Cuando Klaus Kinski fue Jesucristo
La furia y los azotes en la cara son el vehículo para imponer la misericordia y el amor en un mundo aterido de vulgaridad; Klaus Kinski lo sabía y por eso fue Jesucristo, a pesar de que cientos de sujetos, agazapados entre la muchedumbre, lo insultaran y le hicieran burlas dignas de doctorandos. En el monólogo que a continuación les presentamos, ademas de advertir los gestos de ira mística del actor alemán, se aprecia la facilidad que existe para la ironía y el insulto cuando el enunciador se encuentra sumergido en el anonimato y la aquiescencia de otros mediocres que aplaudirán a ese primer burletero devenido comediante de ocasión a costillas de alguien que se ha atrevido a hacer algo. Disfruten de esta pieza documental en donde Klaus Kinski aparece en todo su esplendor junto al odio y la maledicencia de sus detractores y el silencio de otros tantos que apenas se inmutaron de este mesías:
Ingmar Bergman y Erland Josephson: furiosos ángeles suecos
Ingmar Bergman tuvo fama de cascarrabias, de ingresar al proceloso pasadizo de la ira y salir de él muy cansado y con ganas de hacer una película más. Una vez golpeó a un crítico que lo perseguía, sin embargo, en aquella ocasión no fue por ira sino que todo lo hizo de manera premeditada, de hecho, siguió odiando a ese crítico pese a que ya estuviera muerto. Bergman también murió y, en español, queda esta entrevista hecha a él y a su gran amiguito, el actor Erlan Josephson: