El aborto de Cosmocápsula. Asunto editorial
Esperamos que no sea un abortito, sino que sean las contracciones de un embarazo difícil, el embarazo de la sci fi que aún nada que preña por estas tierras de Sanjuaneros y bambucos.
¿Será que Mil Inviernos se quedará solterona? Es la pregunta de los parroquianos de Gigante, Huila.
Yo también fui gigante, replica un Masmelo, porque dice, era muy inteligente con doctorado en ciencias básicas y apenas para incursionar por la puerta grande del mundo de las bellas letras. Este masmelo también se quedó vistiendo novias, al parecer.
Hoy abrimos las puertas a todos aquellos que esperan que aún exista alguna publicación de ciencia ficción en Colombia.
Mil Inviernos les abre todo: sus piernas, sus corazones y sus posaderas. Para que así haya un embarazo de fantasía y science fiction a la colombiana, es decir, a las trancas y mochas.
Acá no hay revisión de estilo ni comités editoriales, habidas cuentas de que poco fluyen los textos publicamos lo que caiga, como caiga. Dejémonos de mentir, por favor, en esta modernidad líquida lo único espeso es lo que sale de los sementales porno, porque bien se sabe que el marido ya no tiene la materia suficiente para preparar una buena materia seminal.
En definitiva, todo está hecho un pudín. ¡Queremos masmelos, ratoncitos y demás traviesos de la literature que se sientan huérfanos!
Cobíjense bajo nuestras alas, que somos gallinas culecas cuyo celo por mundos paradimensionales no lo puede aliviar ni el mismísimo Huitzilopochtli .
Hemos reflexionado y a la par de nuestro estupor por el comunicado intempestivo de Cosmocápsula, viene la frase que Louis Althuser le dijo a su esposa antes de matarla:
¡Te lo empujaré hasta los extremos!
Para enviar textos de science fiction, remitirse al correo: 1000inviernos@gmail.com