Eliseo Diego: el psicohistoriador de las hormigas o Asimov como la hormiga de la psicohistoria

En un principio fue decir: Asimov se viste de tacón alto. Ese decir apareció porque Luis tenía una corbata negra, como las que se usan en los funerales; hasta los muertos visten con alguna prenda negra, como si sus cadáveres extrañaran el hálito que durante un tiempo los habitó.

Después fue dejar ese decir porque el propio Luis me dijo que hoy cumple años de muerto y nacido Eliseo Diego. Ese es el orden vital de todos los poetas: morir para luego nacer.

Y, al final, no quedó otra opción que prologar la charla que Luis Cermeño hizo sobre Asimov, desde el Ecuador del espíritu, con un poema de Diego.

Asombro

Me asombran las hormigas que al ir vienen
tan seguras de sí que me dan miedo
porque están donde van sin más preguntas
y aunque asomos de vida son perfectas
si minúsculas máquinas que saben
el dónde y el adónde que les toca
y a la muerte la ignoran como a nada
si no fuese tan útil instrumento
con que hacer de lo inerme nueva vida.

Pero aunque agrande su minucia viva
el azoro redondo en que las miro
y me apena que no se sepan nunca
tal como son en su afanarse oscuro
ya tan inmemorial como la Tierra

más me asombra mi pena y me convence
de que saberse el ser bien que la vale
aun cuando el precio sea tan alto como
el enorme silencio de allá afuera.

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