Silver Kane, in memoriam
Silver Kane fue el pseudónimo del escritor Francisco González Ledesma cuando elaboró novelas de vaqueros y ciencia ficción; escribió más de mil historias y tuvo otros tres pseudónimos con los que firmó sus trabajos para editorial Bruguera: Rosa Alcázar, Taylor Nummy y Fernando Robles. La legendaria colección de Bolsilibros cuenta con un gran aporte de este catalán que nació en uno de los barrios obreros de Barcelona, donde e glamour propio de una ciudad europea «culta y de primer mundo» se eclipsa ante la humildad de lo genuino. Los vaqueros españoles de Kane forman parte de ese ajado y bello circo que ocurrió en España cuando en Almería se dieron memorables combates entre cazarecompensas y villanos a fines de los sesenta.
Kane murió hace dos días y su escritura es tan amenazante como un suelo que se desvanece mientras lo vamos a tocar para dar nuestro siguiente paso:
Encendió el cigarro y cruzó las piernas. Pese a estas palabras, Margaret Higgins no sugería ninguna idea de miedo, de terror, de pesadilla. No. Todo contrario.
El redactor jefe de Today, la revista en que ella trabajaba, entró y fingió leer unas galeradas, pero en realidad observaba de reojo las piernas de la muchacha.
Margaret suspiró:
—Son nuevas —dijo. (Tomado de «El cerebro»)
La posibilidad de la implantación de unas nuevas extremidades surge como el embrión para una nueva historia en donde una mujer cambie tanto de piernas como de amantes.
Silver Kane no dio la espalda a España. De hecho, gran parte de sus obras fueron coartadas para referirse al régimen dictatorial que abatió a su país, rompiendo con el prejuicio de que la llamada literatura de entretenimiento es escapista.
A continuación, una pequeña semblanza de este escritor y, luego, una entrevista que le hizo Fernando Sánchez Dragó (desde ya hacemos la advertencia de quién es el entrevistador) a Francisco González Ledesma, el cultor de la llamada novela negra que se distingue, en muchas cosas, de Kane y, sin embargo, ambos murieron el mismo día, a la misma hora y en la misma ciudad.
Cuando gozaba de una década y media leía muchos bolsilibros Bruguera, y sabía que erauna garantía encontrar entretenimiento y calidad ea Silver Kene