las grandes derrotas, como si todo esto fuera parte de La Iliada, aunque ni siquiera ella es tan importante. Descubrir ese extraño sentido del humor que está en la carrera, en la cara de sufrimiento inútil de quienes corren y en las peleas que se dan en los coloquios, más que una tarea, es un deber para disfrutar de un evento que, entre sus bostezos, tiene instantes de taquicardia: -todo terminará en la espera de las próximas competencias. Godot vino y se volvió a ir y hay que esperarlo para volverlo a despedir.

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