Poemas de Houellebecq, ese gran escritor

Por Enrique Pagella

Michel_Houellebecq

Michel Thomas,más conocido como Michel Houellebecq, es el escritor francés contemporáneo que ha logrado devolverle a las letras de su país aquello que se esfumó durante las décadas posteriores a la del setenta: una narrativa potente, una narrativa anclada en la problemática del sujeto que expulsado de la modernidad trata de hacer pie sobre el etéreo e insulso territorio de la posmodernidad.

Sus novelas, Las partículas elementales y Plataforma, se convirtieron en hitos de la nueva narrativa francesa que ha surgido durante la transición del siglo XX al XXI. Ambas le otorgaron no sólo prestigio literario sino también el rol que hace mucho no ocupa un escritor de auténtico fuste en la cultura mediática actual. Me refiero al rol de la incorrección política, al rol del que escarba en las fisuras culturales para poner de manifiesto la crueldad y la estupidez humanas como marca de una decadencia que pone de manifiesto en sus obras, impecable e implacablemente.

Hijo de padres abandónicos, pasó su infancia y adolescencia con su abuela paterna, de la cual adoptó el apellido como seudónimo; experiencia vital de la que da cuenta en su magnífica novela Las partículas elementales.

Con la publicación en 1994 de Ampliación del campo de batalla, su primera novela, a la que se comparó con El extranjero de Albert Camus, pasó del anonimato total a convertirse en el autor del libro más vendido de ese año.

Las partículas elementales fue considerado el mejor libro francés de 1998 por la revista Lire y fue galardonada con el Prix Novembre. Ese mismo año obtuvo además el Premio Nacional de las Letras para jóvenes talentos.

Su tercera novela, Plataforma, tuvo la particularidad de transformarlo en estrella mediática, no sólo por traducirse a más de veinticinco idiomas sino por ser objeto de una agria polémica en torno a su supuesta fobia contra el islamismo y a su particular visión de la explotación sexual del Tercer Mundo.

En su obra se aprecia la influencia de autores tales como el Marqués de Sade, Aldous Huxley, Howard Phillips Lovecraft y Céline.

A causa de la presión mediática, dejó Francia y se instaló en Irlanda durante algunos años. Después se mudó en el sur de España, donde reside actualmente.

Sus obras y opiniones, críticas del pensamiento políticamente correcto y de los residuos del Mayo francés, lo enfrentaron con los medios de comunicación más importantes de su país, que lo acusaron de misógino, decadente y reaccionario, lo cual sólo hizo que aumentaran su popularidad y sus ventas. Por si fueran pocos los reproches, debido a algún pasaje de Plataforma, donde aparece el tema del terrorismo islamita, se lo tildó de intolerante y xenófobo. Pero la oportunidad más esperada por sus detractores vino a raíz de una entrevista en la revista literaria Lire, publicada en septiembre de 2001, en las que afirmó que «la religión más idiota del mundo es el Islam» y que «cuando lees el Corán se te cae el alma a los pies». Fue entonces denunciado por varias agrupaciones islámicas y de derechos humanos por «injuria racial» e «incitación al odio religioso». El juicio, celebrado en París en octubre de 2002, dividió a la comunidad intelectual internacional. Fue absuelto de todos los cargos: el juez argumentó en la sentencia que la crítica a la religión es perfectamente legítima en un estado laico. Adorado por sus incondicionales y denostado como pornógrafo y racista por sus variados oponentes (desde puritanos religiosos a notables izquierdistas), sus libros copan los suplementos literarios, las reediciones se suceden y se traducen a numerosas lenguas.

Y como si todos estos escándalos resultado escasos, Houellebecq reconoció haber tomado algunos textos de la Wikipedia francesa para su libro El territorio y el mapa. Aunque su editorial, Flammarion, se preparaba para una gran disputa por plagio, no contó con que los activistas del software libre inciaran una cruzada en favor del escritor, esgrimiendo las obligaciones que impone la licencia libre de la Wikipedia y colgando en internet la novela.

A continuación,  algunos de sus poemas.

Última muralla contra el liberalismo

Nosotros rechazamos la ideología liberal porque ésta es incapaz de proporcionar un sentido, una vía para la reconciliación del individuo con su semejante en el seno de una comunidad que pueda ser calificada de humana,

Y, por otra parte, el fin que se propone incluso es del todo distinto.

Nosotros rechazamos la ideología liberal en nombre de la encíclica de León XIII sobre la misión social del Evangelio y con el mismo espíritu con el que los antiguos profetas invocaban la ruina y la maldición sobre Jerusalén,

Y Jerusalén cayó, y no tardó menos de cuatro mil años en volver a levantarse.

Es algo probado, e indiscutible, que todo proyecto humano se ve evaluado, cada vez más, en función de criterios puramente económicos,

De criterios absolutamente numéricos,

Memorizables en archivos informáticos.

Esto no es aceptable y nosotros debemos luchar para que se ponga a la economía bajo tutela y para que ésta se someta a ciertos criterios que me atrevería a llamar éticos,

Y es que cuando se despide a tres mil personas y oigo chalanear sobre el coste social de la operación me entran unas ganas locas de estrangular a media docena de consejeros auditores,

Lo que constituiría una excelente operación,

Una depuración absolutamente benéfica,

Una operación prácticamente higiénica.

Confíen en la iniciativa individual, eso es lo que ellos repiten por todas partes, lo que por todas partes van repitiendo como esos viejos despertadores cuyo uniforme tictac bastaba generalmente para sumirnos en un insomnio fatigante y definitivo,

A eso, yo sólo puedo responder una cosa, que surge de una experiencia a la vez desconsoladora y repetitiva,

Y ésta es que el individuo, me refiero al individuo humano, es muy por lo general un animalejo a la vez cruel y miserable,

Y que sería completamente inútil confiar en él a menos que se viese rechazado, encerrado y mantenido dentro de los principios rigurosos de una moral inexpugnable,

Cosa que no sucede.

En una ideología liberal, se entiende.

Debemos desarrollar una actitud de no-resistencia al mundo

Debemos desarrollar una actitud de no-resistencia al mundo;

Lo negativo es negativo,

Lo positivo es positivo,

Las cosas son.

Las cosas aparecen, se transforman,

Y luego cesan simplemente de existir;

El mundo exterior, en cierto modo, viene dado.

El ser perceptivo es parecido a un alga,

Una cosa repugnante y muy blanda,

Fundamentalmente femenina

Y es eso lo que debemos alcanzar

Si es que queremos hablar del mundo.

Simplemente, hablar del mundo.

No hemos de parecernos a quien trata de plegar el mundo a sus

deseos,

A sus creencias

Pese a ello nos está permitido tener deseos,

E incluso creencias

En número limitado.

Después de todo, formamos parte del fenómeno,

Y, a título de ello, somos eminentemente respetables.

Como los lagartos.

Como los lagartos, nos calentamos al sol del fenómeno

Esperando la noche

Pero nosotros no nos batiremos,

Nosotros no debemos batirnos,

Nosotros estamos en la posición eterna del vencido.

 

Hipermercado – Noviembre

Primero tropecé con un congelador.

Me asusté un poco y me puse a llorar.

Alguien masculló que yo rompía el clima;

Para parecer uno más, seguí adelante.

Barriobajeros embrutecidos de mirada animal

Se cruzaban sin prisa junto al agua mineral.

De entre los anaqueles llegaba un rumor

Como de circo y desmadre. Se me torcieron los pasos.

Me empotré en el mostrador de los quesos;

Había dos viejas comprando sardinas.

Una se volvió y le dijo a la otra:

«Hay que ver qué pena, un chico de su edad.»

Y luego vi unos pies, circunspectos y anchos:

Era un vendedor que tomaba medidas.

Muchos se sorprendieron con mis nuevos zapatos;

Una última vez me quedé un poco al margen.

 

Transposición, control

La sociedad es quien establece las distinciones

Y los procedimientos de control

Hago acto de presencia en el supermercado,

Interpreto muy bien mi papel.

Asumo mis diferencias,

Delimito mis exigencias

Y abro la mandíbula,

Mis dientes están un poco negros.

El precio de las cosas y los seres se tasa por consenso

transparente

Donde intervienen los dientes,

La piel y los órganos,

La belleza que se marchita.

Ciertos productos con glicerina

Pueden constituir un factor de plusvalía parcial;

Decimos: «Es usted hermosa»;

El terreno está minado.

El valor de los seres y las cosas es generalmente de una

precisión extrema

Y cuando decimos: «Te quiero»

Establecemos una crítica,

una aproximación cuántica,

Escribimos un poema.

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