Tag Archive | Peter Sloterdijk

La ambición de Rosetta y la apoteosis de Chury Weimar

Philae_touchdown_mediumEn el colegio conocí a un muchacho muy humilde que contaba con  uno de los nombres más preciosos entre los mortales: Se llamaba Chury Weimar. Hoy lo volví a recordar tras el contacto entre la sonda Philae y el cometa  67p/Churyumov–Gerasimenko. Celebremos  Chury:  Tu nombre ha vuelto a resonar en la historia humana y en mi cabeza, como un balanceo.

Así como la piedra de la que toma el nombre, la importancia de la misión Rosetta radica en que a partir de ella podremos descifrar más las claves sobre nuestro origen y nuestro destino como especie. Esto es, le estamos haciendo ingeniería inversa a la Panspermia. Pero aún no comprendo el significado del nombre de mi amigo.

Momento del aterrizaje de la Philae en el astro que rememora el nombre de Chury Weimar:

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EL FINAL DEL ANTIGUO REINO

EL FINAL DEL ANTIGUO REINO[1]

Breve comentario a propósito del discurso de Peter Sloterdijk:
Normas para el parque humano.

Por: Luis Cermeño

Valdría la pena preguntarse por qué ciertos textos académicos logran un estatus de controversia y popularidad que trasciende su disciplina y pone a una sociedad, si no a pensar, por lo menos a reaccionar alrededor de ellos;  si bien no siempre de una manera afortunada y mucho menos con la debida comprensión de sus formulaciones. Esta parece haber sido la suerte de la conferencia: Normas para el parque humano. Una respuesta a la “Carta sobre el humanismo”, a propósito del simposio “Éxodos desde el ser: Filosofía de Heidegger” en el marco de simposios: “La filosofía en el final del siglo”. Ambos eventos, la pronunciación del discurso y sucesivamente la publicación de éste en Die Zeit en 1999, desataron un ambiente de polémica y divulgación periodística álgida a lo que terminó conociéndose en el mundo intelectual como:  “L’affaire Sloterdijk”.

CC BY-SA 3.0 Rainer Lück

CC BY-SA 3.0
Rainer Lück

Alejémonos por un momento de las prácticas de mercadeo habitual de las grandes editoriales, con sus lemas irritables para acercar a los profanos a los temas de discusión del mundo, ya sea en el ámbito político, empresarial, artístico o filosófico:  puesto que todo entra al mercado y el hombre del nuevo siglo, aquel mismo del siglo XX que Marina Tsvetáieva describía como “Lector, devorador de toneladas de periódicos y adicto al cotilleo”[2], no puede ser ajeno a las discusiones que calientan los salones bávaros y hacen delicias en los cafés marroquíes. Según las palabras de Sloterdijk, la razón de la marcada resonancia del discurso se debió, en parte, a la histérica respuesta (a través de medios tradicionales) de algunos de los filósofos humanistas más encumbrados, como también a una hipersensibilidad hacia algunos términos que encierran definitivamente la mentalidad alemana en su propio ámbito de culpabilidad e hipocresía.

Se prefiere aplicarme la etiqueta de provocador, pero he comprendido por qué hoy en día un filósofo sólo logra influencia cuando se pone a disposición como superficie de proyección de errores afectivamente cargados. […] si, tal como se ha exigido en el debate a efectos prácticos, una expresión como <selección> es puesta bajo  cuarentena entre los hablantes de la lengua alemana es porque existe una parálisis intelectual programada de antemano, máxime si tenemos en cuenta que se trata de una expresión básica a las ciencias modernas [3].

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El arte transgénico más allá del conejito verde

{_ Por Wanda Uribe Villa _}  

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Wanda Uribe Villa

ABSTRACT

En el texto se abarca el tema del arte transgénico como una técnica que ha existido en el arte antes de adquirir dicho nombre, también se plantea el arte transgénico como un método para lograr que las generaciones presentes y futuras de artistas comprendan que la separación entre tecnología y cultura cada vez es más difusa y que los dualismos entre software y hardware ya no presentan las mismas dificultades y diferenciaciones con las que fueron concebidos en principio. Es una crítica al saber popular de separación entre dos mundos (arte y tecnología) que están más relacionados de lo que se conoce, incluso desde antes de existir el concepto de arte transgénico.

ARTE TRASGÉNICO

Para construir una definición de lo que es Arte Transgénico y su incidencia en el contexto latinoamericano, es pertinente citar las palabras de la historiadora del Arte Ana Rosa Valdez ante la pregunta ¿Qué entiende por arte transgénico y cuál es su posición? A lo que responde con éstas palabras:

Antes me parecía una forma de experimentación oportuna en relación con ciertos avances “científicos”, pero ahora tengo otra idea al respecto. La obra de Kac del conejito me parecía genial. Pero ahora no estoy segura del planteamiento de Kac en cuanto a reflexionar sobre la repercusión de la relación entre arte y ciencia. Creo que Kac hace una suerte de ready made para el mundo del arte. No veo ahí mayor cosa que lo que ocurre, por ejemplo, con la oveja Dolly en el mundo del espectáculo y los medios. Y decir arte transgénico es como decir arte pintura, o arte escultura. Él otorga centralidad al medio mediante una reflexión sobre este mismo. Otra de las cuestiones es la ética. Al respecto mantengo la misma postura que tengo sobre la experimentación en animales. No creo que sea necesaria para demostrar la hipótesis, creo en una ciencia libre de sufrimiento de seres vivos. Me gustan más las obras de arte “robótico” de Kac, por cierto, que se preguntan por el cuerpo transhumano, una realidad corporal asistida por la robótica. El asunto es que lo estético en estas obras suele verse como valor agregado y no como punto de partida. O sea, ¿de qué sirve tener, por ejemplo, abrigos hechos con tejidos transgénicos? Yo no veo mayor aporte que el realizado por la ciencia. [1]

ALBA

 La posición de Ana Rosa Valdez tiene varios puntos sobre los que vale la pena reflexionar pues plantea, primero que todo una relación entre arte y ciencia de la que existen antecedentes tan importantes como Leonardo Da Vinci con sus constantes intentos de creación acompañados de técnicas artísticas del momento que definieron el arte de su época. Asimismo, el brasilero Eduardo Kac, está haciendo la relación entre los métodos artísticos de su época y los avances científiharbisoncos de la misma, con “Alba, el conejo fluorescente”, Kac nos presenta la posibilidad de manipular los genes de un animal y mezclarlos con otro, estas posibilidades abren la mente y dan paso no sólo a nuevas propuestas estéticas sino también a avances científicos de gran importancia, como puede ser el uso del ADN humano y mezclarlo con algunas propiedades de máquinas o de otros animales para prolongar la vida de los humanos o para aumentar su destreza en uno u otro campo, como lo hace el reconocido artista británico Neil Harbisson que desarrolló un aparato que mantiene conectado a su cerebro para ver colores a través de las ondas sonoras, potenciando así una capacidad que ya tiene, la del oído para hacer una imagen con las ondas del sonido que su cerebro procesa.Entonces el arte transgénico nos traslada al transhumanismo, a recurrir a las ayudas tecnológicas para hacer del humano un súper humano y potenciar las capacidades que ya tiene en capacidades fuera de lo común haciendo de este ser alguien extraordinario.

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