Quién lucha no pelea, por Francesco Vitola Rognini

QUIÉN LUCHA NO PELEA

Por Francesco Vitola Rognini

@Francescovitola

995176_10151871184593464_700922333_n

El arte suave o Jiu Jitsu  era parte de lo que se les enseñaba a quienes dedicaban su vida al Bushido o Camino del Guerrero. Los bushi -o caballeros armados-  entregaban sus vidas por el honor y la lealtad. Los de otros estratos sociales los llamaban samuráis -serviciales ayudantes-. Su modo de vida consideraba la humanidad del oponente, por lo que se los recuerda, aún a pesar del tiempo transcurrido, como guerreros admirables. Los bushi no debían temer a la muerte, de esa forma serían los principios, y no el miedo, los que les harían tomar las decisiones correctas. Enfrentarse a contrincantes con armaduras permitió afinar las técnicas de ahogos, luxaciones y proyecciones. La neutralización con golpes estaba fuera de lugar, excepto por aquellos en puntos vitales, tal y como lo vemos en el Jiu Jitsu tradicional hoy en día. Tuvieron dos mil años para perfeccionarlo, antes de que “el arte de la suavidad” saliera del Japón.

El Ju Jutsu –así suena en japonés- clásico también enseñaba el uso de armas defensivas y ofensivas, armas ocultas y objetos de uso cotidiano como monedas y abanicos. Los esotéricos shinobis -Shi  (hacedor), No (experto),  Bi (que busca información)- sabían  de eso. En muchos casos eran samuráis los que cumplían misiones secretas  a deshoras, vestidos en atuendos azules, rojos oscuros o negros, elegían los paseos nocturnos y las sombras como su otra vida. Los bushi expertos en Henso Jutsu –arte de la caracterización- se adaptaron a los cambios, cuando a principios del siglo veinte Japón prohibió el porte de armas tradicionales. Eran tiempos de trajes a medida, los relojes de cadena y las armas de fuego. En el año 1882, Jigoro Kano, atleta y políglota japonés, creó el Judo tras estudiar dos tipos clásicos de Ju Jutsu. Eliminó lo que consideró peligroso y edificó las bases de lo que hoy sigue siendo uno de los deportes marciales más practicados alrededor del mundo. En 1883 el Judo y el Ju Jutsu salen de gira para probar su eficacia.

Unos pocos años después de que el Judo y el Jiu Jitsu salieran de Japón, Morihei Ueshiba, creador del Aikido, tuvo que presenciar cómo atacaban a su padre, un activista social. Por su reducida constitución el niño no pudo hacer nada. Desde entonces se empeñó en estudiar artes marciales, las que enseñaban el uso de armas y las que hacían énfasis en el combate cuerpo a cuerpo: el Jiu Jitsu y el Judo. La contextura menuda lo hizo adaptar aquello a sus necesidades particulares, como el agua que se amolda al recipiente que la contiene. Hay que aclarar que sólo en el Bujutsu -arte marcial de los samuráis- se enseñan 18 habilidades, entre las que están Kenjutsu, el arte del sable, Sojutsu, el arte de la lanza, y el Bojutsu, el arte del bastón largo. También el Saiminjutsu –ilusionismo- y Seishin Teky Kyoto -desarrollo espiritual-.

En 1914 Mitsuyo Maeda, conocido como Conde de Koma, uno de los grandes judokas del  Instituto Kodokan, llegó a Belem do Pará, Brasil, luego de un periplo de diez años en los que retó luchadores de otras disciplinas. Se hospedó en casa del descendiente de escocés Gastão Gracie, quién a la fecha trabajaba en la diplomacia brasileña. El hijo mayor de Gastão, Carlos, que tenía 19 años, quiso aprender  Kano Ji -Jitsu, como lo denominaba Mitsuyo Maeda. El aprendiz ejerció una gran influencia en el desarrollo del nuevo estilo, su constitución delgada se fortaleció en el trabajo de piso, ya que por experiencia sabía que era mejor prepararse para ser derribado. En 1925, Carlos Gracie abre la primera academia Gracie de Jiu Jitsu. Carlos crió a sus hermanos George y Hélio, tuvo además 21 hijos. No sólo les enseñó Jiu Jitsu Gracie, compartió su filosofía de vida y la importancia de la buena alimentación. Cuando Hélio se hizo cargo de la escuela, Carlos Gracie estudió más sobre nutrición y filosofía, desarrollando lo que luego llamó La Dieta Gracie. Con el tiempo fueron notables los resultados positivos de la dieta y el entrenamiento. El estilo se afianzó. Siguiendo los pasos de su maestro Conde de Koma, la escuela Gracie retó a boxeadores y luchadores para divulgar las ventajas de su estilo. Hélio Gracie retó a Joe Louis, pero éste no aceptó medirse al delgado contrincante. Retó a Masahito Kimura, judoka formado en el Instituto Kodokan, pero fue derrotado luego de sufrir una fractura con dislocación de hombro, luego de vencer a dos de sus mejores discípulos. Esa dislocación se conoce en el Jiu Jitsu Gracie como llave Kimura.

Los Gracie expandieron su estilo de Jiu Jitsu, paulatinamente, a través de las américas. Siguieron la tradición del arte marcial como reto, así nace el Vale Tudo.

Bruce Lee, logró una empresa similar. Antes de ser actor de cine, formó numerosos cinturones negros en Jeet Kune Do -El arte del puño interceptor, dicho en cantonés-, entre ellos Chuck Norris. El Judo era uno de sus componentes. El arte de luchar sin pelear puede verse en la primera escena de Operación Dragón, donde vence con un crucifijo con palanca a las vértebras cervicales, conocido en inglés como neck crank. La influencia de los Gracie en el combate cuerpo a cuerpo moderno es sólo comparable con la labor de divulgación que hizo Bruce Lee al popularizar en sus películas el Judo y otras artes marciales tradicionales asiáticas. Su estilo sin estilo[1] se puede ver más claramente en El Juego de la Muerte, película que no terminó de grabar, pero que comenzaron a rodar por el final. En el filme Kareem Abdul Jabbar, varias veces campeón de la NBA, famoso por su Sky Hook y uno de los máximos taponadores y reboteadores defensivos de la Liga, aparece usando lentes oscuros y vestido como musulmán. Lee encarna a un sujeto cuya familia ha sido secuestrada y por cuya libertad debe vencer a un grupo de mercenarios, especialistas en diversas artes marciales. Viste el traje deportivo amarillo por el que tanto se le recuerda. El clímax incluye al gigante debilitado psicológicamente que sin embargo lucha hasta la muerte. Es derrotado con un triángulo de brazo, propio del Judo y Jiu Jitsu. La ruptura de cuello final le añade el dramatismo necesario para cerrar lo que fue su última película.

A diferencia de Bruce Lee, los Gracie no cerraron sus escuelas para dedicarse a dejar su obra inscrita en celuloide. Los Gracie se reprodujeron prolíficamente y el Ultimate Fighting Championship -UFC- fue la mayor caja de resonancia para su estilo. En 1993 aparecen en las pantallas de televisión con el lema: Anything goes. O sea, vale todo.

En los primeros UFC los luchadores buscaban imponer su estilo. Hoy se busca someter al enemigo, más que imponer un estilo. La familia Gracie ha formado su propio ejército de guerreros, incluso, maestros de Jiu Jitsu como Francisco Sá, que fue aprendiz de Takeo Iano y que tuvo su área de influencia la Amazonía brasileña, tuvo en un principio la influencia de Carlos Gracie.

994537_495203427223604_155471728_n

En Barranquilla, Colombia, hasta ahora hay sólo un Dojo que ostenta el apellido Gracie en sus kimonos, entre los integrantes en formación hay luchadores de arte marciales mixtas, mujeres y ejecutivos. Con regularidad traen instructores con cinturones púrpura o café, para hacer clínicas. Conversé con su líder, Luis Carreño, fundador de la escuela Team Legacy Jiu Jitsu en Nueva York, donde vivía. Aprendió del profesor Christiano Bertolucci y del maestro Paulao Rezende. En Colombia tiene Team Legacy en Bucaramanga, Barrancabermeja, Bogotá, Barranquilla, Girardot, Villeta, Dorada Caldas, Cali, Popayán y Armenia. Están en Colombia desde el 2009, en Bogotá, Bucaramanga y Barranquilla han tenido mejor acogida, el número de inscritos así lo demuestra. Le pregunto si considera que el auge reciente del BJJ se debe a la difusión que le ha dado la UFC. Los que hicieron global el concepto de vale tudo que popularizaron los Gracie en Brasil, para probar la efectividad de su método. El responde: “Sí, claro.” “En New york llegué a púrpura y mi profe se regresó a Brasil. Yo también me fui a Brasil una temporada y logré el marrón. Y este mes estoy regresando a Brasil a buscar el cinturón negro.” Tiene 32 años. Antes del Jiu Jitsu practicó Judo y Tae Kwon Do. Comenzó a entrenar  Jiu Jitsu entre 1999 y 2000. Le tomó cerca de trece años llegar al negro –las fotos en su cuenta Facebook, con los maestros señalando el cinturón demuestran que mientras escribo esto logró su objetivo-. En su caso conoció el Jiu Jitsu brasileño en la Florida, a través de una invitación a entrenar que le hicieron los profesores Ademir Oliveira y Amauri Bitetti. Según cuenta fue amor a primera vista. En comparación con otras artes marciales -explica- el Jiu Jitsu es más práctico, sencillo y eficiente. Le pido unas palabras para los colombianos que no saben nada de artes marciales: “Creo que todo ser humano tiene que tener ciertas habilidades básicas para la vida. Saber conducir. Saber manejar un arma y saber luchar es importante. El Jiu Jitsu es un arte de combate y un deporte muy fácil de aprender y los resultados son súper notorios.” Para él lo más gratificante es poder compartir con las personas “el arte suave” y ver como muchos cambian su vida para mejor, cuando se familiarizan con los beneficios que obtienen a través de la práctica, como la salud y la alta autoestima. Considera que es importante que las artes marciales hagan parte del pensum académico en las escuelas, su opinión es que ayudaría a evitar el bullying o matoneo.

En la región Caribe colombiana Tampa Gracie contempla abrir una escuela liderada por Jeff Houghtaling. La última semana de Julio del año 2013 él estuvo de visita en Barranquilla. Es cinturón púrpura de la escuela Gracie de Tampa. Con la modestia de quién sabe sin presumir de ello, Jeff, se aleja de esa vieja costumbre de ciertos maestros tradicionales que subestiman o humillan al aprendiz. Su capacidad para destruir es proporcional a la intención del enemigo, leo en su mirada. Mantiene sus armas ocultas bajo el velo de la humildad, como los tatuajes  que lleva bajo el kimono o las posibles cicatrices que esconde su barba poblada. Para un ciudadano promedio sería desastroso equivocarse eligiéndolo como adversario. Habla con voz amigable, cómo un viejo amigo nunca antes visto. Es evidente su capacidad estrangularte en un parpadeo. Se inició en el Jiu Jitsu brasileño cuando tenía 28 años, luego de ver a Royce Gracie en los primeros UFC, en 1995 aproximadamente. Hace seis años estudia Jiu Jitsu brasileño; antes estudió dos años Win Chun con un profesor que estaba entre la genialidad y la psicopatología. En la escuela Gracie es alumno de Rob Khan, uno de los primeros cinturones negros formados por Royce Gracie. Su taller finalizó con peleas cíclicas, una persona contra cinco que se relevaban cada minuto. Al seminario asistieron algunos del Team Legacy, incluídos intructores.

[Seminario Grapling con Jeff Houghtaling: ]

Hasta ahora, La Federación Colombiana de Jiu Jitsu certifica sólo al grupo que se reúne en las instalaciones de Estadio Romelio Martínez, en un espacio anexo al de los taekwondistas y gimnastas. Fue ahí donde Jeff dictó su seminario. El grupo es reconocido por la secretaria Distrital de Recreación y Deporte mediante la resolución 0078 del 13 de septiembre del 2010. Roys Mathew es el encargado, ostenta un cinturón blanco en tercer nivel. El y otro grupo de cinturones blancos son guiados por Francisco “Tete” García. Un chef español, cinturón azul, salido de una de las escuelas Gracie de Andalucía. Él prefiere la informalidad del sobrenombre que desde niño carga consigo. Practica Jiu Jitsu brasileño desde el 2005. Lo conoció a través de un amigo que es hoy cinturón negro. Llegó al cinturón azul en el 2008, estuvo un año sin practicar, entre 2009 y 2010. Antes practicó Kempo Karate desde los 12 a los 18 años -llegó a cinturón verde-,  edad en la que se pasó al Full Contact -donde se sacó un cinturón azul, aunque no suelen ser frecuentes los cinturones en esta disciplina-. Frente a instruir artes marciales en edad de escolaridad opina que depende de qué tipo de arte marcial. El Jiu Jitsu brasileño como actividad complementaria le parece bien, porque utiliza mente y cuerpo. Afirma que este estilo de vida le ha permitido hacer buenos amigos y compañeros. Este arte le ha dado muchos momentos felices, y algunas pocas decepciones. “El bjj mundial es una gran familia, tú vas a cualquier gym del mundo y serás bienvenido, lo digo por experiencia que he entrenado en varias partes del mundo. En Málaga (España), entrené en el equipo Kyoto con el maestro Fabrizio, después me pase al equipo de Draculino Gracie Barra en Marbella ( España) con el maestro Edson Sururu, después estuve con este mismo equipo en Bello Horizonte (Brasil) con el maestro Draculino, y en el equipo Roger Gracie Academy en Londres con el maestro Lucio y Roger Gracie. Y en el equipo Roger Gracie también, con el maestro Pablo Cabo.” Relata una anécdota en la que tuvo que él con 67 kg tuvo que enfrentarse a un luchador que pesaba 120 kg. Él iba ganando hasta cuando restaban 10-20 segundos. Se le tiró encima, lo proyectó y cayó sobre su brazo. Se lo partió, lo que significó perder la medalla de plata en la categoría de peso absoluto. Estuvo fuera de los tatamis durante 9 meses.

Sus alumnos de la liga federada hace unas semanas ganaron medallas en su primer torneo. Durante los entrenamientos el ambiente se mantiene ameno, pero la exigencia es máxima. A diferencia de otras artes marciales la ceremonia ritual es mínima. En el Jiu Jitsu Gracie se rueda desde la primera clase, lo que significa que luego de practicar para aprender a caer y rodar sobre tu espalda, para adelante y para atrás, entrenas técnicas y luego te invitan a ponerlas en práctica en combates cuerpo a cuerpo. Pocas semanas después la habilidad del practicante aumenta, las lesiones se asoman, los protectores bucales se vuelven parte de la indumentaria y las aspiraciones de ganar algún torneo aparecen en el horizonte. Es entonces cuando la Dieta Gracie adquiere sentido y el entrenamiento se torna necesario. Algunos necesitan ir a terapia psicológica para enfrentar la vida, otros vienen a rodar sobre sus espaldas, a estrangularse y a aprender a caer sin partirse un brazo. Quizás encuentren adversarios que deseen arrancarte la cabeza, pero la mayoría preferirá acercarte a la muerte sin tanto esfuerzo. La idea, finalmente, es luchar por tu vida. El principiante nota, a pesar de las derrotas, que la técnica se fortalece con relativa rapidez. La actitud hacia el combate cambia y cada situación de la vida comienza a ser evaluada desde los términos del Jiu Jitsu Gracie.

Intentando comprender mejor la psiquis de los artistas marciales he aplicado una breve serie de preguntas –encontrarán los modelos en las entrevistas efectuadas a capoeiristas, previamente publicadas en Shinobi Yamabushi. Confío que sus respuestas permitan al lector poder dibujar un rostro coherente de las personas en cuestión. Sus personalidades son tan complejas como el álgebra, por tanto, imposibles de retratar en su totalidad. Las voces que nos dan su opinión a continuación hacen parte del equipo federado, se hacen llamar: Caveira (Calavera) Jiu Jitsu.

En el año 2012 el sobrino de Nexy Esther García practicaba Tae Kwon Do. Ella lo acompañó una tarde. Le gustó, se anotó las siguientes semanas. Tiempo después abrieron clases de Jiu Jitsu y ella se animó. Le habían hablado del arte marcial y en la medida que lo fue practicando le gustó más. Tras siete meses de prácticas –en Judo, en Lucha olímpica y en Jiu Jitsu brasileño, que entrena intercaladamente durante la semana- se midió por puntos frente a las mujeres y ganó un par de medallas. Plata en la categoría No G.I y Bronce con G.I. Comenzó en el Team Caveira, y antes de eso nunca pensó practicar un arte marcial. Ella lo tomó con un método de defensa personal que hasta ahora no ha tenido necesidad de usar. Ha experimentado un aumento de la confianza en sí misma y sus niveles de responsabilidad también sufrieron mejorías. Lo más gratificante  para ella es “derribar a un oponente en el combate y ganarle utilizando cualquiera de las técnicas de control y sumisión.” Le aconseja a sus conciudadanos que practiquen, asegura que cualquier persona puede, y que le resultará útil en su vida diaria. Opina que el matoneo se acabaría si en la educación primaria y secundaria se instruyeran artes marciales como alternativa a la educación física: “Aprenderían a defenderse los más débiles, al tiempo que fortalecerían sus cuerpos”. También le interesan el Taekwondo y el Judo. Este último le resulta complementario al Jiu Jitsu, ya que hace énfasis en los lanzamientos  o proyecciones y en las sumisiones. Entrena de dos a cinco días a la semana, según lo permita su trabajo. Ahora que compite dedica entre seis y diez horas semanales a entrenar. Judo en las tardes, y Jiu Jitsu en las noches. Si ella pudiera decirle algo al presidente sería: “Apoye más el deporte, hay un semillero, los niños son el futuro y se están formando para que el país tenga un mejor mañana. El deporte educa para que los jóvenes no se pierdan en la delincuencia. !Así podemos bajar los índices de violencia!” Su rutina probablemente siga siendo extrema para el gusto de muchos, pero durante los próximos meses -se aproximan dos torneos, uno federado en noviembre y otro sin beneplácito de la federación antes- Nexy Esther García no tendrá muchos respiros.

                 Rodrigo J. White comenzó a entrenar cuando tenía 22 Años, a finales del 2011. Conoció el Jiu Jitsu a través de un amigo que practicaba Tae Kwon Do, como él. En aquellos días dedicó cuatro meses, lunes y miércoles al arte marcial coreano, y martes y jueves al arte nacido en Japón, criado en Brasil. Ahora evita los deportes de contacto, para evitar lesiones. El Jiu Jitsu le parece un arte marcial complejo por sus técnicas pero efectiva por su simplicidad, que le exige llevar su cuerpo al límite. Le agrada el compañerismo que se respira en el grupo. Aplicándolo a la vida diaria, opina “físicamente tu cuerpo se siente activo, aun cuando estés agotado, la mente se siente más segura de sí misma, tienes técnica, tácticas y más actitud al momento de defenderte en un momento en el que posiblemente lleguemos a estar en indefensión”. Lo que más le gratifica es sentirse parte de un grupo unido, sabe que ahí se asientan las bases para poder formar futuros campeones y maestros. Eso lo hace mejorar cada día, como deportista, artista marcial y persona. Le interesa también el Judo. Cree totalmente acertada la iniciativa de promover las artes marciales desde la temprana edad. “Permitiría alejar a la juventud que tan desviada se encuentra de los principios y valores, se lograría encaminarla a un estilo de vida más enfocado, eliminando el sedentarismo y mejorando el bienestar social. Sería un aporte positivo para la sociedad y la vida misma, habría más seres consecuentes, y consciente de que las acciones tienen repercusiones.”

Roys Matthew llegó al Jiu Jitsu después de ver un especial de la UFC donde Royce Gracie vencía a todos sus oponentes de forma sencilla usando llaves desde el suelo, le pareció bacano y efectivo. Buscó una academia pero en aquellos días no existían en Barranquilla. Un amigo lo invitó a practicar Judo. Ahí empezó hasta que abrieron el primer grupo de artes marciales mixtas en Barranquilla donde aprendió un poco de grappling. Tiempo después armaron un proyecto de traer el jiujitsu brasilero a través de la Federación Colombiana de Jiu Jitsu. Eso hace más de 3 años. Su apoyo ha sido el profesor Nelson Hernández Santouo, delegado de la Federación para la costa Caribe, quien es el encargado de supervisar y evaluar al grupo. Roys es faixa branca 3 graus -Cinturón blanco, tercer grado-. Antes del estilo Gracie practicó Tae Kwon Do -3 años-, Krav Maga -2 años-y Capoeira -2 años-. Roys Mathew entrenó Tae Kwon Do durante sus estudios universitarios, nunca recibió graduación pues la tomaba deportivamente, como le sucedió también con la Capoeira. El enfoque que tiene en la actualidad, el deseo de aprender Jiu Jitsu, le permite atravesar la semana de entrenamientos intensos –cuatro días, dos horas cada sesión- sin mayor problema. La rutina incluye días de Judo y lucha olímpica. Cuando puede se involucra en las artes marciales mixtas. Del Jiu Jitsu aprendió que caer al suelo no es el final de la pelea, sino que “comienza el juego”,  “caes y debes aprender a ubicarte, a pensar, buscando soluciones en posiciones desventajosas, para salir victorioso”. La adrenalina lo mantiene de buen humor, olvida los problemas, se divierte entrenando mientras comparte con amigos. Entrenar lo extrapola de la rutina diaria, su mente y su cuerpo se programan positivamente. El grupo que comanda hace énfasis en tres principios: Respeto, disciplina y superación. Su llave favorita es la Kimura desde la guardia, hasta el punto que Tete García lo llama “Roys Kimura”. Le pregunto si le parece buena idea que los niños y jóvenes colombianos tengan la opción de practicar artes marciales, junto a los deportes tradicionales como el baloncesto, fútbol, baseball, atletismo y gimnasia. “Sería espectacular” contesta, “Como decía el Gran Mestre Hélio Gracie: Quien lucha no pelea, quem luta nao briga.” Roys se entrena con disciplina, anteponiendo el respeto hacia el oponente y dejando todo a la memoria muscular, a la confianza en su arte. Esperaba la oportunidad de poder decirle algo al Presidente: “Más apoyo al deporte colombiano y a la educación. Una persona (un niño, un joven, un adulto) educada y con la mente en el deporte es un miembro productivo de la sociedad que piensa en el bienestar fisco y mental, además eso mantiene a la personas ocupadas en lo sano. Muchas veces no se tiene espacios ni recursos para entrenar un deporte sino solo inconvenientes y mala política, tenemos el caso de nuestras ligas deportivas, que parecen más centros carcelarios que lugares dignos de un deportista con ganas de superarse, sin lugar a dudas lo exhorto a implementar más y mejores programas de apoyo a nuestro deporte y a la educación en general, en vez de invertir en la guerra.”

Tratando de aclarar las diferencias entre Judo y Jiu Jitsu, vía Facebook un representante de la Federación Colombiana de Jiu jitsu me explicó que en Judo se compite en dos modalidades: Katas (movimientos sincronizados de una pareja de compañeros que ejecutan movimientos preestablecidos) y Combate (empieza de pie se buscan agarres, luego lanzar y algo de lucha en el piso, un gran porcentaje del combate va de pie). Mientras que en Jiu Jitsu son tres modalidades: Fighting (combate con tres fases golpes y patadas, derribos y lanzamientos y lucha de suelo), Duo (presentación en parejas, sincronizados, a gran velocidad) Newaza (combate especializado de suelo, empieza de pie pero una vez caen el resto se desarrolla en piso buscando palancas, luxaciones y controles). Ellos definen el Jiu Jitsu Brasilero como una “Lucha de piso muy evolucionada, el combate empieza de pie, una vez caen el combate se desarrolla especialmente en el piso, hay luxaciones, controles, posturas, estrangulaciones, el objetivo es la sumisión.”

Lo rígido y lo duro

Al nacer el hombre es tierno y débil;

Al morir, rígido y duro.

Los árboles y plantas al nacer

Son blandos y frágiles,

Al morir, secos y duros.

Lo rígido y lo duro

Son características de la muerte.

Lo flexible y lo débil

Son características de la vida.

Así, el que depende de las armas

Rígidas, fracasa,

Y el árbol ancho e inflexible

Atrae a los leñadores.

Por eso lo rígido y duro es inferior

Y lo blando y débil, superior.

Tomado del Tao Te King, traducción  de Ernesto Nesh.


[1] The Style of no style. Bruce Lee.

Francesco Vitola Rognini

@Francescovitola

Comunicador social y periodista de la Universidad del Norte. Master en periodismo de la Universidad de Barcelona y la Columbia University de NY.

Narrador Interpretativo

http://narradorinterpretativo.blogspot.com/

Shinobiyamabushi.blogspot.com

 

Tags: , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: