Rezagos de un mundo en extinción
Caminando por la ciudad de Quito me encontré dos locales que me transportaron 15 años atrás y ambos me produjeron una inmensa nostalgia.
El musical porque en Bogotá se cuentan pocos lugares que aún sobreviven y cada vez desaparecen bajo la mirada indiferente de todos.
Sonaba you learn de Alanis Morissette y sentí que volvía a tener 18 y el acné reaparecía con todo su furor.
Los cds no pasaban del 2005 y fue un túnel temporal por el que me sumergí durante minutos.
Como bien saben, Philip K. Dick fue vendedor de discos durante su juventud, de hecho fue su único trabajo durante 4 años mientras sus compañeros escritores iban a la universidad él alucinaba con los discos de Mahler y puedes imaginarlo como un melómano entusiasta que podía hablarte de toda la historia de un músico con el fin de que compraras su disco. Esto se refleja en muchas de sus novelas y cuentos, en los que de súbito empieza a desvariar sobre la armonía en una persecusión interestelar.
Hoy día Philip K Dick joven estaría sin trabajo y los fariseos de la ciencia ficción dirían que es un autor de segunda por hablar de algo tan estrambótico como discos musicales en lugar de querer salvar el mundo.
El segundo lugar fue una tienda de videos.
Otra reliquia de un pasado perdido. Me sentí en el parque jurásico de los objetos culturales por los que ya nadie da un peso. Hace unos años trabajé en uno de estos locales de alquiler de video y acumulé muchas historias que impregnan parte de mi visión del mundo, mucho más que un seminario de epistemología de la investigación en ciencias humanas. El jefe era un gilipollas que no hablaba sino escupía. De los peores imbéciles. Pero casi nunca lo veía y terminé dejándole tirado el puesto. Así que tenía todo el tiempo del mundo para ver películas bodrio de ciencia ficción, terror, drama y comedia. No había cine arte y a quienes me preguntaban los dirigía a donde mis amigos de art dvd cuya colección me brindó el mejor y más global panorama de cine hasta que a los idiotas del ministerio se les dio por confiscarles las películsd cuya distribución no estaba autorizada en el país (o sea el 80%) y lamentablemente los condenaron a ser una videotienda mediocre más hasta que se fueron.
Recuerdos de un cuerpo operado, fragmento de Paciente de Ben Watt
Así pues ¿recuerda algo el cuerpo? Una invasión, destrucción y trauma semejantes -cortar, coser, sangrar- han de dejar forzosamente una huella. Muchas de las terapias alternativas y los métodos holísticos trabajan sobre la base de que el cuerpo recuerda. Sostienen que el cuerpo no olvida nunca un parto difícil o un hueso fracturado de mala manera. La tensión y el estrés pueden tener su origen en tales incidentes, mientras el cuerpo lucha por protegerse, y puede a su vez manifestarse externamente en forma de disgusto y desasosiego. Pero cuando ahora me lamento, me parece que solo lo hago por una sensación general de pérdida y de cambio que rodea gran parte de mi presente y de mis perspectivas de futuro así como de mi pasado. A veces quisiera que fuera algo más concreto, algún hecho difícil en el que concentrarme a fin de exorcizarlo: un momento particularmente duro en el quirófano, la laboriosa resección, unos instantes de peligro, una incisión crucial, el tacto del tejido muerto y enmarañado. ¿Son capaces de borrarlo todo las anestesias?
BEN WATT. Paciente. La verdadera historia de una enfermedad poco común.
El sueño: una ventana desde el futuro
Por Casandra Heyd
Departamento de Sociedad y Arte, Universidad Nueva Grecia, Buenos Aires, Argentina
e-mail: cheyd@unc.com.ar
Desde las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud es bien conocido que “la interpretación del sueño es la vía regia hacia el conocimiento de lo inconsciente”1. A través de pintores como Salvador Dalí o Rene Magritte hemos podido apreciar las influencias que ha ejercido el sueño en las artes visuales. Pero, desde la aparición de la obra de Philipe D´La Cartie, hemos podido comprobar que los sueños son mucho más que una ventana hacia el subconsciente del hombre: son una compuerta desde el futuro. En la obra de D´ La Cartie se han reconocido representaciones de hechos que sucederían mucho tiempo después de la mismísima muerte del artista.