Desnudos de Hazel Dooney por Madeleine Morris.

El texto a continuación pertenece a la escritora de literatura erótica Madeleine Morris, mejor conocida como Remittance Girl,   en el que presenta la serie de fotografías Lo-Res Nudes de Hazel Dooney, una de las artistas más controvertidas de la región del Pacífico Asiático.  Espero que disfruten este provocador encuentro.

Hazel Dooney

Hazel Dooney

Estoy buscando a una mujer. Estirada sobre una cama. Azacanarse hacia el placer como una mujer en parto liberando su cuerpo de la espantosa progenie atrapada adentro suyo. Y acá está el velo del grano, del filtro, de la tecnología. Siempre manteniéndome  distante de la víscera del acto. Un gusto de una intimidad imposible. Subrayando su imposibilidad y todavía, aún, experimentar el jouissance por alcanzarlo.

Estoy rodeando este objeto del deseo, tras cada aspecto; no de su cuerpo, su piel, su sudor o el almizcle de su coño, mas el conocimiento de ella, se pone del revés y hace poroso mi deseo. Nunca estaré dentro de ella, sin importar cuantos orificios pruebe.  Escribiendo sobre el erotismo, Georges Bataille dijo que la desnudez era un «estado de comunicación que revelaba una búsqueda por una posible continuidad de existencia más allá de los confines del Ser.» Acá está la lucha hacia esto.  Sin adornos de misticismo o romance. La mujer sobre el lecho, la cámara y yo, todos receptores, consumidores de estas pruebas íntimas. Acá está la narrativa del placer, peleando por salir de su piel, atrapada en la violencia de la discontinuidad, la individualización como una prisión. En el proceso de intentar y fallar, regresar a  casa con el premio de consuelo del orgasmo y el agotamiento. En mucho de su trabajo inicial, en los patrones formados por muchas de las imágenes similares de femineidad,  Hazel Dooney  me abre brechas. Brechas en el artificio abstracto de la mujer comercializada. Levanta la falda de los momentos de entrepiernas neón. Recordándome que sin  importar cuánto crea que he logrado evitar estas simplificaciones, estas absurdas destilaciones de mi cultura, éstas me han infectado inevitablemente. Ese reconocimiento instantáneo fue la cachetada firme en la cara. Y el pellizco fue la exhortación a buscar más allá de las líneas simples y adentro de las brechas. Tal vez ella sintió que no había un lenguaje visual adecuado para la verdad al interior de las brechas. Tal vez, al mismo tiempo, ella dudó que existiera. Tal vez ella sintió que solo había un perpetuo aplazamiento. Yo estoy contenta de que ella se haya embarcado en este viaje tan elocuentemente. Sobre este lenguaje de una aproximación de la verdad, sabiendo que ninguno de nosotros volverá a hablar tan fluidamente, sabiendo cómo muchos de los cognoscenti lo tacharan como pasado de moda y naïve, el intentarlo es valentía. Es lo máximo que cada uno de nosotros puede hacer una vez hemos dejado atrás la farsa del desinterés fingido.

Madeleine Morris, 2012

Agradezco  a Remittance Girl (@remittancegirl)  y Hazel Doonel  (@DooneyStudio) por permitirme traducir y publicar el texto.

Tags: , , , , , , , , , ,

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: