Virginia Woolf en Vogue

A fines de mayo de 1924, en la revista Vogue, apareció una fotografía de Virginia Woolf. Ella lucía un traje de su madre, Julia Jackson, quien fue la misma mujer que enamoró a un renombrado escultor londinense llamado Thomas Woolner. Él le pidió a Julia, a fines de los años sesenta del siglo XIX,  que posara para hacerle un busto y que, además, se casaran. La madre de Virginia se negó a ambas solicitudes. Esta es la fotografía tomada por la sociedad Beck y MacGregor :

Virgina Woolf

En 1925, los mismos fotógrafos la retrataron, esta vez, en las viejas caballerizas de los Beck, convertidas en estudio por el escultor Woolner, es decir, el mismo que estuvo enamorado de la madre de la escritora estrella de Bloomsbury. Virginia siempre tuvo claro ese padecimiento amoroso del ángel escultor de Londres, así consta en la entrada del 27 de Abril de 1925 de su diario:  «He posado para Vogue, es decir, para los Beck, en sus caballerizas, que el señor Woolner convirtió en estudio, y puede que fuera allí donde pensaba en mi madre, con la cual quiso casarse, según creo». El escultor hizo todo un escenario para evocar los rastros de quien lo carneó dos décadas antes y Virginia, a sabiendas de lo que latía en el señor Woolner, no tuvo que usar el traje de la madre, bastaba el hálito que reflotaba en el ambiente de las viejas caballerizas para que se configurara otro retrato de la decepción:

Virginia25

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