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lo gris de Xochimilco

Pedro Sánchez Merlano nos brinda una de sus nuevas excursiones a los géneros rompedores de este siglo, sin olvidar su preocupación primaria por el destino del hombre que no escapa oportunidad para evadir todo tipo de compromisos, lean pues, estas letras de nuestro libertino favorito.

 

 

Claves para una evasión tributaria en el ismo de Panamá

(glosas y exégesis de la interzona de William Burroughs)

El mogollo de la enana era un par de testículos de un cebú de extraordinaria raza, y la enana mugía y mojaba sus rajas gracias a los estertores que emergían de su boca. Los ruidos se debían a la maravilla que le prodigaba el discurso del gusarapo, quien abocado a la competencia de los teóricos más encumbrados de la región, no quería que alguien más supiera lo que él presumía saber, es decir, una absoluta mierda. El gusarapo inyectado de orgullo regentaba una editorial autodenominada independiente. Su funcionamiento era el mismo al de cualquier multinacional, pero apelaba a los subsidios estatales para costear el impulso de su escritor adorado, su amigo que hacía gala de un gran homosexualismo como premio a la postmodernidad. Vale decir que erigirlo como un escritor marica fue munición perdida, militar en cualquier credo de género era una antigualla que el gusarapo evidenció en sus clases.

La tentación de los orificios de la enana redundaban una pedorrera que perfumaba el recinto editorial del gusarapo. Este vomitaba profusas cantidades de alcohol que había ingerido en cada uno de sus lanzamientos del new weird, género provocador como ninguno al ser proferido en palabras anglosajonas y no significar una mierda. Entretanto el escritor otrora marica continuaba su ascenso a las grandes ligas de los premios. Contando con la complicidad del editor vietnamita de una colección otrora prestigiosa entre el fandom y ahora derivada en una serie de múltiples negocios fallidos con el pretexto de exprimir la lana a los frikis. Pero vamos al punto de esta historia: el tráfico de órganos.

Como el autor podrá intuir acá se desarrolla una trama de comercio ilegal. El transplanten de anos estaba a pedir de boca al punto que la boca se volvían anos. Y Permitido el retruécano no queda más que el ano. Los anales de la editorial independiente contenían los quistes memorísticos del hígado enfermo del escritor. El mucharejo fue presa de experimentaciones genéticas emanadas de la boca succionadora del gusarapo. La enana ya descuartizada fue la santa Teresa de Calcuta que los desposó en una isla del Caribe.

Convengamos que la reforma tributaria plantea que una de las formas más comunes de erosión de la base gravable y el traslado de beneficios, de acuerdo con lo planteado de la organización para la cooperación del desarrollo económico contra la erosión de la base impunible y la base de beneficios, proviene la posibilidad de crear filiales no residentes y canalizar a través de ellas los ingresos de una empresa residente.

Este es el final de una historia muy pero novedosamente rara. Es decir, hemos hecho un new weird. Mezcla de criminalística con locura y derecho tributario.

Acá no hay novedad. No se preocupen por esto que todo sigue igual.