Para recordar a Gelman
Ahora que Gelman ha muerto, empieza a correr el peligro de convertirse en un poeta nacional. Ya han declarado, por parte del órgano presidencial de su país, un duelo de tres días. Habrá que dejar que pasen los días para vislumbrar, con claridad, todo lo que él escribió. Esperamos que no termine postrado como nombre de una calle de Buenos Aires (así, compartiría no sólo el destino de otros tantos autores sino de algunos militares golpistas) o su rostro quede impreso en un billete. Esperamos que sus libros sean leídos. ¡Buen viaje, señor Gelman!