Dibujos animados soviéticos, aparentemente maricas y sospechosamente felices
En Cuba, las aventuras de esta pareja compuesta por un perseguidor y un perseguido hecha en las entrañas del imperio soviético, se llamó «Deja que te coja» («Nu pagadi» en ruso): si bien en los países del caribe hispanoparlante coger no tiene las connotaciones sexuales que existen en México o el cono sur, al ver un episodio del lobo que busca engullir al conejito, no queda duda que, tras la cortina de hierro, el homosexualismo también estaba ataviado con la aventura infantil . Puede advertirse una ucronía donde el conejito se despose con Tom y el lobo con Jerry; casados, en justas nupcias, por la papisa Bugs Bunny para así acabar con la crisis de los misiles con el beneplácito de los ya muertos Kennedy y Kruzchev. En todo lugar de la vieja guerra fría, se calentaban los motores de la confusión sexual y el dualismo genérico se iba derritiendo como los sueños comunistas de tanto soviético que aún creía que la salvación era Stalin. Todos murieron menos la perdición, ni los soviets ni los neoliberales nos salvarán de morir en la ignominia. Y, mientras ello ocurre, la muerte quiero decir, miremos un poco de estos dibujos animados comunistas. ¿Alguna vez el lobo cogerá al conejito? ¿Tendrán hijos? ¿Las orejas del crío serán de canino o de roedor? Todo un visado de un mundo feliz que, al parecer, jamás ocurrió.
Maiakovsky en diversidad de voces
A continuación un documental ruso sobre el poeta Valdimir Maiakovski , el padre del futurismo que se pegó un tiro en el corazón en 1930; la particularidad de este trabajo radica en que la biografía de Maiakovsky está construida con enunciados provenientes de memorias y diarios escritos por distintas personas, incluyendo apuntes autobiográficos del poeta: