Una leyenda desconocida: John Martyn
El 29 de Enero del 2009 se fue el gran compositor, guitarrista y cantautor de la música británica.
No diré nada sobre su vida, puesto que esta labor la hace mejor y peor wikipedia o google. Tampoco hablaré sobre sus discos o canciones, que indiscutiblemente fueron de las mejores de su época, por la misma razón: todo se puede encontrar en Internet.
Hablaré entonces de lo que encuentro en la música de John Martyn.
Encuentro: osadía, libertad, nostalgia y paz. Sinceridad, también, por expresar un estado interior y una verdadera simbiosis entre el hombre y la música.
En una de las últimas entrevistas que concedió, al ser grabado mientras lloraba cantando la canción que le había dedicado a su compañera sentimental tras haberse divorciado, Hurt in your heart, Martyn decía al reportero:
A veces tienes que llorar, tienes que llorar.
Es esta honestidad artística la que se debería considerar en el ámbito del percibir las creaciones humanas. No se trata de las grandes elaboraciones, del espíritu estoico inamovible ante la tempestad: se trata del poder humano de sentir espontáneamente y expresar la vulnerabilidad ante las circunstancias.
La primera vez que escuché una canción de John Martyn no fue por su propia voz. Fue en un compilado de chill-out de Irma Records, en el cual se mezclaba su famosa canción: I don´t want to know about evil. Esta misma canción ha inspirado variadas versiones entre artistas como Carlos Santana y Muki.
Si ustedes no han conocido aún la obra de Martyn, uno de los grandes artistas británicos de las últimas épocas, la recomiendo con honestidad.
Martyn terminó sus últimos días sufriendo de obesidad mórbida, con una pierna protésica y en silla de ruedas; en mitad de sus presentaciones terminaba derrumbado, llorando por la mujer que lo abandonó hace más de 30 años y a quien dedicaba sus canciones. Pero también había ocasiones en que sencillamente se relajaba y soltaba una dulce sonrisa de conejo interestelar.