Un relato corto. Por Augusto Orta

Cuerpo desnudo de la bruja vieja. Goya

La conocí en un putero. Su familia había muerto en la pandemia del Corona Virus. Aduce que cortaría el frágil hilo de su existir, pero no se anima. Y Sobrevive en lo de un chulo; que en el fondo no es mal tipo, le interesa su parte del negocio. El sexo constante y sonante palía la ausencia de cariño. Duerme exahusta, como nunca pudo el tiempo que duró la agónica muerte de sus dos niños y un esposo ejemplar. Le rogué que se venga conmigo, que tengo un lugar separado del mundo con una huerta orgánica. Que nos autoabasteceríamos.

No soy su tipo, responde lagrimeando sobre una sábana endurecida por el semen, mientras tanto acelero el ritmo ya que mi tiempo está por acabar. Me despido, es jueves 23 de octubre del año 2025. Tengo un pase para circular libremente, ir al casino, ser juez de buena fe en transacciones de alto nivel, etcétera. Fue muy drástico ver como la población mundial disminuyó dos tercios. La verdad es que a esa altura a nadie le importaba seguir muerto o seguir vivo. Seguían.

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