Utopías en la era de la supervivencia, un libro de descarga gratuita
Tenemos el gusto de presentarles el libro Utipías en la era de la superviviencia, de Omar Felipe Giraldo (@ofgiraldop). Este libro puede ser descargado, de manera gratuita, haciendo click en alguno de los siguientes vínculos:
http://ru.iiec.unam.mx/2511/
http://mapuexpress.org/ver-descargar-libro-utopias-en-la-era-de-la-supervivencia-una-interpretacion-del-buen-vivir/
Agradecemos al autor el habernos permitido reproducir un aparte de uno de los capítulos del volumen en nuestra página:
El discurso utópico y la auto-extinción de la humanidad
Si bien durante el siglo XIX la idea moderna del progreso fue la creencia más optimista de la humanidad acerca de sí misma, las dos guerras mundiales, pero particularmente el temor sobre la devastación global que podría sobrevenir luego de Hiroshima y Nagasaki, y la posterior escalada armamentista nuclear por parte de distintos países del mundo, sembraron, en la segunda mitad del siglo XX, un profundo pesimismo frente al futuro y un exacerbado miedo por la probabilidad de la auto-extinción de la especie humana sobre el planeta. La construcción del Muro de Berlín en 1961 y la crisis de los misiles en Cuba en 1962, aumentaron el pánico frente a la destrucción, a causa de lo que se pensaba sería una inminente guerra nuclear entre las superpotencias de ese entonces. En 1982 se calculaba que el poder explosivo de las bombas atómicas existentes equivalía a veinte mil millones de toneladas de dinamita, y se sabía que había por lo menos 15.000 objetivos a los que apuntaban los misiles y las fuerzas de bombardeo de Estados Unidos y la Unión Soviética. Con mucha razón Jonathan Schell (1982: 69) escribía para el mismo año en una sentencia apocalíptica: “Después de varios atroces sufrimientos –refiriéndose a lo que ocurriría tras un holocausto nuclear–, se irá extinguiendo totalmente la especie humana: entonces cada país se convertirá en una república de insectos y de hierba”.
En la actualidad, el potencial destructivo de las cerca de 24.000 armas nucleares que existen, es diez mil veces mayor al de todas las armas utilizadas durante la Segunda Guerra Mundial. Si consideramos que con el estallido del 1% de esos artefactos, sería suficiente para que sucediera un espantoso invierno nuclear , es claro que tampoco ahora podemos sentirnos liberados. Sin embargo, tras el fin de la Guerra Fría, el temor de una hecatombe de tales proporciones se disipó considerablemente, y el miedo a que la sociedad moderna estuviera en la ruta hacia una catástrofe planetaria y ad-portas de un suicidio colectivo, paulatinamente fue trasladándose del discurso de la devastación atómica, al de un cataclismo ecológico.