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We are Bach: Organización Mil Inviernos

 

Esto es para la gente del campo. Así vivan en la ciudad, el mensaje solo será captado y entendido por las mentes de la gente del campo.

Se viene una nueva avalancha de Mil Inviernos que volvió igual que siempre y, por lo tanto, peor. Y como lo peor es lo más hermoso y más viejo, estamos en su punto para el geriátrico.

Alisten los pañales de incontinencia para lo que se viene: cagada tras cagada y olvido tras olvido.

Olvidamos nuestra antigua dirección electrónica porque ahora nos vinimos a contactar con otras entidades en nuestros cuarteles rurales. Ahora somos una organización con todas las de la ley, es decir, con el olvido estatal que bien caracteriza toda empresa de esta índole metafísica.

No solo publicaremos entradas en nuestro blog, sino que saldrán varios libros editados bajo el sello  EDITORIAL MIL INVIERNOS.

Un pajarito de Venus nos dijo que nos volveríamos millonarios o nos moriríamos. Como no soñamos con la fortuna, estamos dichosos ante la buena nueva de que pronto iremos a otros jardines, es decir, a los jardines del recuerdo. ¡Vaya paradoja, eh! Los que mueren con Alzheimer habitan tumbas destinadas al recuerdo y los que recuerdan aún viven con la infamia del olvido diario.

Bienvenidos todos a esta nueva etapa que es similar a una limonada sin azúcar ni panela.

 

Señores pasajeros, soy victima del cosmos

Por Fernando Zuárez-Obando

F1

Señores pasajeros, disculpen mi intromisión, no es mi gusto ni deleite pedir monedas en el trasporte público, pero de mis manos cuelga la necesidad y de mi boca surge el hambre, no tengo más alternativas, soy el hazmerreír del universo, soy víctima del cosmos, soy la herida de la inconmensurable estocástica, soy la llaga de la perfidia de los rayos sin control.

Vean ustedes lo que cuelga de mi vientre, una bolsa,  un saco de plástico, una alforja diseñada por los médicos. Sí señores, una bolsa cuelga de mi vientre porque cago por la barriga y no por el culo,  es mi cuerpo más raro que un mono con platillos, es mi panza la boca de un averno cloacal del que nunca hubiera sabido, si no fuera por los rayos que atravesaron mi inocente tez.

Soy lo que ven, gracias a los doctores, soy el que soy, el que puede ver lo que siempre fue un espectáculo privado para el retrete, veo mis excretas y mis heces brotar de las entrañas, nacer de las vísceras de mi existencia. Soy un hombre apresado a la bolsa de mis desechos.

Sí no les gusta lo que ven, imagínese lo que para este hombre ha sido, limpiar la boca de mis tripas; figúrese lo que para mí es, presenciar que la dulce milojita y los liberales, que en un instante deleitan ojos y paladar, se convierten ante mis sentidos en materia orgánica, abono útil  para las maticas, abono maloliente que aquí mismo les enseño. Sí mis señores queridos,  aquí les traigo lo que más desprecian, la bazofia envuelta en la anatomía de un hombre burlado por el bisturí y estafado por las promesas de un nuevo despertar.  Les traigo el grotesco espectáculo,  para persuadirlos, a ustedes señores pasajeros, de ofrecerme las monedas para vivir.

Así uso mis desechos, para obtener monedas con que  comprarme la miloja, los cigarrillos y la leche pá los niños. Sí señores, ustedes me observan con enfado y con enojo, aquí ven al pordiosero de anatomía alterada, se percatan asqueados que mi morfología es repulsiva a las vistas y al olfato, señalan con su indiferencia el espectáculo de mi deformidad, yo solo espero que esta noche, en el calor de sus casitas y  su hogar, le cuenten a sus hijos, a sus abuelos o a su madre, que hoy vieron a un hombre con el culo al lado del  ombligo.

No fui así siempre, fue culpa del cosmos que propaga su energía por el universo, era yo un cualquiera con el culo bien puesto, igual a todos ustedes, mi culo entre las nalgas, mi ojos hacia a las estrellas, mi mente esperando visitantes, mi cuerpo acostado en la Peña de La Juaica, mirando hacia el abismo,  cayendo hacia la nada, pensando en la abducción, cuando sin saberlo, un rayo cósmico visito la tierra, atravesó la atmosfera, se dirigió a la Peña y justo cuando una célula de mi colon había decidido dividirse, el rayo, con sus partículas subatómicas se encarnizo con mi intimidad genética e hizo transformar mi esencia biológica.

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U-Carmen eKhayelitsha: Bizet en Sudáfrica

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La muerte de Nelson Mandela volvió a poner en el imaginario colectivo a Sudáfrica, país que se destaca por su diversidad cultural pero también sus grandes desigualdades sociales. En Sudáfrica existen grandes fortunas, fue sede del mundial de fútbol hace un par de años y sus ciudades están entre los principales centros de negocio del continente, pero cerca de una cuarta parte de su población se encuentra desempleada y vive con menos de 1,25 dólares al día. Allí, a esta Sudáfrica pobre regresó en 2005 una heroína clásica: Carmen. La gitana regresó con su repertorio musical traducido al xhosa y para trabajar en una fábrica de cigarrillos de la barriada de Khayelitsha, en Cape Town y hacerse camino entre la miseria.

U-Carmen eKhayelitsha, es una película remake del clásico de Bizet de 1875 ambientado en la Sudáfrica del 2005, dirigido por Mark Dornford-May. La película fue totalmente filmada en xhosa –uno de los idiomas oficiales de Sudáfrica– y combina música de la opera original con música tradicional Africana. Los números musicales de la película fueron grabados en vivo en las locaciones sin doblajes adicionales.

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Dos formas de lucha contra la pobreza

En Colombia no se celebra en día de San Valentín pero se tiene presente la fecha porque, según los noticieros, es una jornada importante para la economía del país. Nunca, a lo largo del año, salen tantos aviones llenos de flores que obsequiarán los enamorados en restaurantes de París, Nueva York, Berlín, entre otras.

La industria de las flores es tan femenil que hay más obreras que obreros que se encargan de los cultivos. Ellas no cuentan con un contrato laboral que cobije su salud y seguridad social (jubilación); además, cumplen jornadas que exceden, por mucho, las ocho horas que se establecieron a comienzos del siglo XX.

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