Ciencia ficción latinoamericana o la fisonomía de un tercer mundo desarrollado. Por Sergio Ortíz Sotelo

Esta es una reseña sobre la antología El tercer mundo después del sol, hecha por Rodrigo Bastidas y editada por Minotauro (Ed. Planeta)

 

 

En 1942, en una reflexión sobre la vida intelectual latinoamericana, Alfonso Reyes escribió que, debido a las circunstancias de su desarrollo histórico, “América vive saltando etapas, apresurando el paso y corriendo de una forma en otra, sin haber dado tiempo a que madure del todo la forma precedente”. Se refería al desafío que, desde la independencia política del siglo XIX, representa para lxs latinoamericanxs el intento de conocer ampliamente la literatura que se escribe en el resto del mundo y, desde este conocimiento y en revisión permanente de la vida cultural propia, producir una cultura capaz de dialogar con cualquier literatura o expresión cultural del planeta; es decir, el desafío de ganar una independencia literaria e intelectual basada en el cosmopolitismo. Esto significa generar una literatura que, por la reflexión sobre las condiciones propias, no sea una imitación de estructuras importadas, pero que tampoco sea una literatura parroquial que no puede aportar al diálogo mundial por vivir encerrada en sus particularidades.

Esta preocupación sigue vigente hoy en la producción literaria general y, particularmente, en la de la ciencia ficción (que por su especificidad como literatura de un género nacido y desarrollado principalmente en Europa y también en los Estados Unidos, países líderes en producción de ciencia, se pregunta por la posibilidad de una apropiación latinoamericana). Rodrigo Bastidas, compilador de la antología de relatos de ciencia ficción publicada en febrero de 2021 por Minotauro, El tercer mundo después del sol, plantea en la introducción de esta recopilación la pregunta por la especificidad de este género en nuestro continente y así renueva la discusión que desde el siglo XIX se han planteado lxs intelectuales latinoamericanxs para nuestra vida cultural en general: “¿cómo se construye la ciencia ficción en un lugar donde los conceptos hegemónicos de ciencia no coinciden con los que se han construido en nuestras culturas?”.

Aquí está implícita la pregunta de si es posible en Latinoamérica construir una literatura que nos permita una comprensión de nosotros mismos y que, al hacerlo, aporte a la comprensión de los asuntos que afectan a las sociedades de todo el planeta. La antología responde positivamente con la muestra de 14 cuentos de escritorxs de diferentes países latinoamericanos. Por eso Rodrigo Bastidas señala, refiriéndose a las ideas que en los años sesenta René Rebetez formuló para cuestionar la hegemonía del mundo desarrollado sobre la ciencia ficción, que los autores de esta nueva antología

Parecen acercarse de una u otra forma a esta propuesta por la forma en que podemos reconstruir un sistema de conocimiento (ya desgastado) para plantear uno nuevo en el cual la voz de Latinoamérica tenga no solo cabida, sino que sirva como base para permitir la aparición de otras formas de saber

Además, con esto la antología muestra, mediante los relatos y también a través de las palabras que cada autor pone al final de su cuento, por qué la ciencia ficción no puede seguir siendo considerada un género menor en Latinoamérica, pues es una herramienta clave para la apropiación de nuestra historia, nuestro presente y nuestro futuro. Es una continuación del proyecto de toma de “conciencia de la novedad del Nuevo Mundo y, consiguientemente, de la situación y del papel de ese nuevo mundo en la historia universal”, que Rafael Gutiérrez Girardot descubre en la intelectualidad latinoamericana: el de América como una apertura a otra maneras de vivir y relacionarnos con nuestro entorno, posibilidad habilitada por la imaginación, pues “a diferencia de la historiografía, que narra lo que ha acontecido, la poesía narra lo que podría acontecer” (Gutiérrez G.). La ciencia ficción en Latinoamérica abre también las posibilidades para que la imaginación piense en lo que podría ser el mundo si lo comprendemos por medio de otras formas de ciencia y de conocimiento, y si usamos con enfoques diferentes los productos científicos de los países llamados desarrollados.

Esta antología es así una comprobación de que la ciencia ficción en Latinoamérica responde afirmativamente al cuestionamiento que también se planteó Alfonso Reyes: “falta todavía saber si el ritmo europeo —que procuramos alcanzar a grandes zancadas, no pudiendo emparejarlo a su paso medio—, es el único ‘tempo’ histórico posible; y nadie ha demostrado todavía que una cierta aceleración del proceso sea contra natura”. El tercer mundo después del sol presenta una ciencia ficción de ritmo latinoamericano, que no reproduce miméticamente las etapas por las que ha transcurrido la del llamado primer mundo, sino que entra en diálogo con esta para rechazarla o modificarla, y así enriquecerla en el encuentro con lo local:

Es claro que [la ciencia ficción latinoamericana] podemos definirla, escribirla y pensarla no como si fuera una copia subrogada, sino como un género propio y potente, como una escritura que subraya nuestra presencia central y necesaria en un mundo que se mueve entre los apocalipsis pandémicos, el maquinismo corporativo, las distopías del realismo capitalista y las ucronías revisionistas.

Esta particularidad de la ciencia ficción latinoamericana, sin embargo, no es estática, porque “pareciera que su marca es la transformación constante, la adaptación, una metamorfosis que siempre logra hibridarse” (Rodrigo Bastidas). Es la misma comprobación que con respecto a la literatura latinoamericana hizo Gutiérrez Girardot: esta no es “por su carácter, estática, sino dinámica y permanente […] permanente devenir; pero es un permanente devenir de lo que se llama tradición, sin la cual el primero es vacío y la segunda, lastre”. La ciencia ficción es parte pues de la larga tradición de pensamiento y escritura latinoamericana que ha intentado independizar nuestra vida cultural y política, para crear un arte propio y al mismo tiempo cambiante y adaptable, que enriquezca con nuevos matices la vida en el planeta, un arte al tiempo local y cosmopolita. Es la continuación del proyecto de libertad e independencia que sigue en construcción en los países del llamado tercer mundo, donde las condiciones de desigualdad y violencia siguen siendo una presencia contundente y amenazante para la posibilidad de la libertad y la pluralidad.

El tercer mundo después del sol, además de mostrar la riqueza de la ciencia ficción latinoamericana, comprueba que la estética de este género es una parte orgánica e indispensable de la literatura latinoamericana, y que cumple en el presente la función fundamental de pensar nuestro futuro en relación con nuestras formas particulares de conocer y vivir. También invita a que esta riqueza concretada en la ciencia ficción y en su capacidad de apropiarnos y pensar nuestro futuro latinoamericano se plenifique mediante la mayor circulación de esta y de toda forma de literatura, y por medio de un acceso más fácil a ella. Así, muchxs escritorxs latinoamericanxs, en condiciones tan adversas, podrán “llegar al fin con la antorcha encendida” (Alfonso Reyes), pues la falta de tiempo para la vida intelectual por las presiones materiales inmediatas, la dificultad en el acceso a los materiales literarios producidos en el resto del mundo (y en muchos casos, en los mismos países latinoamericanos), la escasa estimulación escolar, un pobre reconocimiento del valor de la creatividad, son los desafíos de muchas imaginaciones que, en una literatura ya plenamente desarrollada, siguen buscando y construyendo los caminos al nuevo mundo.

Referencias

Bastidas, Rodrigo, comp. El tercer mundo después del sol. Antología de ciencia ficción latinoamericana. Colombia: Editorial Planeta Colombiana S. A.

Gutiérrez Girardot, Rafael. “La concepción de Hispanoamérica de Alfonso Reyes (1889- 1959)”. En Cuestiones, Rafael Gutiérrez Girardot. Bogotá: Fondo de Cultura Económica.

Reyes, Alfonso. “Ultima Tule”. En Obras Completas de Alfonso Reyes, vol. XI. México: Fondo de Cultura Económica.

Tags: , , , , , , ,

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: