El río místico de Raúl Zurita

Zurita

Raúl Zurita escribió una novela llamada  «El día más blanco» que fue editada por Alfaguara. Fuera de Chile no hubo mucho registro de este libro que, sin embargo, cuenta con una suerte de introducción que puede ser incluida entre los poemas memorables de este poeta chileno que hace poco publicó su libro  «Zurita»:

Como un río de piedras

La enorme costra de sal le otorgaba al desierto esa blancura delirante que sólo pueden comprender los locos, los fanáticos o los puros. El tajo del horizonte se cortaba al borde, como un abismo, y el cielo comenzaba a remontar desde él suavemente, sin prisa, curvándose hasta alcanzar esa impertérrita lozanía que posee todo aquello que nunca ha dependido del error de la mirada. Se puede afirmar entonces que ese marco está de fondo, inmutable y perfecto, no horadado por el dolor, la pasión o la agonía del hombre que había llegado hasta esos vacíos y miraba.

Era también la luminosidad del salar encegueciéndolo. Entre su propio nacimiento y la blancura del desierto habían pasado minutos o años, daba lo mismo; el resplandor sin memoria que lo inundaba todo atestiguaba que esas nociones son recientes y que jamás han residido en la profundidad de las cosas. Una vez el océano había cubierto por completo las extensiones de ese territorio mostrándole de paso lo minúsculo de su respiración, de su hálito afanoso y nimio que no obstante contenía todo el misterio y la vida. La transparencia del aire parecía así emerger desde la textura del paisaje otorgándole a esa planicie un tinte irreal donde él era apenas un tono más, un simple capricho de la luz que lo engañaba con la ilusión de una sombra. <la sensación de irrealidad se estrellaba sin embargo con un núcleo duro e impenetrable, anclado en el fondo de sí, cuyo peso lo tiraba hacia abajo pegándolo al suelo como si en ese punto se hubiera concentrado toda la fuerza de gravedad de la tierra.

Se había recostado boca arriba, con los brazos abiertos, sobre la larga llanura de sal, si alguien en ese momento lo hubiese visto, habría recordado la forma de una cruz, de una cruz botada y oscura. Era como si la tierra entera subiera desde el centro de ella hasta chocar con su espalda mientras que la inmovilidad de sus brazos extendidos parecía afirmar que el dolor se opone también a la rotundez de las cosas, a la extensión del horizonte y de los paisajes, que los milenios o instantes anteriores en que el mar se retiró dejando conchas de moluscos y peces fosilizados en las cumbres, no podían sin embargo, con toda su majestuosidad y grandeza, alterar un solo segundo del sufrimiento del ser que allí yacía.

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One response to “El río místico de Raúl Zurita”

  1. zeltia says :

    uf
    «el dolor se opone también a la rotundez de las cosas, a la extensión del horizonte y de los paisajes, que los milenios o instantes anteriores en que el mar se retiró dejando conchas de moluscos y peces fosilizados en las cumbres, no podían sin embargo, con toda su majestuosidad y grandeza, alterar un solo segundo del sufrimiento del ser que allí yacía.»

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