Hijos de Maro (Entrega 18)

Por Enrique Pagella

«Hijos de Maro» continúa. Nuestra novela por entregas ya llega a su semana dieciocho. Si quieren leer alguno de los anteriores episodios, opriman en el número correspondiente: 17, 16, 15, 14, 13, 12, 11, 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1.

 

 

1

Empezaré por lo más fácil de narrar. Leila K, la mujer de EP, nos ha denunciado por secuestro ante la policía. No ha querido atender mis razones y no la culpo. Para ella soy un absoluto desconocido ya que EP jamás le habló de mí.

No esperaba menos de él; es lo que nos hemos prometido a sabiendas de que en este mundo de hoy ya no se sabe que es éso que en internet se llama privacidad.

A lo largo de las cuatro charlas telefónicas que he mantenido con Leila K, no he logrado convencerla de que EP ha decidido su aislamiento y de que quiere sostenerlo hasta que concluya el dictado de la novela. Menos ha creído mi teoría acerca de lo que le acontece a su compañero.

Tampoco la juzgo por ello. Sé que no lo he logrado también con los lectores cuando lo intenté en la entrega 9. No soy escritor, es decir, no puedo ocultar mi estado de ánimo en una trama o cifrarlo con palabras en una frase sencilla y contundente. Apenas puedo hilvanar algunos saberes que me recorren.

No he logrado explicar mi concepto de singularidad en el campo de la física; no he logrado hacerles ver lo que han visto Wittgenstein y Nietzsche en torno al umbral de sucesos que nos contiene; no he logrado explicar la muerte como el dormir, como pequeño y aleccionador simulacro; no he logrado lo que he logrado con «los mormones», tal cual los llama OZ cuando narra cómo lo abordaron en el buquebus para ponderar mi teoría acerca de lo que le sucede a EP y para pedir, como las Magas, que se interrumpa el decurso de la novela. No he logrado nada que no sea lo fundamental, es decir, impedir esa detención.

LK aduce que su marido no le había informado que tomaría semejante determinación si bien ella había sido la primera en escuchar la voz de Snuflk Karlto, y que eso es prueba suficiente como para sospechar que no ha mediado la voluntad de EP en todo este asunto. Para colmo, David Solana, que la conoce a LK antes que EP, no ha querido intervenir en estas conversaciones, molesto como está conmigo porque supone que mis ideas y las de OZ, no son más que pretextos para esconder un experimento de mi autoría, siendo EP un peculiar cobayo al que influí solapada y eficientemente. DS jamás me ha dicho lo que acabo de atribuirle pero no podrá negarme que es el mensaje de sus silencios y de sus miradas. Y ese silencio de DS es otra de las pruebas que LK opone a mis explicaciones; a DS le creería pero DS tampoco cree en nada, ni siquiera en lo que han visto sus propios ojos y se mantiene fiel sólo porque se lo prometió a EP antes de que se sumiera en el sueño de la novela. Y el tercer indicio que confirma sus sospechas lo constituye mi negativa a que ella lo visite en su cautiverio, negativa que no es mía como le he referido insistentemente sino de EP, sabedor de que cualquier energía femenina podría poner en peligro la continuidad del relato – quien haya leído con atención Hijos de Maro habrá advertido la tensión entre lo masculino y lo femenino.

La última conversación que mantuve con LK data del lunes de la semana pasada cuando llorando me conminó a devolverle la libertad a su hombre, amenazándome con una denuncia a la policía que finalmente formalizó al día siguiente, al mismo tiempo que las Magas, comandadas por Madame Tara, iniciaban el sitio de nuestro escondite.

En consecuencia, la denuncia debe haber puesto en alerta a todas las policías del interior del país bajo el paraguas de la Federal, a Gendarmería y a Prefectura Naval Argentina. No han podido aún, por suerte, incomodar a los editores de Mil Inviernos, ADF y LC, dado que el primero debe estar en mi querida Asunción, y el segundo creo que en Colombia. De seguro ya deben haber librado por intermedio del juez que entiende en la causa un pedido de captura o al menos una «citación» para que se presenten a declarar. Eso de que el juez «entiende» en la causa es tan sólo un decir porque sinceramente creo que no debe de haber entendido nada, ya que ese mentado jurista, el muy doctor Atilio Corapi, ya tiene por costumbre detenerme sin pruebas cada vez que realizo intervenciones sorpresivas en eventos de interés general. Como se dice habitualmente, me tiene entre ceja y ceja desde que he dado a conocer que no trabaja para la Justicia sino para los que verdaderamente gobiernan este país en general y el mundo en particular.

Insisto, estimados lectores, las singularidades de las que yo hablo no son delirios de un viejo «choto» – como dicen en Argentina, el país con más chotos por Km2 -, sino una verdad incontrastable toda vez que afirmo que el acaecimiento de esas singularidades no obedece al azar propio de un estado de cosas en interacción sino al más vasto plan de control y manipulación de las masas que se haya puesto en práctica durante la historia de la humanidad; y la puesta en marcha de dicho plan tuvo su fecha inaugural, el 11-S.

Pero no me adentraré en esa marisma informativa porque quiero formularles algunas preguntas. ¿Qué motivación puede llevar a que un científico investigue una máquina capaz de controlar, alterar e estimular ideas dentro de nuestro cerebro? ¿Por qué crear máquinas que podrían hacernos escuchar voces dentro de nuestra cabeza? ¿Por qué elaborar inductores del sueño o de estados hipnóticos? ¿Por qué experimentar con scanner remotos, capaces de detectar nuestros estados de conciencia? ¿Cuál es la razón de tanta investigación en torno a inductores de ondas cerebrales, modificadores neurofisiológicos, estimuladores musculares implantables, sistemas para incorporar en pistas musicales mensajes inductores de comportamiento, drogas y agentes químicos capaces de modificar los circuitos neuronales e incluso algunos agentes químicos inyectables y activables por electromagnetismo?

Decía Paul Joseph Goebbels, ministro de propaganda de la Alemania nacionalsocialista, que el arma más poderosa de todas, es aquella capaz de controlar a una Nación. Goebbels sabía que la mejor arma no era un arma de destrucción sino de control, y la más sublime de todas las armas de control es aquella que no percibes y te manipula, es aquella que consigue manejar tus acciones e incluso hace que aceptes, acates y obedezcas ciegamente las ordenes, por muy absurdas que sean.

Somos muchos los que estamos al tanto de los poderosos experimentos llevados a cabo para alcanzar el control de los individuos y de las masas. De lo que no se sabe mucho a ciencia cierta es de los resultados obtenidos, pero si tenemos en cuenta que desde finales de los 50 hasta la actualidad, estos experimentos se están realizando en el más imperioso secreto, si pensamos que la tecnología actual ha alcanzado niveles insospechados, podemos preguntarnos sin inocencias: ¿Alguien tiene capacidad para inducir a una población a elegir a uno u otro candidato político como presidente? ¿Alguien tiene el poder para hacernos dóciles y aceptar condiciones inaceptables? ¿Alguien está capacitado de reducir nuestra resistencia psíquica? ¿Alguien puede inducir remotamente a un sujeto para que cometa un asesinato? ¿Alguien puede manipular la mente de algunos pilotos para dirigir aviones e impactarlos de manera suicida contra determinados objetivos?

Sé que todas estas preguntas pueden ser desestimadas con un berrido desconfiado y una sonrisita autosuficiente, por eso es que a continuación publicaré algunos inventos patentados en EEUU; pueden encontrar la misma información en este link: http://www.uspto.gov/

3951134: Aparato destinado a modificar a distancia las ondas cerebrales.

4858612: Aparato para que los mamíferos escuchen voces dentro del cerebro por medio de microondas.

3773049: Aparato para el tratamiento neurofisiológico de las enfermedades somáticas por medio del calor, la luz, el sonido y frecuencias VHF.

3576185: Inductor del sueño por medio de ultrasonidos y de la luz modulada.

5507291: Aparato capaz de determinar remotamente el estado emocional de una persona.

4048986: Aparato capaz de identificar remotamente a una persona por medio de ondas polarizadas.

5458142: Dispositivo que supervisa el campo magnético que emana de un organismo.

4951674: Sistema de análisis biomagnético que utiliza sensores de fibra óptica.

3980076: Método para medir externamente los cambios magnéticos y emocionales en el cuerpo humano.

3789834: Aparato para la investigación de los procesos fisiológicos internos.

5256960: Sistema de medición de los campos electromagnéticos del cuerpo humano.

5557199: Monitor de resonancia magnética.

5330414: Inductor de las ondas cerebrales.

3884218: Método para inducir y mantener varias de las fases del sueño en el ser humano.

3837331: Sistema y método para controlar el sistema nervioso de un organismo.

5213562: Método para inducir estados de conciencia físicos y emocionales en la actividad cerebral.

3712292: Método para inducir el sueño por medio de ondas FM.

4335710: Dispositivo para la inducción de ondas cerebrales especificas.

3835833: Método para obtener efectos neurofisiológicos concretos.

3646940: Electrodos implantables para la obtención de simulación electromagnética.

3662758: Aparato para estimular los órganos musculares con un transmisor implantable.

4834701: Aparato para ondas y modelos cerebrales específicos.

3967616: Sistema para el control de sistema nervioso en un organismo por medio de diversos factores multicanales.

5356368: Método y aparato para inducir estados de conciencia concretos.

5522386: Aparato que determina las condiciones vegetativas del sistema nervioso.

3893450: Método y aparato que examina las ondas cerebrales.

5124146: Diferentes agentes terapéuticos inyectados inducir la reducción de ondas electromagnéticas y la frecuencia del cerebro.

4573449: Método para estimular el sueño y relajación en una persona.

5036858: Método y aparato destinado a modificar las frecuencias cerebrales.

4883067: Método para transmitir en la música mensajes EEG capaces de inducir estados psicológicos y fisiológicos concretos.

4335710: Dispositivos para inducir en la sangre modificadores de las condiciones cerebrales.

4479932: Droga destinada a modificar las condiciones cerebrales.

4202323: Activador de droga por medio de radiaciones.

A pesar de esta increíble lista que suelo citar y mostrar para sustentar mis sospechas, sólo algunos me prestan atención, pero con sorna en el mejor de los casos, y otros, la mayoría, simplemente se indignan y no quieren escuchar nada más, como LK. Creen que uno está descontextualizando ideas o mejor dicho: fantasías de la ciencia ficción, cuando les aseguro que estoy citando datos reales.

Ya ha sido ampliamente estudiado el efecto auditivo de microondas o el efecto Frey, por medio del cual se puede hacer escuchar sonidos o palabras enteras a una persona como si esos sonidos o palabras proviniesen del interior de su cráneo sin necesidad alguna de dispositivo receptor eléctrico. Este efecto fue descubierto por casualidad durante la Segunda Guerra Mundial. Los técnicos estadounidenses que trabajaban en las inmediaciones de los radares transponedores comenzaron a escuchar clics y grupos de palabras en el interior de sus cráneos, pedidos de auxilio de soldados que agonizaban en el frente, insultos en alemán o ruso, fenómenos éstos que al principio fueron confundidos con los síndromes propios de la neurosis de guerra, pero que luego y gracias a las  investigaciones del  neurocientífico Allan H. Frey durante la Guerra Fría, fueron atribuidos a las microondas y su capacidad para inducir sonidos intracraneales con menor longitud de onda en el espectro electromagnético. 

Frey fue el primero en publicar un estudio del efecto de las microondas en el sistema auditivo. Y lo hizo en 1961, dando a conocer sus experimentos, en los cuales se hizo escuchar a cobayos humanos la radiación de microondas pulsátil a una distancia de cien metros de la emisora. 

En la década del 70, la NASA descubrió que este efecto se produce como consecuencia de la expansión térmica de las partes del oído humano alrededor de la cóclea, incluso a baja intensidad de potencia. Este descubrimiento permitió manipular la inducción de sonidos o palabras con apariencia de origen intracraneal. Pero lo que un principio fue pensado para las comunicaciones militares, no tardó en ser clasificado, tanto por EEUU como la URSS, como armamento no letal.

Sharp & Grove desarrolló en 1973 tecnologías inalámbricas de transmisión de voz para la Advanced Research Projects Agency en el Walter Reed de Investigaciones del Ejército (Pueden seguir estos links para informarse con mayor precisión acerca de estas dos dependencias del Departamento de Defensa de EEUU).

La existencia de armamento no letal que aprovecha el efecto auditivo de microondas parece haber sido clasificado como «Secreto NOFORN » (Secretos de estado al que pueden acceder los ciudadanos previa autorización; en el link mayor información al respecto) en 1998 por el gobierno de EEUU durante la presidencia de Bill «Ardiente» Clinton. Años más tarde, el 6 de diciembre de 2006, el presidente George «Carnicero» Bush, en respuesta a una solicitud de FOIA (En el link más información), desclasifica la información acerca del efecto auditivo de las microondas. En el siguiente link podrán acceder al documento de marras que no tiene desperdicio: «Bioefectos seleccionado de armamento no letal» . 

Traduzco un párrafo: «… la audición de microondas puede ser útil para inducir efectos perjudiciales a una persona que no es consciente de la tecnología. No sólo podría ser perjudicial para el sentido del oído sino que puede resultar psicológicamente devastador si de pronto se escuchan «voces dentro de la cabeza».«

Creo, estimados lectores, que ya podrán sacar sus propias conclusiones si lo relacionan con el caso de EP y los extraños fenómenos que ha suscitado el dictado de la novela por parte del niño vikingo-guaraní Snuflk Karlto del siglo IX de nuestra era. Pero si esta información aún no los pone en alerta, puedo hacerles conocer dos armamentos «no letales» más, como las armas sónicas y las armas de energía dirigida, concebidas tanto para influir en un individuo o para disciplinar masas.

MEDUSA (Mob Excess Deterrent Using Silent Audio) es un arma sónica no letal diseñada para el control de multitudes  mediante el empleo de las microondas para generar pulsos de los niveles de ruido incómodamente altos en los cráneos de los seres humanos, por encima de las orejas y tímpanos. Pueden visitar este link para conocer a su fabricante: Corporación de Sierra Nevada

Estas sofistificaciones que a más de uno le debe sonar a irremediable ciencia ficción, ya tienen su uso comercial y están al alcance de cualquier mortal que quiera incrementar las ventas de su negocio. Pueden visitar este link para ponerse al tanto de las nuevas técnicas publicitarias que se han generado a partir de las investigaciones que he desgranado: http://www.holosonics.com/

En cuanto a las armas de energía dirigida en contra de seres humanos pueden tener efectos verdaderamente dramáticos. El Active Denial System (Pueden visitar el link para ampliar la data) es una arma de radiación electromagnética que provoca ardor intenso, o efectos mucho más sutiles, como la creación a distancia de ansiedad o temor, somnolencia intensa y pesadillas, o confusión en un individuo o grupo de personas. Las ventajas militares de este tipo de arma radican en que la persona o grupo de personas no advierten que están siendo blanco de semejante armamento; a su vez, la radiación de microondas penetra con gran facilidad los materiales de construcción más comunes; y por último, los efectos de dicha radiación pueden afectar no sólo a un individuo o a un grupo de personas sino también a superficies territoriales más grandes, como una ciudad o un país.

Este tipo de armas fueron concebidas para influir en una fuerza enemiga o población que en lugar de resistir o luchar, caerá presa de grandes ansiedades o de la sensación de un desastre inminente. Esto, claro, cuando se lo dirige hacia multitudes, pero cuando se modula estas armas para influir en una sola persona, un líder por ejemplo, es con el objetivo de convencer a sus seguidores o subordinados de que se ha vuelto loco, ya que escucha voces y ruidos que nadie más oye.

Otro efecto llamativo que puede explicar ciertos fenómenos que rodean a la escritura de Hijos de Maro, es él que producen ciertas frecuencias que causan la vibración de los globos oculares y, por lo tanto, la distorsión de la visión. Vic Tandy, de la Universidad de Coventry, (Inglaterra) explicó en 1998 cómo los infrasonidos pueden hacernos creer en casas embrujadas.

Vic, un fanático racionalista amigo de OZ, no podía creer en el fantasma que se le aparecía en su estudio no sólo a él sino también a sus colaboradores. Se trataba de una figura de aspecto humano, muy lábil, casi translúcida, rodeada por un halo resplandeciente. En vano Vic intentó contactar a la entidad, tal vez este haya sido uno de los motivos por los cuales se obsesionó tanto y lo llevó a quedarse solo por las noches en su laboratorio para desentrañarlo. Dotado de un gran poder de observación no tardó en advertir que el «fantasma» aparecía solamente cuando estaba encendido el extractor de aire. Después de realizar estudios al aparato, concluyó que el ventilador del mismo producía una frecuencia de 18,98 Hz, y que la longitud de la sala en la que estaba instalado su estudio era una fracción unitaria de la longitud de onda que provocaba el ventilador, de lo que infirió que dicha relación era responsable de una onda estacionaria que al resonar en los humores de los ojos estimulaba la aparición del fantasma.

2

No daré a conocer todavía mis conclusiones. Los espíritus críticos y sagaces que estén siguiendo el transcurso de los sucesos y de la novela ya deben vislumbrarlas. Me reservo el darlas a conocer cuando hayamos publicado todas las entregas de Hijos de Maro. En primer lugar, para poder conciliarlas con las muy interesantes y sagaces observaciones que ha realizado OZ en su momento; y, en segundo, porque los acontecimientos que ha narrado y narrará la novela – destaco que nosotros ya contamos con casi la totalidad de las entregas; estimo que a EP le deben quedar dos o tres entregas por traducir -, cifran de alguna manera sumamente compleja y sutil, los acontecimientos que la rodean en la vida real, si se me permite el exabrupto de considerar que existe algo así como una vida real. Esta es la razón por la cual considero que mis conclusiones no sólo empañarían el disfrute literario del lector sino que también lo engañarían, ya que si bien estoy al tanto de como sigue la novela no he podido desentrañar el mecanismo por el cual cifra los sucesos de la vida cotidiana.

Está más que claro que las Iotas son una referencia a las Magas pero no me resulta una constatación indubitable si nosotros, los que estamos con EP, somos referenciados por los guerreros. Por el contrario, esta calidad referencial sí me resulta indiscutible entre el guerrero narrador y EP. Supongo que también se advierte con claridad que los dos dioses que aparecen en las dunas del desierto de oro en la novela son una alusión a «los mormones», como los llama OZ, que se nos han aparecido en la vida «real». La alusión me resulta unívoca pero lo que no logro comprender es cómo hizo EP para percibirlos. Ellos aparecieron por primera vez en la clínica de Gualeguaychú a DS sin que EP los viera, postrado en su sueño como estaba. Tiene que haberlos percibido de algún modo; tal vez pueda escucharnos cuando traduce y habla, o quizá sueñe con ellos cuando la voz de Snuflk Karlto se silencia en su mente. No lo sé. Tampoco debo descartar la clarividencia que ha ostentado EP al predecir, palabra por palabra en ese ya famoso pie de página, lo que yo diría a una propuesta de AFE. Descarto de plano la posibilidad de que estos seres se le hayan presentado a EP antes de sucumbir al sueño de la novela porque EP me lo habría hecho saber sin remilgos en la variadas charlas que hemos mantenido para planificar esta experiencia.

En fin, no comunico mis conclusiones porque aún son parciales; no sé, ni puedo encontrar el modo de saber, qué hechos en la vida real futura señalan las entregas que aún no has leído amigo lector. Sé que los acontecimientos de la novela desembocan en la paradojal y silenciosa soledad de los que hacen un culto de la manipulación de las palabras, pero no logro descifrar los hechos que acaecerán en la vida que estamos viviendo, nosotros aquí, en nuestro nuevo escondite, un motorhome, y buscados por toda la policía del país.

3

Las Magas, después de darnos un plazo de veinticuatro horas para cumplir su petitorio, dejaron, como ya lo había anticipado Teti, una guardia. Dicha guardia consistía en dos Magas pertrechadas en la 4×4 con los parlantes que, si bien no tenían la capacidad de emitir infrasonido, podían, en cualquier momento, intoxicarnos con Sergio Denis, Alejandro Lerner, Axel, César «Banana» Pueyrredón, Javier Calamaro o Marcelo San Juan. Tal era la variedad de armas con que contaban estas chicas, claro que con especial preferencia en usar a Denis o Lerner para torturarnos.

Pero como estábamos en un compás de espera, se habían avenido a guardar silencio y así comenzaron a pasar las horas, en silencio.

Pronto OZ, DS y yo estuvimos de acuerdo en que debíamos aprovechar la situación para huir pero no hallábamos la manera de resolver varios impedimentos. Por una lado, contábamos con el auto de DS, cuyas dimensiones no resultaban convenientes para trasladar a EP y a nosotros con nuestro bártulos al mismo tiempo; y, por el otro, no podíamos alquilar la traffic que habíamos usado para acarrear a EP desde la clínica de Gualeguaychú ya que convinimos en apagar y deshacernos de nuestros teléfonos celulares como medida de seguridad. A su vez, cualquier movimiento extraño que detectasen las Magas provocaría el consecuente despliegue sonoro que, dada la noche que se cernía, molestaría a los vecinos que no tardarían en dar aviso a la policía.

Estábamos perdidos, y, perdidos por perdidos, nos abocábamos a celebrar el cumpleaños de OZ con unas botellas de malbec que había conseguid DS, cuando sonó un teléfono celular – delatando el incumplimiento tramposo en que había incurrido OZ en relación a apagar los celulares.

– Quedamos en que nada de teléfonos – le recordé.

– Seguro que es Oliverito para saludarme – contestó OZ y su rostro me imploró una excepción que le concedimos con DS.

De resultas de esta conversación supimos que Oliverio Juniors estaba con su novia en un camping cercano a nuestro escondite.

– Mándale saludos y dile que no hay nada como hacer el amor en una carpa junto al río – le dije memorando viejas glorias personales.

– Ah, pero no está en carpa – me aclaró OZ al tiempo que seguía hablando con su hijo.

– ¿En qué está? – le pregunté sumamente excitado.

– En el motorhome que le regalé para su cumpleaños – contestó como si nada OZ, sin advertir que acababa de abrirse un camino hacia la libertad.

Ya teníamos el vehículo; OZ no debió esforzarse mucho para que su hijo se aviniera a rescatarnos. Ahora nos faltaba una estrategia para confundir o al menos inutilizar a las Magas y fue DS quien propuso un plan que a primeras me pareció delirante pero que los hechos demostraron absolutamente efectivo.

Como buen musicoterapeuta, DS andaba con un teclado y debido a que, mientras fue estudiante, se había ganado el pan realizando tributos a Ricardo Arjona en pubs y bares, conocía casi todas las aberrantes letras del cantautor guatemalteco.

– Yo sé cómo distraer y enamorar a esas dos chicas – afirmó DS.

Minutos después DS salía a la vereda con su teclado y dos ampollas de cloroformo que le había provisto OZ, y les hacía una serenata a las Magas con el siguiente tema, que creo que se llama «A siete metros»; pongo a disposición un enlace (http://www.youtube.com/watch?v=Tn_oPVsvr5A) para quien desee auto-flagelar su buen sentido.

Las chicas no tardaron en simpatizar con DS e invitarlo a subir con la música a la cabina de la 4×4 donde nuestro «Mata Hari» se entretuvo más de la cuenta antes de dormirlas a ambas con el cloroformo. Cuando estuvimos seguros de que estaban fuera de combate, le dimos el OK a Oliverito para que hiciera su ingreso a la cuadra puesto ya hacía rato que estaba estacionado a la vuelta de nuestro paradero.

Horas más tarde transitábamos una de las tantas rutas inmensas que recorre a este país donde la literatura se me hace que es tal cual pinta Osvaldo Lamborghini a los chistes en su relato «La causa justa».

Para finalizar, incurriré en la misma traición que ya ha acometido OZ cuando teniendo previstas dos entregas empleó tres. En efecto, ya que la próxima semana sí referiré cómo me deshice de Madame Tara en 1973, cuando convivimos seis meses, al lado de la casa de la infancia de Julio Cortázar en Banfield, casa que el escritor usó como modelo para escribir su famoso cuento «Casa tomada».

Roberto Ruppi

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