Cantar en el borde de la eternidad

Una de las teorías sobre la muerte del compositor colombiano Guillermo Buitrago es que ingirió veneno. Su muerte, a los veintinueve años de edad, está rodeada por un hálito de opacidad que hoy persiste pese a que sus canciones se escuchen todos los fines de año en Colombia. Cada diciembre es un nuevo final del mundo que sucede con la voz de Buitrago. Su aparición fugaz por la tierra fue tan extraña que se precisó de otro cantante llamado Buitraguito para que continuara con la carrera del maestro. En un vídeo de este cantante epigonal se evidencia cómo una canción puede seguirse cantando pese a que su cantante desaparezca. Aparecer y desaparecer en un parpadeo y canturrear para siempre.

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