La crítica de Trotski a los anarquistas españoles
¿Por qué actúa la gente como si la guerra y la muerte no fueran naturales? Lo que no es natural es vivir toda la vida sin levantar jamás la mano en un gesto de violencia.
Los Susurros Divinos de Han Quing-jao.
Los hijos de la mente. Orson Scott Card
Trotski en su texto «Lección de España; última advertencia», de 1937, acusa a los grupos Republicanos aliados con El Frente Popular de complicidad con las facciones burguesas, de favorecer los intereses de Franco, tomar una postura ambigua, en últimas contrarrevolucionaria y, sobre todo, acusa a los grupos anarquistas de no haber aprovechado la toma de poder cuando estuvo a su alcance.
Esta crítica despiadada al papel de los anarquistas lo exhorta a calificarlos de repugnantes pequeños burócratas, inútiles incluso para el sistema que favorecían: «Renunciar a la conquista de poder, es dejárselo voluntariamente a los que lo tienen, a los explotadores. El fondo de toda revolución ha consistido y consiste en llevar a una nueva clase al poder, dándole así todas las posibilidades de realizar su programa·»
La posibilidad de una utopía desde la ciencia ficción
En un mundo que ha devenido unidimensional y se ufana de no tener una contraparte, ni como alternativa económica ni social, parece ilógico acudir en busca de las utopías, aún más cuando en su propia etimología se anuncia su presunta imposibilidad: utopía es el ningún lugar.
Fredric Jameson divide la utopía, desde Moro, quien fuera el escritor de Utopía, texto inaugural de las utopías, en dos líneas: “una centrada en la realización del programa utópico; la otra un impulso utópico pero omnipresente que aflora en diversas expresiones y prácticas encubiertas.”[1] Read More…









