Cosacos de la impotencia
Dedicado a Yeison Criptorquidia Gómez
Hace daño la ternura, y si no pregúntenle al Criptorquidia, hombre entrado en carnes, de aproximadamente 30 años, a quien aún no se le recortan los testículos. El mañana será de los castratis o de los criptorquidios, especie ésta última elegida por los designios divinos para que se crea por siempre una juvenil rareza amasada por el amor de dios.
Huyen los tibios a tierras menos gloriosas, incapaces de emprender la guerra contra el bastión de los diablos vergones. Esta tarea se le encomienda, por tanto, a los impotentes grandes de corazón. La punta de lanza es Yeison Gómez. Seguido por una horda de ángeles exterminadores, todos ellos carentes de genitales, o en su defecto, con el sexo trunco y una determinación sin furia solo compromiso por el amor.
Cabe agregar que a muchos de ellos les gustaba usar la famosa tanga brasilera. La cual fulguraba gracias a ese elemento extraño que implica un pene pequeño sin testículos.
Los criptopunks se desvelaban tratando de hallar el código perfecto de la orquídea digital. Pero Yeison apuró un firewall que lo consagró como el criptonita más poderoso de las redes de Somalia.
Los comentaristas políticos de la época solían correr, más que por espanto, por incertidumbre, pues no podían entrar la magnitud de los nuevos monstruos de la bondad. Se agitaron las iglesias, los gobernantes decidieron abdicar, las actrices porno dejaron de implantarse senos para implantarse bolas, en los formularios de los aeropuertos apareció por fin el tercer sexo: Los ángeles.
La cancelación de los genitales se aproximaba. A nuestro rebaño tierno lo embargaba el júbilo de perderlo todo. Ya no existirían conflictos por algo tan pueril como una penetración mal lograda. No habría más reproches, solo besos con amor, como los amantes inocentes del osito dormilón.
Entonces los osos despertaron del verano y se tomaron las calles de Judea. Entretanto, en Betania, Criptorquidia ayudó a un buen samaritano. Quería ahorcarse y Gómez sin ton ni son le facilitó una soga y le ayudó con el nudo respectivo. Una vez el hombre manifestó el rigor mortis, con una incipiente erección de su pequeño miembro, Orquídeo soltó una carcajada de puros nervios, sabía que el hombre se encontraba en el paraíso en donde ya su miembro no daría más risa.
Ah vida loca la de Criptorquidia, pensar que la terminó clamando por su suicidio, ante una muchedumbre de fieles ángeles, entre los que se encontraba Kurt Cobain, que se reía como una hiena depresiva, y entre más risas más chutes, porque los fusiles se enfilaban cerca a la tienda en donde podría volarse los sesos, no solo una vez sino multitud de veces.
Cabe anotar que la doctrica de Criptorquidia, ha servido de fundamento pero para los más perfumados sonetos hechos por los ángeles que prorrumpen en el futuro. También debemos agregar que por primera vez en mucho tiempo la masturbación no formó parte de la santidad de estos pequeños. De lo que deducimos que son los testículos el principal problema que aúna la ansiedad.
- Como propuesta programática para el plan quinquinal de Pléyades, sugerimos el corte limpio, mal llamada mutilación, de todo testículo.
Que afloren las orquídeas y su criptonita, porque llega pronto a sus locales de revista más cercanos, CRIPTORQUIDIO, el superhéroe que batió al sexo.