Hawking, Sagan y Arthur C. Clarke, un coloquio
En 1988 se encontraron, en un programa de televisión, Hawking, Clarke y Sagan. Hablaron sobre Dios, el universo y todas las demás cosas. Hawking lanzó chistes y su sonrisa de bebé desorientado frente al rostro de una fiera que habrá de engullirlo, fulgía mientras la máquina que simula su habla emitía los enunciados correspondientes al Big- Bang. En esa época todos hubieran apostado que Hawking sería el primero que habría de morir. Ahora sabemos que es el único participante de aquella velada que aún vive: Dios no juega a los dados.