Los quasars como resultado de un choque entre dos universos paralelos

Un quasar primordial. — vía NASA
Si juntamos el misterio del origen de los quasars con el interrogante de los universos paralelos, encontramos el material perfecto para la mejor especulación científica. Esto fue lo que hizo Isaac Asimov en el libro Los propios dioses (1972) al formular una hipótesis sobre el origen de los quasars como consecuencia de la interacción entre dos universos paralelos que permitía a los seres de cada universo aprovisionarse de la suficiente energía por tiempo limitado y que, sin embargo, les acarrearía consecuencias fatales, como la destrucción de parte de su universo, y cuya reliquia cósmica se podía encontrar en esta fuente de energía de extrema luminosidad a pesar de ser tan compacta.
— Lamont suspiró profundamente y añadió en tono confidencial — : Señor Chen. Es muy posible que existan en el universo billones y billones de planetas habitados, y entre ellos puede haber millones con vida inteligente y tecnologías altamente desarrolladas. Lo mismo también es probable en el parauniverso. Es posible que en la historia de los dos universos haya habido muchos pares de mundos que se hayan puesto en contacto y compartido la Bomba. Puede haber docenas e incluso cientos de Bombas esparcidas por los puntos de unión de los dos universos.
— Pura especulación. Pero, ¿y si es así?
— Entonces es posible que en docenas o cientos de casos, la mezcla de leyes naturales haya avanzado localmente hasta el punto de hacer explotar el sol de un planeta. El efecto podría haberse extendido hacia fuera. La energía de una supernova, añadida al cambio de la ley natural, puede haber provocado explosiones en las estrellas vecinas, y éstas, a su vez, provocado otras. Con el tiempo, quizá todo el núcleo de una galaxia, o la espiral de una galaxia, puede explotar.
— Pero esto es sólo imaginación, naturalmente.
— ¿Lo es? Hay cientos de quasars en el universo; cuerpos que, pese a parecer diminutos, tienen el tamaño de varios sistemas solares, pero que brillan con la luz de cien galaxias de tamaño normal.
— Usted está insinuando que los quasars son lo que queda de los planetas que usaban la Bomba.
— En efecto, esto es lo que insinúo. Hace un siglo y medio que fueron descubiertos, y los astrónomos siguen sin saber de dónde proceden sus fuentes de energía. Nada en el universo lo sugiere, nada en absoluto. ¿No podría ser, pues…?
— ¿Y qué me dice del parauniverso? ¿También está lleno de quasars?
— No lo creo. Allí, las condiciones son diferentes. Según la parateoría, es casi seguro que allí la fusión tiene lugar con mucha mayor rapidez, de modo que el tamaño de las estrellas normales debe ser considerablemente menor que el de las nuestras. Necesitan una provisión mucho menor de hidrógeno que nuestro sol para producir energía. Una cantidad tan abundante como la de nuestro sol explotaría de manera espontánea. Si nuestras leyes penetran en el parauniverso, el hidrógeno se funde con más dificultad; las estrellas empiezan a enfriarse.
Isaac Asimov. Los propios dioses. Ed. Bruguera 1974
Si desea saber en qué va la investigación sobre los universos paralelos, recomiendo el documental sobre el tema en Grandes Misterios del Universo con Morgan Freeman. En especial, en lo relativo al modelo del multiverso desde la cosmología de branas.