Eric Moussambani, el escualo que cruzó la gran piscina de Sydney
Los juegos olímpicos se pretenden como un evento lleno de hermandad, de eliminación de las diferencias, de competencias limpias. Sin embargo, han realzardo sentimientos nacionalistas y programas políticos y han brindado tranquilidad a las demoninadas «potencias» porque aún salen en las partes altas de los medalleros. El caso de Eric Moussambani, un nadador de Guinea Ecuatorial que gastó más del doble de lo que hacen los competidores blancos y que atravesó la piscina olímpica, solitario, sirvió para que la televisión alemana hiciera bromas al compararlo con una anciana. En todo el mundo se habló, casi con espanto, que en Guinea Ecuatorial no había piscinas y que el nadador tuvo que entrenar en distintos lugares no propicios.
Todo pasó por ser algo simpático, como si Eric no hubiera surccado las extrañas aguas de una piscina que él jamás había visto. Ojala algún día llevaran a Thorpe o Phelps a las costas de Guinea Ecuatorial y los pusieran a competir a nado con Moussambani, sin que tengan previo entrenamiento en la zona, sin que jamás hayan visto ese océano. Aunque ya no se hablaría de algo «tierno» o de un suceso que ilustre lo «multicolor» y «multicultural» de los Juegos Olímpicos sino de una gesta hecha por valientes hombres que se acercaron al mismísimo corazón de las tinieblas.
Hoy día, Eric nadador es el entrenador del seleccionado de su país. Estará en Londres y muchos recordarán, con hilaridad, lo ocurrido hace doce años. Acá podrán leer una entrevista que él concedió en Marzo del presente año, en este documento también se evidencia el tinte político que tiene su cargo puessu está sometido a un gobierno totalitario hace más de cuatro décadas. El horror, Eric, el horror.