Habla el museo gástrico del tango . Un texto de Marcelo Cohen
El escritor argentino Marcelo Cohen publicó en 1996, con la editorial Minotauro, «Inolvidables veladas», una novela en la que el tango forma parte de una atmósfera que evoca «Hola, América» de Ballard. En el aparte que les presentamos hay todo un circuito gástrico que esta mañana estuvo muy presente en la televisión cuando mostraron cómo le robaron a un actor obeso unos kilos debido a una intervención quirúrgica, después de cerrarlo, los cirujanos le notificaron la presencia de un tumor maligno (la lectura del parte médico se hizo en directo para todo el país), hambriento y ansioso de tragarse todas las entrañas del actor gordo y bonachón. Él, el actor, quería ser un galán flaco pero sus trabajos futuros se limitarán a interpretar a un muerto viviente o a un tío de la familia Monster: Apocalipsis y posapocalipsis ocurren todos los días.
Una voz del museo gástrico del tango
Por Marcelo Cohen
remontando el sendero de la inquietud en busca de un origen plausible para el malestar del sistema no se encuentra un tumor no sino un chambergo un guitarrón estrangulado por una pañoleta una colcha con goterones de cera una escupida de costado madreselvas y una meditabunda peregrinación el folleto lo explica con detalle de hombres despechados camino ora al almacén ora al prostíbulo o a la asfixiante pero promisoria redención del hogar allá va el pituco allá el maula el fachatosta el compadrito hay una estampa ya carcomida por los ácidos salivales de un proxeneta doblado sobre sí mismo engullendo su propio fluido vital sólo que no llega del todo a la fuente y se le mancha un ojo a la yiranya acude a auxiliarlo es una buena mujer la misma buena mujer de hoy con el yirantato convertido en fantasía que puede y debe