Un prólogo de Cordwainer Stmih
El trabajo de Cordwainer Smith ha sido uno de los más extraordinarios en la literatura de ciencia ficción del siglo XX; dentro de su obra está el ciclo de «Los señores de la instrumentalidad» y, en éste, «Norstrilia», cuyo prólogo destruye el preconcepto de que la ciencia ficción se ocupa del qué y no del cómo contar las historias, alojándose en un lugar menor en ese sistema llamado literatura:
TEMA Y PROLOGO
Historia, lugar y tiempo: eso es lo esencial.
1
La historia es simple. Érase un chico que compró el planeta Tierra. Eso lo sabemos porque lo logró a costa nuestra. Sólo ocurrió una vez, y tomamos precauciones para que nunca más se repitiera. El chico vino a la Tierra, consiguió lo que se proponía y salió convida, tras una serie de aventuras dignas de mención. Ésa es la historia.
2
¿El lugar? Vieja Australia del Norte. ¿Podía ser algún otro? ¿En qué otro lugar los granjeros pagan diez millones de créditos por un pañuelo y cinco por una botella de cerveza? ¿En qué otro lugar la gente vive apaciblemente, lejos del militarismo, sobre un planeta de muerte y de cosas peores que la muerte? Vieja Australia del Norte tiene stroon—la droga santa clara—, y más de mil planetas reclaman esta sustancia. Pero sólo se puede comprar en Norstrilia —así llaman a ese mundo, para abreviar— porque es un virus que se produce en ovejas enormes, gigantescas y deformes. Llevaron las ovejas de la Tierra para crear un sistema ganadero; las ovejas terminaron siendo el mayor de los tesoros imaginables. Aquellos simples granjeros se convirtieron en simples multimillonarios, pero conservaron sus costumbres. Eran fuertes y se volvieron más fuertes. Las gentes se vuelven rudas si las despojan y acosan durante casi tres mil años. Se vuelven obstinadas. Eluden a los forasteros, excepto para enviar espías y un turista de cuando en cuando. No se lían con los demás, y si uno se mete con ellos se convierten en la muerte, la muerte que se extiende por todas partes.
Un chico de Norstrilia compró la Tierra. Todo el planeta: objetos, títulos, subpueblo.
Fue un verdadero problema para la Tierra.
Y también para Norstrilia.
Si hubiera sido un trato entre gobiernos, Norstrilia habría juntado todos los objetos valiosos de la Tierra y los habría revendido a interés compuesto. Así hacen negocios los norstrilianos. O quizás hubieran dicho: «Olvídalo, amigo. Puedes quedarte con esa pelota vieja y húmeda. Aquí tenemos un mundo bueno y seco.» Así son los norstrilianos.
Imprevisibles.
Pero un chico Había comprado la Tierra, y era suya.
Legalmente, tenía derecho a vaciar el Océano del Poniente, enviarlo al espacio y vender agua por toda la galaxia habitada.
No lo hizo.
El chico buscaba otra cosa.
Las autoridades de la Tierra pensaban que quería mujeres, así que intentaron ofrecerle chicas de todos los aspectos, tamaños, olores y edades, desde damiselas de buena familia hasta submuchachas de origen canino que despedían constantemente u olor romántico, excepto los primeros cinco minutos, después de recibir duchas calientes y antisépticas. Pero el chico no quería mujeres. Quería sellos de correos. Esto desconcertó tanto a la Tierra como a Norstrilia. Los norstrilianos son los duros habitantes de un planetainhóspito, y aprecian mucho la propiedad. (¿Por qué no iban a hacerlo? Lo poseen casitodo.) Una historia así sólo pudo empezar en Norstrilia.
3
¿Cómo es Norstrilia?
Alguien la describió una vez en una canción:
«Gris era la tierra, oh. Hierba gris de cielo a cielo. Aunque no cerca del dique. Ni una montaña, alta o baja, sólo cerros y gris, gris. Observa las trémulas manchas titilando entre los astros.»
» Eso es Norstrilia.
» Ha terminado la engorrosa búsqueda, la pobreza y la espera y el dolor. La gente se ha marchado, ha dejado atrás las monstruosas formas. La gente luchó por manos y narices,ojos y pies, hombre y mujer. Lo recuperaron todo. Regresaron de las pesadillas diurnas,de los siglos en que hombres monstruosos, que sorbían el agua alrededor de los estanques, soñaban con ser hombres de nuevo. Lo encontraron. De nuevo fueron hombres, dejaron atrás aquella época horrenda.»
» Las ovejas, pobres bestias, no lo consiguieron. Con su enfermedad destilaron inmortalidad para el hombre. ¿Quién dice que la investigación pudo descubrirlo? ¡La investigación es una patraña! Fue mero accidente. Sufre un accidente, hombre, y serás rico.»
» Pardas ovejas yacen en la hierba gris azulada mientras las nubes se deslizan rasas,como caños de hierro techando el mundo.»
» Toma un rebaño de ovejas enfermas, hombre, pues las enfermas producen ganancias. Estornúdame un planeta, hombre, o tóceme una pizca de inmortalidad. Si es excéntrico allá, donde viven los tontos y enanos como tú, aquí está muy bien.»
» Ésa es la norma, muchacho.
»Si no has visto Norstrilia, no la has visto. Si la vieras, no lo creerías. Si hubierasllegado allí, no saldrías vivo.
»Los mininos de Mamá Hilton te esperan allí. Son animalitos pequeños, muy pequeños. Bichitos simpáticos, dicen. No les creas. Quien los ha visto no puede contarlo. Tútampoco lo contarías. Son tu desgracia, un golpe de gracia.
»Los mapas la llaman Vieja Australia del Norte.
»Podemos suponer que el planeta es así.
4
Tiempo: primer siglo del Redescubrimiento del Hombre.
Cuando vivía G’mell.
La época en que limpiaron Shayol, como si hubiesen lustrado una manzana con la manga.
En lo más profundo de nuestra propia época. Quince mil años después de las bombas que arrasaron la Vieja Vieja Tierra. Como ves, hace poco.
5
¿Qué pasa en la historia?
Léela.
¿Quién aparece en ella?
Empieza con Rod McBan, cuyo verdadero nombre era Roderick Frederick Ronald Arnold William MacArthur McBan. Pero no se puede contar una historia si el persona jeprincipal se llama Roderick Frederick Ronald Arnold William MacArthur McBan. Hay quel lamarlo como sus vecinos: Rod McBan. Las viejas damas siempre decían: «Rod McBan ciento cincuenta y uno…», y suspiraban. Olvidemos a las viejas damas. No necesitamos números. Sabemos que procedía de una buena familia. Sabemos que el pobre chico nació con problemas.
¿Cómo no iba a tener problemas?
Iba a heredar la Finca de la Condenación.Y luego viajó. Conoció a toda clase de gente. G’mell, la más bella de las muchachas deplacer de la Tierra. Jean-Jacques Vomact, cuya familia debía ser anterior a la raza humana. El viejo de Adaminaby. Las arañas adiestradas de Terrapuerto. El subcomisionado Bebedor de Té. El señor Jestocost, cuyo nombre constituye una página de la historia. Los amigos del A’telekeli, y vaya si esos amigos eran extraños. T’dank, de la policía vacuna. El Maestro Gatuno. Tostig Amaral, de quien más vale no decir nada. La ambiciosa Ruth. La humilde G’mell. La risueña Johanna.
El chico escapa.
El chico escapó. Ésta es la historia. Ahora ya no es necesario que la leas.
Salvo por los detalles.
Aquí los tienes, a continuación.
(Además compró un millón de mujeres, demasiadas para cualquier chico en la práctica,pero no es seguro, lector, que averigües lo que hizo con ellas.)
Traducido por Carlos Gardini y tomado de «Los señores de la instrumentalidad III», Ediciones B, Barcelona, 1993.