Los pies descalzos de las bombas atómicas
Hoy se terminan las conmemoraciones por un aniversario más de las dos bombas atómicas lanzadas por el ejército de los Estados Unidos sobre las ciudades de Iroshima y Nagasaki; la primera ciudad se convirtió en la insignia de los desastres nucleares mientras que la segunda ha pasado como la hermana gemela silenciosa y atrapada en su trauma (hecho que podrá constituir todo un tema para historias futuras). Lo ocurrido en aquél verano de 1945 se ha etiquetado como algo espantoso donde todo un campo quedó oliendo a carne descompuesta; sin darnos cuenta que hemos convertido a quienes cayeron (humanos y animales y recuerdos edilicios y prospectos y mañanas) en elementos de una cifra que sólo sirve para atizar el sentimiento contable que hay en cada uno de nosotros (¡oh espíritus de nuestro tiempo! dijo alguna vez Saddam Al Mehmed Triparidzi). Les presentamos «Gen pies descalzos», una película hecha en 1983 que narra la historia de un niño que sobrevive junto a su madre en Hiroshima y «Gen pies descalzos 2» en donde se retoma la historia del niño tres años después del estallido: